23 Nov 2024

37. POESÍA NICARAGÜENSE. DAISY ZAMORA

-15 Ago 2020
Poesía

 

LA MESERA (2)

 

Cómo creía entonces que de verdad

para algo me serviría el físico.

Morena y delgadita

solo por mí venían los montones de clientes

desde Managua y Los Pueblos,

ya no se diga los que entraban

de aquí de Masaya.

Me tocaban las nalgas y tenía

ofertas al escoger:

de amorcito para arriba me trataban.

 

Claro que me acuerdo de vos, Castillito;

desde que te fuiste a México a estudiar

siempre pedí a los amigos

razón tuya.

 

Ya ves, cómo me tienen los muchachos:

gorda, cansada y varicosa.

Ni estoy tan vieja

pero así son las cosas de la vida;

 

La mesera más linda del “Mini-16 Rojo”

y de qué me sirvió.

 

 

LASSIE

(AUTOBIOGRAFÍA)

 

Es cierto.  Fui fiel.

Mi único anhelo era que me pasaran

una mano displicente

por la cabeza.

Y moviendo alegremente la cola

daba vueltas, ladraba, me revolcaba

para recibir al amo.

 

 

LA SUICIDA

 

Si el marido era el presidente del Banco Central

Si vivía en una mansión

Si era campeona de voleibol

Si todos cuentan que era muy alegre

Si era elegante y guapa

Si tenían unos niños preciosos

Si parecían felices. . .

 

¿Y cómo fue que dicen que se pegó el tiro?

 

 

MENSAJE URGENTE A MI MADRE

 

                                                Todas íbamos a ser reinas,

                                                                                y de verídico reinar;

                                                                pero ninguna ha sido reina

                                                                ni en Arauco ni en Copán. . .

                                                                                       GABRIELA MISTRAL

 

Fuimos educadas para la perfección:

Para que nada fallara y se cumpliera

nuestra suerte de princesa-de-cuentos infantiles.

 

¡Cómo nos esforzamos, ansiosas por demostrar

que eran ciertas las esperanzas tanto tiempo atesoradas!

 

Pero envejecieron nuestros vestidos de novia

y nuestros corazones, exhaustos,

últimos sobrevivientes de la contienda.

Hemos tirado al fondo de vetustos armarios

velos amarillentos, azahares marchitos.

Ya nunca más seremos sumisas ni perfectas.

 

Perdón, madre, por las impertinencias

de gallinas viejas y copetudas

que solo saben cacarearte bellezas

de hijas dóciles y anodinas.

 

Perdón, por no habernos quedado

donde nos obligaban la tradición

y el buen gusto.

 

Por atrevernos a ser nosotras mismas

al precio de destrozar

todos tus sueños.

 

 

A UNA DAMA QUE LAMENTA LA DUREZA DE MIS VERSOS

 

Sucede que cuando salgo, lo primero que veo

es un vagabundo que hurga en la basura.

A veces, una loca sombrea su miseria

frente a mi casa.  Y el vacío de sus ojos insomnes

entenebrece la luz de la mañana.

 

Esquinas y semáforos invadidos por gentes

que venden cualquier cosa. . .  enjambres de niños

se precipitan a limpiar automóviles

a cambio de un peso, un insulto, un golpe.

Adolescentes ofertan el único bien:  sus cuerpos.

Mendigos, limosneros, drogadictos:  la ciudad entera

es una mano famélica y suplicante.

 

Usted vive un mundo hermoso:  frondosas arboledas

canchas de tenis, piscinas donde retozan

bellos adolescentes.  Por las tardes

niñeras uniformadas pasean en cochecitos

a rubios serafines.

Su marido es funcionario importante.

Usted y su familia vacacionan en Nueva York o París

y en este país están solo de paso.

 

Lamenta mis visiones ásperas.  Las quisiera suaves,

gratas como los pasteles y bombones que usted come.

Siento no complacerla.  Aquí, comemos piedras.

 

 

MADRE ANCIANA

 

Día y noche metida en el cuarto inmóvil todo el tiempo en manos extrañas de gente pagada que va y viene y se va sin avisar.  Quién se hace cargo si no duerme si no quiere estar sola ni un momento si la atención que demanda es excesiva. Quién es capaz de entender que ha vuelto a ser pequeñita que tiene miedo y quiere que su madre la acurruque quién podría entender que añora al padre que la lleve de la mano al parque a comprarle un conejo de chocolate y por eso ella pasa con los ojos abiertos toda la noche aguardándolos pero no llegan por más que los espere quién recuerda que ella es huérfana que la dejaron sola y que tiene miedo mucho miedo.

 

 

SENIOR SPECIAL EN EL TENNESSEE GRILL

 

Aquí recalan

            como cargueros sarrosos

                        en esta cafetería, comidería,

                                                            último puerto.

