LA CARIDAD DEL FRÍO
Un día conocí a una mujer
que improvisaba altares al azar
Vivía sorteando el rumbo de sus días
apostando por los corazones desvalidos
abandonando sus sueños
en los soportales de las calles
Se hizo amiga de la caridad del frío
su casa era el precipicio
su presente
la intemperie
Un día esa mujer fui yo.
EL REFUGIO DE TU NOMBRE
Desearía volar como si fuese palabra
y al tú nombrarme
hacerme mundo
y ser
lo que es el pan a los besos
una historia de amor.
EL VIENTO QUE ME LLEVA
Que rápido van las nubes
y que firme va tu norte
el corazón herido a plomo
desprovisto de amparo
repleto de tiros de gracia
de mañanas de alegría
de pan, paciencia
y mucha hambre
Que rápido asoma la noche
y que firme va tu camino
el alma llena de pájaros
que se quedan en su margen
en la oración de tus domingos
en la deuda y la miseria
Y la verdad
no se me ocurre en la costumbre
poner en lo bonito
lo poco que queda de indecencia
ante el optimismo
solo el ahogo me sostiene
en la primavera caída
en el viento que me lleva.
LLUEVE
a Mircea Cărtărescu
Hay quien llora
en los suburbios de su vida
Hay quien llora
con el hambre de matar
con las ganas de morir
Hay quien llora
en el margen de la súplica
reprochando a sus lágrimas
la frialdad de algún olvido
Hay quien llora
en la trinchera de una ira ahogándose
en la escasez de sus palabras
Hay quien llora
en la línea de lo eterno
a la espera del equilibrio del loco
Hay quien llora
el abandono en la fría barra del bar
de los desesperos
Hay quien llora
en el margen callado de las cuerdas
de una guitarra componiendo
lágrimas de lamento y mucha pena
Hay quien llora
en la orilla de un mar depositando
la tristeza en las olas vencidas por la sal
Hay quien llora
en la ventana entreabierta
el secreto de la ausencia
Hay quien llora
la indecencia del plato vacío
lamentando la carencia
del pan mustio y el azúcar seca
Hay quien llora
en las esquinas de las calles
olvidando sus ahora y sus mientras
Hay quien llora
en el metro sacudiendo
su tristeza entre estaciones
Hay quien llora
en el vértice del amor
esperando que el límite
se rompa o se recomponga
Hay quien llora
en el desierto de la importancia
esperando llegar al oasis de lo lejos
Hay quien llora
al pasado pensando que el futuro
será pronto un presente
Hay quien llora llorando y en su llorar
Llueve.
ROMANCE DE LA LUNA INSOMNE
Uno inventa su noche
y su sustento
es ahí donde revisa sus costuras
y sus dobleces
trata de hilvanar
las consecuencias de sus días
las nubes bajas
el pan sobrante
el vaso rasgado por el tiempo
la luna insomne
y la ausencia
la gran perdedora de su vida
Pone luciérnagas en su ventana
y consigue adecentar
lo poco que le queda
hasta que llega el alba
Así siempre
siguiendo la costumbre de sus ancestros
que como él
perdieron la guerra
y un amor.
EL ÚLTIMO CLAVO DE TU CRUZ
Sin rumbo fuiste de puntillas
con la militancia de tus bordes
deshilando la madeja de esa vida tuya
convertida en un estar pendiente y no caer
Nadie muere en las vísperas
uno se acostumbra al derrumbe
al ruido y al error
a la falta y al peligro
al atuendo por susurro
a perderse en las heridas
a la esquina del asombro
a ser peldaño
viento y deriva
Ese primero de mayo llegué a ti
para poner la tarde en tu hombro
para ser el quedar en el dejarse
el último clavo de tu cruz.
SIEMPRE ES DE NOCHE EN PYONGYANG
Aquí sobrevivo a mis tormentos
Sintiendo el rechinar de tus tristezas
Me vigila el ojo tramposo de lo ajeno
Guardo tras la puerta
toda la oscuridad de mis días
y la injerencia
de la soledad mal entendida
Sigo siendo la niña oscura
que se oculta envuelta de susto y miseria
en la verdad de la noche
a leer tras un candil
papeles arrugados de la Guerra vieja.
busco en ella un nombre
el tuyo
y una suerte
la tuya
De aquí a pocos días
llegará noviembre
El cielo se cubrirá de noche
y yo seguiré muriendo.
Montse Ordóñez, Barcelona 1974. Gestora cultural y poeta tardía. En 2013 colabora junto al fotógrafo David Pujadó en la edición de la exposición “Fotografiant Gil de Biedma” que se realiza en la Biblioteca de Terrasa, Barcelona, que posteriormente se expone en el Instituto Cervantes de Belgrado. En 2014, colabora en la edición y prólogo del libro del poeta cubano Delfín Prats El esplendor de las palabras, publicado en España por Ediciones Cumbres. En 2015, presenta dos líneas editoriales en el CCE de Miami, USA. Miembro del consejo editorial de Ediciones Cumbres y Editorial Huso, España. Sus trabajos han sido publicados en Revistas literarias de USA, Chile, España, Colombia, Uruguay, Argentina y México. Colaboradora de la Revista La charca literaria. Ha participado en lecturas poéticas en Barcelona, México y USA. En 2018, publica el poemario La orilla de los nadie. En 2020, Siempre es de noche en Pyongyang.