09 Dic 2024

8. POESÍA ARGENTINA. JORGE BOCCANERA

-27 Jun 2020
Poesía

 

OJOS DE LA PALABRA

                                       A Octavio Pineda

 

La palabra,

fogonazo entre el deslumbramiento y el hartazgo, viaja

    sobre los hombros del enigma.

Estrellas que atraviesan usinas de ceguera, correntadas de

    nadie.

La palabra es iguana en la roca calcinada, una pata en el aire,

    la obra en el infierno.

Su cuerpo breve da una sombra inmensa.

 

Quieta no se está nunca por el fuego cruzado de la sangre.

Un chasquido de lengua la echa a andar por baldíos donde

    lo ruin humea y pudre el aire.

A horcajadas, con los ojos vendados, entre bolsas de estiba,

    dientes de nicotina

y un corazón sin aparente anhelo que acampa en el vacío.

 

Esa palabra lleva en su aliento un viaje, un detenerse,

    un continuar.

Sus patas diminutas lo tocan todo por primera vez.

 

 

LA TORRE ROJA

 

Avisos luminosos se encienden y se apagan.

Sobre la torre roja me toca vigilar:

cada chispa en la almohada,

la boca de mi madre con dos vueltas de llave,

las palabras que cuentan y los días contados,

las linternas que talan la noche de los sueños,

las vísceras al aire de la selva.

 

Se encienden y se apagan marquesinas.

Me toca resguardar:  

la lengua en llamas de la sordomuda, 

el camino salvaje,

las ollas donde hierve sus colores el bosque,

las cartas del exilio que te rompen la boca

y el que maquilla espejos con estrellas de talco.

 

¿Y los escombros que acarrea el insomnio?

¿Y el ahogado golpeándome la puerta?

¿La que busca en el horno la rosa de la muerte?

 

Sobre la torre roja yo vigilo. 

El ojo del patrón engorda el ganado.

 

Hablan los ojos de Nazim Hikmet

 

Sobre mi mano,

la mitad de una manzana brilla.

La otra mitad está sobre una mesa a miles de

kilómetros de aquí.

Es imposible morder esta mitad

sin que duela el vacío.

 

  

DIARIO DEL CALCINADO

 

Sale Artaud chamuscado de su propio cuerpo

para prenderse fuego,

una y otra vez

lumbre,

a cada instante,

con la consigna de quemar las naves.

 

 

AFANES DEL POETA

 

                                                    A Oscar Hahn

 

Paso el peine,

quito las hojas secas, lo ampuloso,

el oropel y el loro,

los piojos del decir.

 

¿Me salvé por un pelo?

¿Hubo un pelo en la sopa?

 

Otra vez paso el peine, es un peine muy fino,

quito la carambada,

las enumeraciones de la trenza, lo brumoso

y sus rulos.

 

De nuevo paso el peine,

saco el abrojo y el aceite rancio,

el comején,

el troppo ma non troppo.

 

Por las palabras, por los sueños

paso una vez, paso otra vez el peine.

Busco lo despojado, ese vislumbre,

lo desguarnecido.

 

Otra vez paso el peine

por la cabeza calva de la vida.

 

 

ANIMALES BORROSOS

 

                                                   A Juan Manuel Roca

 

Muñón obsesionado, cede el paso,

hay que entregar un sueño, muerto y alerta, tiritando.

Hurga entre los vendajes del aliento, respírale en la cara

al infortunio y acuéstate a dormir junto a los animales

     borrosos del enigma.

Interroga despojos del silencio en los huesos quebrados

del poema, sube a los carromatos donde viaja la orquesta

     con su tos de perro,

busca un trofeo de aullidos en el océano de la noche.

 

No alimentes palabras como plantas carnívoras ni

     remiendes plegarias.

Calcula con navajas el azar y separa las hebras del deseo.

Luego, a lo tuyo:

escribirlo como la bestia, corregirlo como la bella.

 

Hacerlo y deshacerlo con tu puñal al cinto y el oído

     en el polvo

donde murmura el rastro de la presa y habla una estela

     de humo.

 

A esa ferocidad habrá que desollar, arrancarle colmillos,

arrebatarle el cuero, las aletas, desplumarlo y hervirlo hasta

     que se consuma

y solamente quede al fondo de la olla,

polvo de una pregunta.

 

Jorge Boccanera (Buenos Aires, 1952). Poeta, crítico, periodista. Entre sus libros de poesía publicados en diversos países latinoamericanos y Europa, figuran: Contraseña (1976), Música de fagot y piernas de Victoria (1979), Los ojos del pájaro quemado (1980), Polvo para morder (1986), Sordomuda (1991), Bestias en un hotel de paso (2001) y Palma Real (2008).  Algunas de sus antologías personales son: Marimba (1986), Servicios de insomnio (2005), Tambor de jadeo (2009), Libro del errante (2009), Sombra de dos lugares (2009) y Cartas de nadie a nunca (2013). Obtuvo, entre otros galardones el  premio Casa de las Américas (Cuba), Premio Nacional de Poesía Joven (México), Internacional de Poesía “Camaiore” (Italia), Casa de América (España),  Premio Internacional de  “Ramón López Velarde” (México) y Premio a la trayectoria “Rosa de Cobre”, otorgado por la Biblioteca Nacional (Argentina).



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