NO ERES INÚTIL EN EL PAÍS DEL VIENTO
Cuando viajes, trata de llevar el corazón puesto.
EUGENIO MONTEJO
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no es lo mismo
un banco que una banca
lo supe cuando empecé
a fotografiarlos en Iowa City
una banca
es un asiento de madera
sin respaldo
un banco
puede tener cualquier índole
respaldar o no
servir de mesa
con pies o amparos
eso apunta el diccionario
así que en mis fotos
hubo bancos
sólo bancos
de colores
de madera
de metal
regados por los jardines
pespunteando el río
retrataba por vez primera uno
cuando mi esposo llamó
había ocurrido un terremoto en Caracas
era el tercer día
de mis ochenta lejos
allá vi tormentas
un tornado
escarcha
ventarrones
la inundación
jamás tembló
•
el algoritmo de Instagram
ha de suponer que he enloquecido
me ofrece casas en Madrid
apartamentos en Reikiavik
estancias en Wellington
propone brotes
mansos inviernos
es por mis búsquedas
mi desesperación
por estas páginas
que recomienzan cada día
que cuestionan pasadizos
que no van
•
no viajo los domingos
porque ya no hay periódicos qué desplegar
sobre los manteles del domingo
no queda tinta para recoger aguaceros
limpiar ventanas
—aquí—
el café sigue intacto
también la lupa
de pillar hostales con jardín
toda intensión de descanso
ha sido mutilada
el turismo de mis ensoñaciones
ha vuelto al siglo xvi
es ágrafo
melancólico
interiorano
•
aterricé en Maracaibo el día antes
de la muerte de mi padre
el año siguiente
en esa misma fecha
viajaba a Iowa
dos años después
ese preciso día
fui con las amigas al mar
tres años más tarde
era hábito en cautiverio
no escapo
agosto es el fondo
•
la bodega se llama
Del fin del mundo
me molesta la doble contracción
lo mencioné al propietario
—necia—
mientras caminábamos
por su precioso viñedo
en San Patricio del Chañar
al norte de la Patagonia argentina
dijo que temía convocar
nociones apocalípticas
eso fue hace mucho
el lenguaje es arena
se sabe
mis obsesiones pasan
cuando estoy lejos
o bebo vino
•
quién confiesa
sentirse aparte
incompleto
quién desmerece el viaje
quién remonta al oyente
•
la última vez
que Juan Sánchez Peláez telefoneó
hablamos largo sobre Jerusalén
un nieto suyo vivía allá
quería visitarlo
no tenía yo oficiosos temples
no restregaba piedras en mis ojos
pensé que nunca iríamos
releo al poeta
vuelvo a su énfasis
como lumbre
mandato
Narra la travesía, pierde el pudor
Tú no eres gajo, grumo ni silencio
Tú no eres inútil en el país del viento
Jacqueline Goldberg nació enMaracaibo, Venezuela, en 1966. Escritora y editora. Autora de libros de poesía, narrativa, ensayo, testimonio y literatura infantil. Doctora en Ciencias Sociales y Licenciada en Letras. En 2018 participó como escritora residente en el International Writing Program de la Universidad de Iowa. Su poesía está recogida en Verbos predadores. Poesía reunida 2006-1986 (2007), Ruido de clavículas (2019) y El libro de lo salvado (2020). Es cofundadora y gerente editorial de Fundación La Poeteca.