DONDE MUEREN LAS OLAS
Pocos conocen
el profundo silencio
de la hondura de un río.
Su tibia oscuridad.
Virginia avanza.
Se interna
en la corriente.
La luz atraviesa
el agua cerrada.
Cae sobre sus hombros,
sobre los helechos muertos.
Los pájaros del alba
la miran desde un árbol
sin inquilinos.
Es mentira que antes de dar
los pasos definitivos,
colmó sus bolsillos
con esquirlas de rocas.
La locura es un cúmulo
de blanquísimas piedras
que llenan el cuerpo
hasta ahogarlo.
GIL DE BIEDMA EN SU ÚLTIMA HORA
Oscuro delirio ser paciente.
Dos personas en un cuerpo:
la que está siempre en nudo,
y la otra convencida de que,
pronto, saldrá de la tormenta.
Pero Jaime ha llegado al tiempo
donde ya no espera nada.
El cuerpo agotado,
acabándose.
La agonía le muestra
que la muerte y la poesía
son parte del mismo reino.
Detrás de las palabras,
así como de los rostros,
solo hay desierto.
ALISON LAPPER ES UN BALDE DE AGUA FRÍA
Para Alison, su cuerpo
es reino de posibilidades.
Para los demás, aquel torso
sin piernas ni brazos
es abismo en los sentidos.
Ciudad amarga.
No necesita de pies y manos
para alzarse por las alturas.
Su cuerpo desnudo alcanza el cielo.
En seis metros de mármol,
el escultor ha dibujado,
a fuerza de golpe sordo,
la silueta abrupta de una mujer
sin extremidades
y con un hijo en las entrañas.
Los pájaros perdidos se guardan
entre los pliegues de sus senos,
igual que las miradas
de los que temen a la diferencia.
El cuerpo de Alison
se enfrenta a Londres
entre restos de niebla.
La luz suspendida de las farolas
recorre su abultado vientre.
Voces que resuenan en la ciudad.
Fracaso en la mirada
para aquellos que aseguran:
Esto no es una mujer.
Acaso se trata de un error,
un orden fracturado,
una malograda vida.
FRONTERA
Entre los pasillos de los hospitales
pude ver los ojos
de quienes llaman locos.
Son iguales a los de los muertos:
blancos como las líneas
al final del camino,
como las sábanas de los enfermos.
La trifluoperazina
tiene el color de la nieve:
blanca como el indolente invierno
que seca, sin remedio, la hierba.
Los locos, como los muertos,
nunca tienen frío.
Llevan por dentro ese blanco
grande y vacío
donde se pierde la voz y la vida.
HACIA EL FUTURO
Los únicos que esperan
la primavera son los niños.
Se recargan al filo de la ventana
con sus chamarras
y sus guantes tejidos.
Se preguntan:
cuándo los árboles
dejarán de estar desnudos.
Mi hijo ya no suele
ver hacia la calle
ni hacer muchas preguntas.
Le ha encontrado
gusto al encierro.
Las ligeras sábanas
caen sobre su cuerpo.
Pétalos marchitos
que ofrecen lenta caricia.
A sus brazos
les nacieron ramas.
Circuitos por los que corre
la luz de la noche.
Raíces por las que se le fuga la infancia.
DOLOR QUE PURIFICA
Una vez más, esperas.
Igual que hace años,
te detiene la silenciosa ventana.
Intentas vivir
en un mundo propio,
pero ahí también
hay prisa por todo.
Sueños de marea alta
que te ahogan;
revientan tu cuerpo
contra las piedras.
Aprendes del abandono,
te acostumbras
a vivir fuera de sitio.
Le hablas a tus cercanos
del regusto a pólvora,
de las pupilas dilatadas.
De tus ganas de seguir
el curso de la luz.
Arrojarte desde lo alto.
Oír tus huesos quebrarse
sobre el asfalto.
El tuyo no es anhelo inocente.
Pero nadie escucha.
Esta tarde decides
enfrentar el futuro.
El pie derecho toca
cálidamente el abismo.
Después, el más vital
de los impulsos:
el derribo de cuerpo completo
y el vacío que cierra tus ojos.
De Indóciles
Maira Colín. Ha ganado el Premio Nacional de Ensayo Político José Revueltas 2014, el Premio Nacional de Poesía Bartolomé Delgado de León 2017, los Juegos Florales del Carnaval La Paz 2020, Fiesta de los Dioses y la mención honorífica del 14vo. Premio Internacional de Poesía Gilberto Owen. Ha colaborado en más de media docena de antologías de cuento y ensayo en México y Estados Unidos. Fue becaria del Fondo para la Cultura y las Artes (FONCA) en el género de novela. Ha publicado el libro de cuentos para jóvenes Atrapados en la red (Selector, 2010), el libro para niños El secreto de los animales (Matrushka, 2012), la novela Salida de Emergencia (La Cifra Editorial, 2016), y los libros de poesía Mentí cuando te dije que seríamos felices para siempre (Bonobos Editores, 2018) e Indóciles (UAEM, 2020). Es candidata al doctorado en Letras Modernas en la Universidad Iberoamericana.