NOCHE
Enredadera de flores luminosas
Cintila la estrella:
Canto del grillo
Hilo vibrante y brillante
En la flor abierta de la noche
El polen esparcido de las estrellas:
Las abejas soltaron el oro de las lenguas
Hilo infinito, son-oro:
La estrella y el grillo
Forman un coro
Por la noche rondo las palabras
Que un día fueron del mar
Oro del mar
En la página oscura
La letra dorada del relámpago
En el pergamino del silencio
La letra sonora del rayo
El reloj de arena
Del día y la noche
Del cielo y la playa
Del desierto estrellado
Con su cristal entero
Arena del reloj: estrellas
Polen del tiempo
(Polen polémico)
El río: movimiento del brillo
De la mano de Dios:
Da vuelta al reloj de las constelaciones de la arena
Para detener
El adiós inexorable de los días
Dios se creó
Dios firmó la noche con un relámpago
Y las flores, esparciendo su polen,
Aparecieron el firmamento
RELOJ DEL COSMOS
Las manecillas de las flores
Marcan -reloj astral- las estaciones
Cantan al ritmo de las temporadas siderales
-Complejo mecanismo de cristal-
La Flor del Ciruelo es la primavera
(La Vía Láctea con su aroma).
La Ololihuqui da el verano
(La Serpiente Azul pluviosa
Festival del estival).
El Cosmos[1] el otoño
(La nebulosa de Orión:
Poderosa voz estallando soles rosas.
La única estación que profundiza en las otras).
Y el Asfódelo[2] el invierno
La dulce puerta de luna del averno
Y su aroma insondable).
Infinito reloj astronómico de Praga
Al que da cuerda el sol.
[1] Flor mexicana, abundante a la orilla de los caminos.
[2] El nardo y la varita de San José son variantes de esta flor: la varita de las hadas.
CONSTELACIÓN DEL SER
La rosa es el bebé de la Aurora.
El vacío bebe a la rosa.
El Vacío es el bebé de la rosa.
Mas la rosa es la cuna de Orfeo
Donde canta por siempre
La eternidad:
La piel abandonada de la sierpe
Que recuerda nuestras vidas olvidadas
La piel abandonada en el cielo
De la Constelación de la Serpiente
Es un río seco brillante.
La rosa: en su rostro de luna,
El brillo de polen, de la estrella.
Vestida con la falda dorada del mar.
Mar: cetonia dorada
Saliendo de la rosa de la aurora
No desfallece la rosa
Con el sol, cayendo a plomo,
De la soledad
No se desmaya su aplomo
Con la metralla del sol
Callando a plomo
El solio del sol
La soledad, la sol edad
La sola edad
No estoy (solo) en el mundo:
Con su perfume enredadera
Me extravió el jazmín.
Las galaxias florecen sólo un día
¿Sólo eso somos?
Grandes poemas que explotan en un brillo nítido
Como el azul druídico de Char-tres
Hermosos tejidos que desaparecen,
Palabras vitrales ensamblados
En la catedral del sueño
Astillas de silenciosa luz cociéndose y cosiéndose
En rosetón sonoro.
¿Nada queda,
pasa todo?
Todo queda y vuelve a ser
Nada pasa porque sí
No veles, ni desveles,
Enciende las velas con el viento
Quita el velo
Velo bien
Ve lo bien.
UNI-VERSO: ABEJORROS Y COLIBRÍES
Tu voz ultravioleta, tu canción infrarroja
Llama a las alas de la llama
Del verano: a las abejas, a los abejorros, a los colibríes
Halos de sonoro coro (de truenos eminentes aún lejanos)
De vuelo suspendido en el instante
En que deslumbra el encanto a plenitud
Con gritos silenciosos de tu luz
Para pagarles tu miel
Y pegarles tu polen a su vuelo
Tus monedas de oro inmortal
Tu polvo de sol, polvo de miel
Libro dorado del código secreto
Donde está cifrado el infinito
Ellos entregan esa nota a otra flor
Tu fórmula de canto y luz
Para que en ese eco sin fin
La canción del universo y de la vida
Cree otra onda honda con la forma esencial
De tu belleza, del mito y la poesía
Y así como repiten en su nido o su panal
El acoplamiento de tu copla
De tu copa y de su pico
Y el desprendimiento de tu miel y de tu polen
(De tu cámara nupcial)
Sus trompas y trompetas en sordina,
Al unicornio del verso
Con su corno
Lo repite sin fin el universo
Y éste con su verbo luminoso
En otros universos
Todo es el ver, el verde ver
Dorado ver alado de la luz
Dorado ver horado de la voz
Dorado ver arado del azul
Es un eco infinito el universo
Un eco del ver
Y un eco del verbo
Y un eco del verso
Y de la luz un eco
Un eco
Que rebota en sí mismo
Que a sí mismo penetra
Y ese es el vacío
Esa es la nada
Es el amor
De donde surge todo
Y esa es tu canción:
Oír la luz
Del río sonoro del silencio
Y su coro de cuerdas
Tensadas en el aire
Vibrantes en el vidrio brillante
Del verano
El río de oro del viento
Su melodía de miel a medio día
Y su fragante coro.
ORFEO (REINO DEL FUNGUS)
Orfeo: la lira de la lluvia
De siete cuerdas de oro
Hace brotar infinitamente tu cabeza cercenada
Tu cabellera roja
Ensangrentada
Y tu blanco cuello, de azules venas.
Y forma un coro dionisiaco
La danza circular de tu voz lunar
A través de la voz dorada de la lluvia
De las cuerdas multiplicadas de la ele y de la elle
Por el arpa eólica del bosque
Barco de la eternidad.
La lira de siete cuerdas del arcoíris
(Que teje y desteje el viento)
Dispara un pájaro al sol
Y brotan dardos sordos dorados
De un canto esbelto de lluvia
La espada del relámpago
Cercenó la cabeza de Orfeo
Que multiplicada en goterones rojos
Siguió cantando la fina melodía
De la lluvia sin fin
Del-fin
(Psicopompo de la llegada de Dioniso).
Víctor Toledo Córdoba, Veracruz 1957. Premio Nacional de Poesía Joven 1983. Becario: del Centro mexicano de escritores (84-85), INBA (85-86). Doctor en Filología Rusa, Moscú, 1991. Publicaciones: Poemas del Didxazá (1985). La casa de la nube (1996). La zorra azul (El ala del tigre, 1996). Retrato de familia con algunas hojas (1999). El águila en las venas. Neruda en México, México en Neruda (2005). Poética de la Sincronicidad. La lengua de Adán y Eva (2006). La Mariposa En La Estrella. Recuento de poesía rusa (2008). Oro en canto son oro (2012). Ver de mar de Ver (2013). Alba y Abla (2014). La piedra en la historia, poemas de Osip Mandelshtam (2014). Permutaciones (2015). Fin del tiempo (1916). Uni-verso, antología personal, (2017). El alma y la inmortalidad (2018). Del Polen (2019). y Canción de amor del cielo y de la tierra (2020).