FIRST SERIES
La muerte pidió que la cremaran
y esparcieran sus cenizas
sobre todos los vivos
TRES KILOS PESÓ LA MUERTE
Cuando nació la muerte
nadie quiso tomarla en brazos
era tan fea como las gordas de Botero
No durará mucho
dijo la madre al salir del parto
tan resignada y ausente
como una piedra en medio del temporal
Pero la muerte traía en los ojos
una luz endiablada
un dulce escalofrío de eternidad
Se equivocaron los médicos
y la matrona
y aquél que pasó la noche
llamando a la funeraria
Ahora es un bebé robusto
comentan las enfermeras
y a veces hasta Dios le cambia de pañales
CRIATURAS
Tus muñecas tienen las manos heladas
parece que juegan con la muerte a la escondida
y no se cansan jamás
Quién peina a tus muñecas cuando te duermes
Tus muñecas se peinan solas
y cuentan hasta diez con los ojos cerrados
mientras la muerte envejece bajo tu cama
LA MUERTE ROBÓ LOS ZAPATOS DE DIOS
La muerte robó los zapatos de Dios
Le quedaban grandes y los usaba de todas formas
los lustraba ceremoniosamente antes de salir
y había dejado escrito en su diario de vida
Quiero morir con los zapatos puestos
Ni siquiera se los quitaba cuando dormía
Cuando se daba un baño de tina
esos zapatos burbujeaban como si hablaran
como si Dios enviara recados del otro mundo
entonces la muerte los acercaba a su oído
y las cosas que escuchaba la hacían llorar
LA MUERTE PERDIÓ LA RAZÓN
Dios se fue con otra
Dejó a la muerte llorando por los rincones
Guardó unas cuantas cosas:
su diario de vida, el retrato de Cristo
unas sábanas que eran de su madre
y salió con su maleta como si nada
La muerte entró en estado de shock
peinaba a sus muñecas durante horas
vagaba desnuda por los cementerios
sin conocer a nadie, perdida entre esas tumbas
que no dejaban de mirarla
entre esas fosas que añoraban abrazarla
como cuando era niña
y jugaba a la escondida con las arañas
o se enojaba con los gusanos
porque nunca la encontraban
Qué noches aquellas
Y ahora, tan sola
tan ausente en su propia oscuridad
incapaz de recordar detalles, rostros
sólo los labios de Dios cantándole al oído:
Te amaré aunque tenga final*
*Tema de Silvio Rodríguez.
AUTORRETRATO DE LA MUERTE
Qué puedo agregar de mí
que no se haya dicho o escrito
o publicado por esa manga de reporteros
parados noche y día en las afueras del cementerio
subidos en las cruces
escondidos en los nichos vacíos
atrincherados en la fosa común con sus cámaras
hambrientas
para ver si me atrapan en algo poco digno
o consiguen un registro de mi esbelta anatomía
o se llevan la exclusiva de mi rostro al despertar
saliendo de ese féretro que parece congelador
o tomando el sol en traje de Eva
recostada sobre la tumba de mi madre
Qué puedo agregar de mí
que los gusanos no aclararan en su momento
que Chagall no tuviera en mente
mientras colgaba detrás de su tela
o esas moscas que acompañaban los restos
de Baudelaire
no hayan hablado en la sobremesa
o el fantasma de Vallejo no sospechara
en esa noche de aguacero
Qué puedo agregar de mí
salvo que he sido feliz en los campos de batalla
aconsejando a los suicidas
mientras se miran al espejo por última vez
visitando a los enfermos terminales
tomando la palabra en el entierro de Cervantes
cargando el ataúd de Miguel Ángel o John Lennon
probándome el pijama de Mandela
Qué puedo agregar de mí
si cada letra de mi loca biografía
la escribirán ustedes tarde o temprano
OBSESIÓN FATAL
La cabeza del Bautista rodará
hasta el fin de los tiempos
mientras la muerte
no deje de creerse Maradona
De La muerte tiene los días contados.
Mario Meléndez (Linares, Chile, 1971). Estudió Periodismo y Comunicación Social. Entre sus libros figuran: Apuntes para una leyenda, Vuelo subterráneo, El circo de papel, La muerte tiene los días contados, Esperando a Perec y El mago de la soledad. Parte de su obra se encuentra traducida a diversos idiomas. Durante varios años vivió en Ciudad de México, donde dirigió la serie Poetas Latinoamericanos en Laberinto ediciones y realizó antologías sobre la poesía chilena y latinoamericana. A comienzos del 2012 fija su residencia en Italia. En 2013 recibe la medalla del Presidente de la República Italiana, concedida por la Fundación Internacional don Luigi di Liegro. Al inicio de 2015 es incluido en la antología El canon abierto. Última poesía en español (Visor, España). En 2017 algunos de sus poemas aparecen traducidos al inglés en la mítica revista Poetry Magazine de Chicago. Es considerado una de las voces más originales de la nueva poesía latinoamericana. En 2018 regresa a Chile para asumir como editor general de la fundación Vicente Huidobro.