SOY MUHAMMAD ALÍ
Yo soy Muhammad Alí
Soy el rey del mundo:
También soy amo y señor de la enfermedad de Parkinson
Soy Muhammad Alí:
mi boca es grande como un rascacielos
Mi voluntad también
Soy Alí, el contradictorio:
intimido a mis rivales, abuso de su recelo
pero abogo al mismo tiempo por los derechos humanos
Como cualquiera, he tenido enemigos que me odian a muerte
Me enfrasqué, incluso
en combates épicos con algún Frazer, por descuido
Debes saber además que vapuleé, mientras tanto
a muchos, muchos, muchos costales
Suelo a decir a mis antagonistas:
“Mira mis piernas, que rápido se mueven”
Soy un peso pesado, pero soy ligero como mariposa
Soy el gran Alí
Ahora voy a lanzarte un golpe
un verso tan rápido que no podrás notarlo…
¿Lo leíste? ¿Pudiste verlo?
Un día me llamaron Cassius
Cassius Marcellus Clay
Más ignoré a quien me llamaba
Lo dije bien claro: no iré, ése es nombre de esclavo
Yo odio la guerra
odio matar
Me niego a hacer lo que otros quieren
Pretendieron enterrarme vivo
pero volví, más tarde a ser, de nuevo
campeón del mundo
Soy Muhammad Alí
No soy blanco
Orgullosamente no soy blanco
Tampoco soy su esclavo
Soy el dueño del mundo
“Soy joven; soy guapo; soy rápido”
“Cuando eres tan grandioso como yo, es difícil ser humilde”
Soy Alí
Entreno, deslumbro, entreno
Entreno, deslumbro, entreno
Soy Muhammad Alí
Soy el más grande
Lo dije
y te lo digo:
“No se puede ser valiente si se tiene miedo”.
EL LUGAR DEL QUE VENGO
Vengo de una cultura sísmica
He visto el desplome de edificios
ilusiones, mentiras o gobiernos
Los he visto con la misma serenidad
con la que ahora fumo
¿Por qué debería temer al hambre, al desamor,
al profano desprecio?
Vengo de un lugar donde uno
se sobresalta con cualquier movimiento
Desde luego
nos movemos cada segundo
Uno cae y se levanta de algún modo
de cualquier modo
aparece entre las ruinas como un gato famélico
Aprende a fingir estabilidad
Luego los días reaparecen, discretos
¿Por qué habrían de estremecerme
tu misterio, los mensajes que no recibes
las llamadas muertas
el silencio en el que me has sepultado?
¿Por qué habría de angustiarme, por otra parte
la parálisis ante el futuro
mis venas podridas
la indiferencia de los seres queridos
las malas, las desleales amistades?
Y la soledad, la persistente soledad
Uno cae, se sacude la tierra entre los dientes
se levanta y camina, renco
Uno se vuelve Lázaro y Jesucristo
Se vuelve también el ángel que se desplomó de un reino
Hasta que un día no
Uno ya no se pone en pie
Se queda absorto
ante su cadáver bajo los escombros
La fecha de ese día, por fortuna
se desconoce
Sólo así se puede fingir la prosaica comedia de la vida
fingir que fingimos estar vivos
Así que hoy tomo aire
Me des-caigo cadáver
No se pierde nada cuando nada se tiene
Me incorporo, sobrevivo
Así es aquí, desde hace siglos:
uno se derriba, se reconstruye
Se hace polvo o se hace piedra
Se hace piedra o se hace polvo
Y se acostumbra
Se acostumbra
Ya lo ves
lo dije:
vengo de una cultura sísmica.
DECLARACIÓN DE BIENES
Esta casa es hermosa, pero no es mía
Es de mis padres, será seguro de mis sobrinos,
de los hijos de mis sobrinos, de los hijos de los hijos de mis sobrinos
o de un pato, un duende, un oso que alcance a cubrir la renta.
Estos versos pueden ser interesantes, pero no son míos
Son de quien murmura, entre dientes, sus alegrías de sal,
sus nostalgias tabaco. Tal vez sean,
sí, de los hijos de mis nietos, o de los hijos de los hijos de mis nietos.
