Solo porque estás muerto he podido hablarte
como a un hombre de otra manera tus leyes
me lo hubieran impedido.
PIER PAOLO PASOLINI
AULLAR
Que el poema sea un abrir de espinas
en la piel. Que pueda aullar sin parar
en una esquina. Que se adentre
en el clavo y que las llagas sangren.
Que sea un cantar a la inocencia del puma,
un temblor que ascienda y llore
como un ciego desconsolado
por falta de bondad. Que el poema
sea la tarde con manos de corriente,
un gemido incontenible,
una ficción de recuerdos,
un abismo en los puentes vacíos.
Inédito
CON CAUTELA
Con cautela
se mete dentro de sí misma
y busca
calladamente el sonido del corazón.
En el camino lleno de raíces
mastica semillas de girasol.
Se da la vuelta
dentro de su piel
y encuentra el brazo.
Con sosiego
se arrodilla
como si estuviera en medio de la niebla
extiende la pierna de atrás
dobla la rodilla de adelante
y sin pensarlo más
se vuelve paloma.
De Barro blasfemo (2009)
EL ATREVIMIENTO
El atrevimiento
me hizo mirar
a la luna preñada.
Entró el cielo
por un ojo
entró un aire tibio
por el iris
y así sucesivamente
fue entrando la noche
en mi cuerpo
que parecía
río de meridiano.
Comprendí que la luna
no iba a ninguna parte
y se alargó la pierna.
De Barro blasfemo (2009)
SILENCIO
Hay un silencio que no dice nada.
Hay un silencio que retoña en la madrugada.
Hay un silencio. Hay silencio. Hay.
Las campanas dicen algo deshabitado
del tiempo. Hay un silencio que grita
abolengos de robles enérgicos, fichas
de familia entre los geranios. Hay rocas
que hablan de silencio en las calles
blanqueadas de cal. Hay silencio
en el trino de un gorrión. Hay silencio
en el nido de la paloma peregrina.
Hay silencio entre los monjes.
Hay silencio. Hay tatuajes
en el silencio del amor.
De Meditar de sirenas (2013)
TILDAR LA VIDA
Cómo tildar la vida de vida. Dónde va el acento
en el marco del deseo. Ese deseo húmedo de tarde,
de tiempo engranado en la piel. Dónde poner la tilde
en el primer beso, en el estremecimiento de la piel
en reposo, dónde poner la tilde en cuerpos que se reconocen
desde antes del alfabeto. Memoria húmeda de silencio.
Donde no existe el tiempo, sólo tildes en todas
las noches maduras de vida, en todas las piedras
silentes de amor, las tildes sólo existen
en las esdrújulas de las piedras grabadas
en esquinas secretas de un alfabeto
visible. Tildar es arrojar una piedra
en las olas del deseo y sofocar el silencio
en una sílaba aguda hecha de cuerpo.
De Meditar de sirenas (2013)
LA SUSTANCIA DE LA LLUVIA
Por qué dicen que hurgar el cielo, es un regreso a lo desconocido
por qué dicen que prender fuego a una hoguera
es la sustancia de la lluvia, que estar alerta
a la vigilia de una piedra es la mayor claridad
por qué miramos la lluvia y nos quedamos quietos. Entramos
en la esbelta sombra de las gotas gruesas de un aguacero nocturno
para abrazarnos sin mirarnos, para contemplar la distancia y abrigar la soledad
que a veces viene sin invitación alguna, una tristeza llega
como también llegan los pájaros tardíos
retornamos al barrio dormido, a la estación de humo. Regresamos
para que nadie huya del fuego, para que no giman los pájaros
por qué dicen que regresar es un acto de brevedad y ternura
si regresamos para ser amados en medio de la armonía
del agua, que cae lentamente para inmovilizarnos.
Retornamos para ser amados y sentir nuestras manos palparnos
justo antes de ese instante que es egoístamente nuestro.
De Las ocurrencias del porvenir (2018).
CICLADA ES LO DESCONOCIDO DEL EGEO
Los ritos sagrados aguardan
en montículos de roble silvestre.
Acuna el ronroneo de la ola
sobre la arena opaca.
Retorna al Egeo
para reclamar la tierra de su herencia
esparce navíos de astas y vientos vertiginosos.
Estas tierras prodigiosas de mármol, trigo
y cobre cubren sus trenzas rebeldes.
Se unta de lodo en Paros
encuentra diademas en el viento en Naxos y Delos
reza nostalgias en Syrros, en Santorini silba la melodía
de las olas y siente el amor en Keos.
