22 Nov 2024

183. POESÍA MEXICANA. MELISSA DEL MAR

-27 Feb 2021
Poesía

 

ÁGATA

 

Fluye un fuego que nació en silencio

de la entraña del río

que el hielo ha detenido.

De su invierno

solo las piedras sobreviven. 

 

Su llama cintila en acantilados,

viendo desde su cumbre cómo todo arde

ahí en donde crecen troncos de uva nieve y robles púrpuras. 

 

 

Cerca de la espiga danza la lumbre y

en el monte se escuchan sus ruedas,

que, pese al frío, no olvidan.

 

Ceniza, testigo de la herida,

la brasa que ya no se esconde,

que se alza frente al ahogo.

 

Escucha el crujir de nuestro incendio,

el que a su paso todo lo revienta

porque este fuego no se alivia,

arde,

crece, aviva

y no cesa de rugir,

 

escúchanos aullar,

 

porque ignorar a la hoguera

es quemarnos también.

 

 

ANOCHECE

 

Silencio.

Despiertas.

 

El monte está incendiado de llantos perros.

La jauría ladra un presagio.

Esperas a que se callen.

No lo hacen. 

 

Un chillido estalla.

 

Las están matando.

 

Jadea un grito y las demás elevan sus ladridos.

Caminas por entre los árboles.

Las coyotas acompañan cada uno de tus pasos,

pero eso no te reconforta,

sabes que alguien te sigue.  

 

Te asfixia el repentino silencio. Se han callado.

 

Aquellas que hace unos minutos se oían morir, ahora son recuerdo.

 

Optas por regresar a casa.

           

Entonces,

 

estruendo. Son varios. Caminas más rápido. Te domina el sudor.

 

Hueles el fuego de la hoguera que las vio morir.

Escuchas a una por una, llorarle a la noche.

 

El ruido es más fuerte, reverbera en tus huesos.

Ya no puedes ver

lo que te rodea.

 

El suelo te jala y te compactas.

 

Silencio.

 

Abres los ojos y sientes cómo te cargan por las patas traseras,

tus colmillos han perdido su filo,

por eso no alcanzas a morder.

 

Arrojan tu cuerpo de loba al fuego y ardes.

 

Silencio.

Despiertas.

 

Entre espasmos, todavía escuchando a la jauría arder,

sabes que no lo soñaste.

 

Anoche no fuiste tú, pero nuevos nombres harán falta al amanecer.

Temes por ellas y porque algún día sea el tuyo el que busquen.

 

 

FIERA

 

Camino a la orilla de donde se entrenzan los senderos.

 

El silencio se alza

como también se eleva

            el cabello muerto.

 

Flota,

abrazado al viento, no listo para caerse.

 

Lo tomo como si fuera mío

y ya no sé si lo confundo con el propio.

 

 

Yo también he perdido bastante. 

 

Es corto y me duele el pelo

muerto que ahora se amarra a mi mano,

aferrándose.

 

No sé si viene del matorral o la fosa,

el ruido solo señala

que a la fuerza se lo quitaron.

 

Siembro a la hebra en la tierra,

anudado con uno que arranco de mi cabeza,

para no olvidar,

para que al pasar me vean

y sepan que por cada pelo que me falta,

hemos perdido a otra más.

 

Lo regreso al vientre y crezco en el hueco de la semilla

una cruz sin nombre; otra.

 

Rezo porque germine esta enredadera,

rezo por las que se llevaron

y rezo porque la fiera me las regrese

con todos y cada uno de sus cabellos.

 

 

TIERRAMADRE

 

Entre el cobijo algodón

que es tu voz,

encuentro lo que

me hicieron olvidar.

Veo en tus remansos, brotar

el fruto en donde me vivo con el miedo

único

de no encontrar sino tu silencio.

 

Me sé en tu mirada,

fractal en donde existen nuestros entramados,

que saben cómo las raíces tuyas y mías

se trenzan en donde el tiempo no pasa.

                                                                                                          Ahí en donde puedo

ser tú

al mismo tiempo que tú eres.

 

Tu tallo es el pecho en el que lato,

palpito al ritmo de las voces nuestras.

Te vuelves el espacio sacro

en donde la muerte se desvanece

florida; y a pesar de todo estás,

con tu calma que es marea,

calmarea,

que todo lo regresa como recuerdos de agua tibia.

 

                                                                                                                                                          Tu tronco  fragmentado

en quienes te somos

 irradia sueños nutridos

y nos crecemos entre tus palabras,

pronunciadas desde

el calor que fluye por tu palma que nos

entreteje.

 

 

Semilla somos una,

nacida

de ti.

 

 

VOCES QUE AMANECEN

 

Lo dijeron en silencio

cuando hablaron los cerros,

 

apoyado en tu pecho izquierdo se escribe un árbol,

 

florece cuando te invoca el mediodía

seco de lágrimas

que alguien (no) se inventa.   

 

Habitas noches donde nace el viento,

un canto escondido en hojas,

 

 anunciado por el fuego que te cubre,

y la luz

que cuando lenguas se curva, 

apostrofa tu aroma iridiscente

palpitando una tierra tomada.  

 

 

Cuerpo sin forma

se traza

en donde crecen tallos de oralidad

 

tu muerte, que nace cuando no te escuchas,

y versado en otro glosar

tu parto. 

 

 

Leerte es ver que las raíces vuelan,

todavía,

que corren los campos,

que las palabras se descubren descalzas,

que del monte brotan hablas, 

                                                           todavía,

            que soñaron tu nombre,

            que te pronuncias a partir del sol,

que ahora confiesas la tarde,

 

entonces

 

leerte es saberse vivo,

todavía.

 

 

Melissa del Mar. Estudia comunicación y medios digitales en el Tecnológico de Monterrey. Cuenta con un diplomado en Literaturas Mexicanas en Lenguas Indígenas (2019). Es ganadora del Premio Mujer Tec (2021) en la categoría de Arte y Gestión Cultural ofrecido por el Centro de Reconocimiento de la Dignidad Humana del Tecnológico de Monterrey. Ha sido publicada en Buenos Aires Poetry, Más Cultura de Librerías Gandhi, Campos de Plumas, entre otros. Es titular de la Coordinación para el reconocimiento e impulso de los derechos de la mujer de la Fundación Internacional de Arte y Cultura. Es jefa de comunicación y difusión de Cardenal, Revista Literaria y directora de arte y cultura de PICO Informativo. Es columnista en Proyecto Ululayu y cofundadora del taller "Todos los nombres que soy" de escritura creativa feminista.  Ha dado conferencias en TEDx, Feria Internacional del Libro, Festival Mesoamericano de Poesía, Festival Universitario de Literatura y Artes, entre otros. Su trabajo poético se ha presentado en México, Argentina, Bélgica, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Italia, España, Estados Unidos y Perú.

 



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