21 Nov 2024

66. POESÍA VENEZOLANA. ROWENA HILL

-26 Sep 2020
Poesía

 

SEÑOR TÁNATOS

 

Usted, señor, vive (o no vive)

en una frontera fantasma

entre la nada impensable

y todo el resto.

 

A veces los dedos de sus pies

en un descuido ¿no desaparecen

en el otro lado?

¿Cómo hace para retirarlos

—enteros o descompuestos—

a esta orilla donde no existe

sino virtualmente?

 

No le niego su poder,

en el coito en el rezo en el pan

se instala su garita,

deseando o aborreciéndolo

hacia allá vamos todos.

 

Hasta el tigre.

Cuando se le acerca la maravilla

de rayas encendidas y garras fieras

¿usted no siente pena en quebrarla

contra ese muro hipotético?

 

El día en que les toque a mis perros

(des)conocer el último trayecto

acójalos por favor con cariño

empújelos suavemente

hacia ese silencio.

 

De Marea tardía, 2018

 

 

LA ESPOSA DE TÁNATOS

 

La esposa de Tánatos

duerme en su alcoba,

 la cama es suave y floreada,

 el rostro asoma en un nido

de seda y terciopelo,

respira bajito.

 

A veces la piel lisa

y los párpados tiernos

son de recién nacida;

luego los labios enrojecen,

el pelo vibra sutilmente:

¿espera que la despierte

la voz del amor?

 

No se sabe la hora,

al fin abre los ojos

en la cara morena arrugada,

sonríe con compasión entera

al transeúnte aturdido

como diciendo mi abrazo

es la promesa que te acompaña

hasta el límite.

 

De Marea tardía, 2018

 

 

IGUALDAD DE GÉNEROS

 

¡Aquí viene Muerte!

No lleva su blazer vistoso

y tiene las manos embarradas.

Ha recogido su vieja herramienta

la guadaña para extender el alcance

de sus tajos fatales

y se escurre detrás de las máscaras

sin que lo vean.

 

¡Aquí viene Muerte!

Sus faldas están rasgadas y caídas

e incuban el virus en los pliegues

hace pucheros y besa

a distancia, sofoca el aliento.

No tiene tiempo para coquetear

ni ofrecer el pecho.

 

¡Aquí viene Muerte!

Sus ojos de langosta se entornan

ante las multitudes maduras para recoger

y palpita en calles o playas

ni siquiera ávido o contento

sino chupando sin distingo

los imprudentes golpeados.

 

Inédito, 2019

 

 

EL ÁNGEL

 

Gaia me envió a mí

al de alas harapientas y vista débil

para hacerlos reconocer los estragos que causan

a ella, a mí, a ustedes mismos.

Los rasgos estaban en sus lugares:

patas largas, patas cortas, pelaje, cabello, calvo,

ventosas, colmillos, aguijones,

la gama entera de los colores

visibles o no para ustedes,

los seres minúsculos

entre la vida y la inercia

contenidos en su infinitud viral.

 

Ustedes lo trastornaron todo,

el cuello de la jirafa, las escamas del pangolín

despiertan sólo su codicia,

los árboles su envidia del pene.

¡Raja raja y si es posible traga!

Alimañas vengadoras se escurren de agujeros

en la piel de Gaia, gotean venenos.

 

Pero todavía soy ángel.

A través de mí, de mi corazón palpitante,

pueden entrar en el fuego purificador,

bendecir la gracia de los seres vivientes

y ascender por amor a su justa demolición.

 

Inédito, 2019

 

CABALLO

 

Horse pferd equus

hippus ashva kudure

tantas raíces tiene su nombre

 

pero desde Job hasta los seguidores

en Facebook de Precious Horses

cabriolando y resoplando ha abierto

a través de corazones y cerebros

un pasaje al cielo.

 

Ve con él, confía en tu adoración,

su esplendor es la verdad que queda

cuando el caso contra la vida

se ha probado.

 

Inédito, 2019

 

 

GUIJARROS

 

Si hubiera nuevos ojos

quienquiera los posea

caminará por la orilla de un lago

por un llano arenoso

 

y verá como rocas y guijarros

lo miran con rostros

heredados de los no nacidos

de la promesa humana.

 

Inédito, 2019

 

 

CAMINAR

 

Algunos caminamos para alcanzar un destino

otros para dejar atrás un infierno,

nel mezzo del cammin di nostra vita

seniles o juveniles

con esperanzas y sin certezas

sin esperanzas y con condenas.....

 

Si peregrinamos hacia un hogar sagrado

o si hacemos el camino al andar

llegamos, cuando en algún punto sobre el corazón

                                                           de la tierra

acogimos nuestro rayo de sol

y nos estiramos entre la coronilla en el cielo

y las plantas de los pies en el polvo

 

pero los caminantes del destierro

no presienten un santuario,

hasta la luz les pesa en la espalda,

les aprieta el valor como una coraza,

se miran y no se reconocen.

 

Inédito, 2019

 

 

Rowena Hill, es poeta, traductora y estudiosa de culturas orientales, venezolana naturalizada. Ha publicado cinco poemarios, el último Marea tardía (Sociedad de Amigos del Santo Sepulcro, 2019). Ha traducido al español poesía metafísica medieval, de los marginados y de mujeres del sur de la India, y al inglés una muestra de poesía de mujeres de Venezuela y poemas selectos de Rafael Cadenas e Igor Barreto.



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