Cuántos jardines, cuántos paraísos habita
y todos los contempla en presente.
Su pecho exhibe collares de metales preciosos.
Sin importarle el caos, ni el eco de los mitos
regresa a reinar en el viento de las campanas.
En los atardeceres clandestinos del mar Egeo
ensarta las raíces nómadas
en cada paraíso con corcel de espuma rosa
la belleza de las llamas queda encima del origen.
Ya los mitos se anteponen a su lengua
siendo ella el origen de todo origen.
Regresa a guiar el instinto de los mares
regresa a reinar todas las islas, hondas y silenciosas
que pronuncien el raudal de su nombre.
De Diosas prestadas (2019)
SIRENA SIN TIERRA
Aletea el sol entre las canteras del mar.
En el alcantarillado del sueño se desnuda de telarañas en las rocas de la tierra.
Viaja la hondonada para hacer desvanecer los mitos del engaño.
La historia es un mito sin cola, el mito es una historia sin origen.
La historia descree los mitos, y los mitos descreen el tiempo de la historia.
El tiempo de la sirena sin tierra
es inmarchitable.
La línea que divide su canto, es la línea
que atraviesa el corazón en ocasos cilíndricos.
Saborea besos de sal, degusta la vid del sueño en mejillas ardientes.
Vive el amor en el cántaro de los sueños
y canta quimeras en medio de abecedarios navegantes.
Aletea sin cesar, aletea el viento
nada al lado de caballos de mar.
Apuesta a las cartas que saben de mar
y los versos lúcidos de los sueños marcan el reloj.
Siente la mirada ciega de luz, siente
el revoloteo de la sangre, en la cadena de su ser.
Sueña con madrugadas amanecidas al ras del bosque
y con maravillas perfectas en el contraluz de la espalda.
Una noche azul
se aleja de la tierra y a los lejos
escucha el canto de su propia letanía.
De Diosas prestadas (2019).
ESTRELLAS SALPICADAS
La aureola de las diosas irradia un fértil desconcierto.
El esplendor y el destino se encuentran a los pies
de Hera. Su mano es la ofrenda de las rojas granadas.
Hera se enamora del mar
al sentir las estrellas salpicar su cabello.
Hera es la diosa que conoce los caminos del Olimpo.
Cronos la embelleció con salamandras doradas
Hera es la otra madre de Dionisio.
Tanta belleza eclipsó a las otras diosas.
Recibe coquetamente a las olas
como augurios divinos.
Con el movimiento fijo
marca en la arena los intentos
diáfanos de la respiración.
De Diosas prestadas (2019).
Ivonne Gordon Carrera Andrade (Quito, Ecuador). Realizó su tesis doctoral sobre: La femineidad como máscara. Un estudio innovador sobre la obra poética de Gabriela Mistral. Es poeta, crítica literaria, traductora, ensayista y ejerce como profesora titular de poesía y literatura latinoamericana en la U. de Redlands, EEUU. Entre los galardones el más reciente el prestigioso Premio Poeta en Nueva York, Ediciones Valparaíso por Casa de agua; finalista del Premio Internacional de poesía Francisco de Aldana por Diosas prestadas; Premio Internacional de Poesía Hespérides por Ocurrencias del porvenir; finalista Premio Andrés Bello; Premio de poesía, Jorge Carrera Andrade por Manzanilla del insomnio; finalista del Premio Extraordinario Casa de las Américas por Colibríes en el exilio. Ha publicado más de una decena de libros, Nuestrario (México, 1987); Bajo nuestra piel (México, 1989); Colibriíes en el exilio (Ecuador, 1997); Manzanilla del insomnio (Ecuador, 2002); Barro blasfemo (España, 2009); Meditar de sirenas (Suecia, 2013, 3era Ed. Chile, 2019); Danza inoportuna (Ecuador, 2016); Las ocurrencias del porvenir (Argentina, 2018); El tórax de tus ojos (España, 2018); Diosas prestadas (España, 2019); Casa de Agua (Estados Unidos, por salir). Ha sido incluída en más de cuarenta antologías a nivel internacional. Como crítica literaria ha publicado en rnumerosas revistas académicas de gran divulgación internacional. Ha participado en festivales internacionales. Su poesía está grabada en la Biblioteca del Congreso en Estados Unidos. Conferencista magistral en varias universidades de Estados Unidos. Su obra es de gran interés para destacados académicos, hay artículos acadécos sobre su trabajo poético, y ha sido traducida al inglés, rumano, griego y polaco.