26 Dic 2024

21. MARGARITO CUÉLLAR. LX PREMIO HISPANOAMERICANO DE POESÍA JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

-14 Oct 2020
Prensa
Fotografía de Marcela Sánchez

Nueva York Poetry Review publica algunos poemas del poeta mexicano Margarito Cuéllar, quien recientemente, con su libro Nadie, salvo el mundo, obtuvo el LX Premio Hispanoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez, convocado por la Diputación de Huelva, España. 

 

 

GRAMÁTICA DEL REGRESO

 

El hombre que pasa y es sólo una mirada

¿de qué lugar viene

qué amigos frecuenta

por cuántos hijos ríe

de cuántos muertos vuelve?

ROBINSON QUINTERO OSSA 

 

LA PANTALLA DIBUJA TÍTULOS NOBILIARIOS

como León Celaya y Uriangato.

Busco a ciegas tu mano

y asoma en la noche

la línea de un verso largo y oscuro

que al amanecer se llamará sólo

carretera dolor de cabeza   

estrella de las horas. 

 

*

 

El autobús avanza en la cinta asfaltada de tu nombre.

Lejos quedan otras luces;

mariposas parpadeantes reflejan en sus alas

los primeros golpes del día.

 

Lejos aún     la oscuridad traiciona

y yo espero que el viaje acabe

para deslizarme a ti

hasta que de la noche quede una fogata

y al final una flor de humo

pida auto-stop al borde del camino.

 

*

 

Lo que brilla al cruzar el puente debe ser un río

lo delata un silencio

sin pescadores ni lirios del agua.

Si el río o lo que sea la estela luminosa

que ahora es sólo una palabra más en el poema

fuera el día

la infancia arrojaría piedras a la superficie

y las gallaretas se ocultarían en los veleros

o en las comisuras de los versos.

 

Pero lo de hoy es la insistencia de los motores

un campo de espigas en el sueño del que viaja

y duerme como si lo que nace kilómetros adelante

no fueran los indicios del sol.

 

*

 

ME GUSTARÍA SABER QUIÉN ES EL AUTOR

del manchón gris que fondea el cielo

y de los trazos entre rojo y naranja

que invaden la mirada

mientras la noche se dispone a dormir

y los neumáticos van sobre la doble A de tu nombre

como un barco que se equivoca de estación.

 

*

 

Y QUÉ HAGO AHORA CON LAS TRAMAS AZULES

a uno y otro lado de este mapa

sin noche ni día

y los autos nos rebasan

como sí allá donde las luces aparentan estabilidad

los esperara una taza de té      un perro     una mujer o un caballo.

El dolor que por la noche se adueña de mis huesos

duerme como un pasajero más;

qué pena, vecino, el hombre se acostumbra a lo que duele.

Abro las puertas y le doy de comer

mas no pensé que tanto y tanto y tanto amor doliera

ni que el día oscureciera todo el año.

 

*

 

LOS ÁRBOLES TAMBIÉN SON PARTE DEL POEMA.

Los campos amarillos se despiertan

se liberan del rocío y se disponen a crecer.

La culpable duerme indiferente al mercado de la poesía

y al circuito de farsantes y verduleros que la cultivan.

  

*

 

LLAMA MI MADRE

quiere saber el planeta en que estoy.

En el planeta recuerdo herido madre

donde el rey José Alfredo

canta como si se tragará un gato en llamas.

En el país de las quimioterapias.

 

He trazado mi círculo

y aunque los lobos llegan por las noches

a destrozar los años

nada doblega a lo indomable.

 

Dame fuerzas

para hacer corto circuito en el poema

no importa que el chofer apague la luz

ni que los conductores en sentido contrario

me vean como a un ser de otra galaxia.

 

Aquí se apuesta a diario aunque la casa pierda

y yo marco el número del silencio

y no vuelvo a saber de ti

hasta el próximo viaje.

 

*

 

DEJO INTACTAS LAS VALIJAS DEL VIAJE MADRE

me voy tan pronto el sol resane las heridas

y se lleve el frío que arremete como un búfalo

y lame mis huesos como un perro

nada más porque le di chance de hacer nido.

 

Ayer comí caldo de pez hembra

y en el fondo de ese mar había peces sordos

matrimonios deshechos

hijos caminando en sentido contrario a la esperanza.

 

Mientras escribo mastico un pan

digo      una piedra

hecha con mordeduras de Vallejo

pienso en la línea siguiente

y la piedra se ablanda

y aunque no dice nada

dejo que me acompañe en este viaje.