 

Bajo una luz de morgue

            (los tubos fluorescentes)

se cruzan por las esquinas de las conversaciones

            palabras checas, rusas, polacas,

                        con los nombres de unas calles,

                                    las señas de una ciudad,

                        de una aldea, una plaza, una iglesita,

                                    una casa perdida en un trigal.

 

Quién estaba en el muelle cuando el barco zarpó,

            cómo era aquella novia que se cansó de esperar,

                        qué pasó con la madre, el padre, los hermanos

                                                que hace tanto dejaron,

                                                            que ya ni se acuerdan

                                                hasta que vuelven al frío de la calle,

                                                            al tranvía que traquetea en la parada,

                                                a sus departamentos de jubilados,

                                                a sus pensiones,

                                                            a sus cuartos alquilados,

                                                                        a la niebla

                                                que a un paso de la muerte los espera

                                                            no saben cuándo ni dónde.

 

 

CUENTOS DE HADAS

 

Blancanieves se negó a ser sirvienta de los enanos,

y no le permitieron entrar en la casita.

La Cenicienta demandó por maltrato a su madrastra.

Sin escopeta no entro al bosque, dijo Caperucita,

después de que el lobo la siguió por primera vez.

(Su abuela nunca abría la puerta sin asomarse antes.)

 

Piel de Asno se atrevió a denunciar el incesto de su padre.

La Sirenita no murió de amor.  Tampoco se ilusionó

con que un príncipe se casaría con ella.

Cuando la Bella conoció a la Bestia, lo quiso tal cual era,

sin esperar milagros de ninguna clase.

 

Ricitos de Oro ni se atrevió a probar la sopa—

los osos la habrían devorado de inmediato.

La Princesa del Guisante no aceptó dormir

sobre tantos colchones, y les gritó que si dudaban

de su linaje, se fueran todos al infierno.

 

Alicia jamás viajó al País de las Maravillas,

y la Bella Durmiente se acostó, aburrida,

porque nunca le permitieron hacer lo que quería.

 

Estos son los cuentos, hija mía.

La vida se encargará de contártelos.

 

 

CUANDO LAS VEO PASAR

 

Cuando las veo pasar alguna vez me digo: qué sentirán

ellas, las que decidieron ser perfectas conservar a toda costa

sus matrimonios no importa cómo les haya resultado el marido

(parrandero mujeriego jugador pendenciero

gritón violento penqueador lunático raro algo anormal

neurótico temático de plano insoportable

dundeco mortalmente aburrido bruto insensible desaseado

ególatra ambicioso desleal politiquero ladrón traidor mentiroso

violador de las hijas verdugo de los hijos emperador de la casa

tirano en todas partes) pero ellas se aguantaron

y solo Dios que está allá arriba sabe lo que sufrieron.

 

Cuando las veo pasar tan dignas y envejecidas

los hijos las hijas ya se han ido en la casa solo ellas han quedado

con ese hombre que alguna vez quisieron (tal vez ya se calmó

no bebe apenas habla se mantiene sentado frente al televisor

anda en chancletas bosteza se duerme ronca se levanta temprano

está achacoso cegato inofensivo casi niño) me pregunto:

 

¿Se atreverán a imaginarse viudas, a soñar alguna noche que son libres

y que vuelven por fin sin culpas a la vida?

 

 

Daisy Zamora (nicaragüense). Fue vice ministra de Cultura de su país. Ha publicado siete poemarios en español y cuatro en inglés en los Estados Unidos e Inglaterra. Su libro más reciente es La violenta espuma (Visor Libros, 2017). Traductora de poesía (inglés/español) y editora de una colección de ensayos y varias antologías. Su poesía está incluida en el Oxford Book of Latin American Poetry y en numerosas antologías en treinta idiomas. Su obra (poesía, ensayos, artículos y traducciones) aparece en diarios y revistas literarias internacionales y sus poemas han sido musicalizados en los Estados Unidos, Europa y Nicaragua. Premio Nacional de Poesía Mariano Fiallos Gil 1977 y Beca del California Arts Council en Poesía 2002, entre otros. Ha dado recitales y conferencias en diversos países y en los Estados Unidos, donde fue presentada en la serie de PBS The Language of Life with Bill Moyers y en el premiado documental ¡Las Sandinistas! (2018) de la cineasta norteamericana Jenny Murray. Ha sido catedrática de la Universidad Centroamericana (UCA) en Managua y en otros centros de estudios superiores.  Instructora de talleres de poesía en universidades de los Estados Unidos y catedrática de la Universidad de California, Santa Cruz, y la Universidad de San Francisco.  Actualmente enseña en San Francisco State University. En 2005 fue jurado del Premio Internacional Neustadt de Literatura.



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