I
Amanece y
callo;
callo todo miedo, callo cualquier
presagio,
busco un alba virgen de mí,
busco el nacer de la luz,
no su alumbrarme.
II
Se acuesta el sol
y todo parece en vilo
como para revelar anunciar
un secreto.
No basta con cerrar
los labios,
al silencio hay que escucharlo,
dejar que nos diga él
lo que de nosotros
callamos.
III
Anochece
bajamar,
algún graznido,
restos que el mar abandona
en la arena
y esta soledad de ser
solo a medias.
Es la hora
de la melancolía,
la de la ausencia
de lo que nunca estuvo
y sentimos más propio:
lo que todavía de nosotros
no dimos a luz
en la vida.
IV
Taja la noche
el relámpago
y en lo hendido
se apaga:
esa noche es el misterio,
ese tajo lo que
somos.
V (Poema inédito)
En un solo latido
sacia la chispa su vida,
cumple su eterno siempre:
enciende su nunca
más.