  

*

 

EL HIJO MAYOR PREGUNTA SI ME IMPORTA

la descendencia:

pienso en la especie humana

y en el perro que olvidó en el patio.

El animal escapa y por las noches

pelea por una hembra peluda y brusca

regresa de mañana

y coloca él mismo el collar a su cuello.

 

Lo que deja cicatrices

huye de la noche y de los días azules

e instala su campamento

junto al montículo de hormigas

es lo que ya no es.

 

*

 

EL HIJO MENOR HABLA DE LO MISMO.

Guardo el silencio en el poema

lavo los platos rotos tiendo la cama

doy de comer a las palomas

y pienso/ tienen razón

hay demasiadas rejas en la vida

no cabe en el zoo un humano más.

 

Cuando mis hijos cambiaron su apellido

como si fueran hijos de un espectro

pensé en Nietzsche y el origen de la tragedia

en Alejandra y la piedra de la locura

y me quedé callado

como el día en que al ver el espejo

lo que veo es una línea blanca

un cuadro ausente de formas

que estalla en partículas de cobre.

 

*

 

LOS COLORES DISPERSOS EN EL FIRMAMENTO

forman el sol.     

Lo llamo por su nombre

pero el sol no responde

y dentro de un rato será persona de respeto

y luego viejo y niño otra vez.

 

Las reservas se agotan

la carretera se acorta

vamos en un autobús de juguete

y es hora de retomar viejos sueños/

ser poeta y emperador de tus piernas

brujo y convertir tus pesadillas en peces

mago que desaparece el dolor.

 

*

 

MIENTRAS EL AUTOBÚS TRANSFORMA LA DISTANCIA EN TIEMPO

y arroja desperdicios por la ventana

los pasajeros cuentan sus pesadillas

van al sanitario para distraerse

y matan la noche viendo como los campos amarillos

son ahora un monte denso.

 

Un pasajero cuenta que soñó una sirena

enloquecía de sólo verlo

y cuando piensa en el olor de los peces

se le pone dura

y la sirena se queda quieta

en el asiento del autobús

a la espera de un sueño que la devuelva al mar.

 

Otro hombre sueña que es un caballo

y que el conductor no admite su ticket de viajero.

Prohibido transportar bestias salvajes    dice

y el animal agita sus alas se eleva un poco

y al relinchar despierta al que lo sueña.

Pero hay sueños profundos

y caballos que lloran

si alguien les impide subir a un autobús.

 

La lluvia borra la carretera

las únicas voces que se escuchan/

esquirlas rebotando en el techo

para después

formar surcos en los cristales

una nube de cabras a la orilla

vacas por todas partes.

 

Yo dibujo un caballo

para saltar del autobús

y a todo galope ir por ti

a las nubes más altas.

 

*

 

Para llegar a mi destino

sigo la estela de plata

de la luna llena sobre el mar.

Señales luminosas bajo el cielo de cobre.

 

Mayo 26 de 2017

Carretera Ciudad de México-Monterrey

 

Estos poemas pertenecen al libro Señales luminosas bajo el cielo de cobre (Universidad Autónoma de Querétaro), en proceso de edición.

 

Margarito Cuéllar es originario de San Luis Potosí, México. Radica en Monterrey. Dirigió la revista Armas y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León y el Centro de Escritores de Nuevo León. Entre una veintena de títulos es autor de Poemas en los que nunca es de noche (Grupo Editorial Ibáñez, Bogotá, 2019); Teoría de la belleza (Instituto de Cultura de Sinaloa, 2018); Las edades terrestres (San Luis Potosí, 2016), Moléculas en movimiento vibratorio alrededor de una posición de equilibrio (Coahuila, 2016); Poemas para formar un río (Monte Ávila, Caracas, 2016). Coordina las actividades literarias en la Secretaría de Extensión y Cultura de la Universidad Autónoma de Nuevo León y es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Artes en el área de letras. Con Las edades felices (Hiperión/ UANL) obtuvo en 2014 el Premio Iberoamericano de Poesía Carlos Pellicer para obra Publicada (gobierno de Tabasco/ Instituto Nacional de Bellas Artes. Premio de Poesía Kaqiu - Pen Warren de China 2019. En este mismo año su libro Teoría de la belleza fue ganador del Certamen Hispanoamericano Festival de la Lira (Cuenca, Ecuador) y en 2020, con el libro Nadie, salvo el mundo, obtuvo el Premio Hispanoamericano Juan Ramón Jiménez (Huelva, España).

 



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