Este libro no es un libro. Es un testamento, un mamotreto
una queja sin fecha ni nombre, una charla entre amigos
o una charla con los nietos de los nietos de mis amigos
quienes habrán de leerlo en futuras mañanas sin gloria
entre violentas tormentas de tiempo, como gatos boca arriba
o peces congelados
Esta casa es hermosa, pero no es mía
Estos versos pueden interesarte, pero no son míos
Lo digo yo, que espero sí ser yo
Lo dicen el pato, el duende, los nietos, el oso.
SOY MEDUSA
Yo soy Medusa:
bella, antigua sacerdotisa del templo de Palas Atenea,
aquella quien tiempo después se tornó
el monstruo más fiero de tierras helénicas.
Tengo, al mismo tiempo, un tipo de sangre que dará vida
al hermoso Pegaso y al gigante Crisaor
Soy grande
Soy Medusa
Mi única falta hacia la divinidad fue haber nacido mujer
Mis cabellos ondulados, del color del oro
fueron la envidia de otras chicas
Muchos eran, además, mis pretendientes
Soy Medusa
Cuando ingenua ordené los preparativos
para las libaciones fui violada, de forma salvaje
por Poseidón, señor de los mares y las tormentas:
el más cobarde de los dioses
Poseidón justificó su vileza argumentando
no resistir el color de mis bucles
el aroma de lo virgen. Titán imbécil
Soy Medusa. Había tenido noticia de los ultrajes de Zeus
hacia otras doncellas
ataques que el Olimpo encubrió
bajo la leyenda de capacidades seductoras, galantes
No pensé ser una víctima
de aquella misoginia que se transforma en mito.
Herida en el cuerpo y las entrañas
esperé venganza, una gota de justicia
Atenea, en cambio, coludida con los machos
alegó la profanación de su casa
y maldijo mi supuesto descuido
Me obligó a llevar esta cabellera de sierpes
a volver inservible (cómo lo disfruto)
a cualquiera que se atreve a mirarme.
Me alegra:
ningún varón volverá a posar una mano sobre mi sexo
He jurado a muerte, la muerte del macho cabrío
Soy Medusa:
la condena tras el silencio bajo el silencio
la furia que se estudia con desdén en las aulas de escuela
la víctima y, tras la violencia, el fenómeno violento
Deambulo, discreta, bajo la humillación
de las cámaras y las estatuas de un palacio oscuro
Yo soy Medusa:
un día fui inocente
un día fui ultrajada
otro más me convertí en una revancha necesaria
Tuve una vida difícil
No hubo sosiego
No contento con ello el destino permitió que una jornada
cuando contemplaba absorta el exterior de una ventana del palacio
otro hombre, un cobarde de nombre Perseo
sacase una espada a mis espaldas para cercenarme la cabeza
Soy Medusa
Teme si eres hombre
Despierta, si mujer eres
Estremécete Caos, agítate Gea:
Soy la sangre de la verdad
Y es posible que estos versos que ahora lees con ligereza
sean capaces de convertir en piedra tus viejos pensamientos.
Ulises Paniagua (México, 1976). Narrador, poeta, videasta y dramaturgo. Ganador del Concurso Internacional de Cuento de la Fundación Gabriel García Márquez, Colombia (2019). Autor de las novelas La ira del sapo (2016), y Ese lugar existe (2017); así como de siete libros de cuentos: Patibulario, cuentos al final del túnel, (2011), Nadie duerme esta noche (2012), Historias de la ruina (2013), Bitácora del eterno navegante (Abismos, 2015), Entre el día y la noche (UAM), Las tuercas en mi cabeza (2019) y El horror en cada puerta (2019). Poemarios: Del amor y otras miserias (2009), Guardián de las horas (2012), Nocturno imperio de los proscritos (2013), y Lo tan negro que respira el Universo (2015); así como los CDs sonoro-poéticos: Cuadriversiones (2013), Clandestinos y nocturnos (2014), y Mientras nos queden labios con qué cantar (2016). Ha sido divulgado en antologías, revistas y diarios nacionales e internacionales y publicado en la Academia Uruguaya de Letras. Primer lugar en el Concurso Literario de Cuento “La caverna” (2016). Mención honorífica en el Concurso Nacional de Cuento Criaturas de la Noche (2007), y del Premio Endira de Cuento Corto (2016). Su obra ha sido traducida al inglés, checo, ruso e italiano.