EL TRITURADOR DE PAPEL SE DESBORDA
Traga lo que le introduzcan
en su boca estrecha y afilada.
Se infla con los desechos
tiritas aparentando ser
multicolores serpentinas.
En la oscuridad del cesto
queda la evidencia.
Imágenes hechas trizas:
la obesidad de la adolescencia
la obesidad de los veinte
la obesidad de los treinta
Chyna Fox y su vestido de segunda
Johana y su plumaje negro y amarillo
Sable Palmer y su traje Kelly Green.
En el DF con amigas
en La Romana con las mismas
en Seattle con un novio flaco
y rubio
en Halloween de flapper
y sin rasurarse
en Toronto con un grupo
del cual él
es el único sobreviviente.
EXCESO
Pon en mi soledad los pies ligeros de tus dichas.
JACOBO FIJMAN
Y qué hace uno con el silencio
con el exceso.
El exceso de silencio.
Y qué hace uno con el ruido
con el ruidoso
silencio.
Y qué hace uno con las opciones.
Con las opciones
entre silencio y ruido.
UNO SE CONFORMA
Uno se conforma con el silencio
ese vacío que se siente
cuando vas dentro del tubo
cuando tiemblas
esperando los resultados
de la tomografía.
Te avergüenzas de lo que puedan ver
de lo que puedan encontrar.
¿Y si logran leer el abarrote de palabras?
Esa nata flotante en tu cabeza
un charco verdoso
acumulando traiciones
y desencantos.
Te enciendes como un cartel lumínico
de algún motel
anunciando que tienen disponibilidad
para ese rato de placer.
Se te revuelven las imágenes
recuerdas al hombre casado
serio y profesional
“de su casa”
que te pidió
casi te imploró:
“ve tú a rentar el cuarto”
Y aceptaste.
Del mismo modo que has aceptado
convivir sin deseo
tragar en seco
engordar para evitar
engordar para substituir
engordar para aliviar.
Se ilumina tu rostro
te enamoras del técnico
cuando te cubre con la manta
cuando te susurra al oído
que todo estará bien
que será rápido el proceso.
Cierras los ojos
imaginas que te pierdes
en la taiga siberiana
imaginas que flotas
en el Hogsmill
pero no te llamas Ofelia
ni tampoco Socorro.
Te conformas
y de ahí parte el derrumbe
y de ahí viene tu desplome.
TAL CUAL
Somos tal cual
los peces y yo.
No sentimos el dolor
cuando nos clavan
el anzuelo.
El verdadero pesar
azota cuando
nos sacan el plomo.
Boquiabiertos
aleteamos en el cemento
en contra del pescador.
LA POESÍA ANIQUILÓ AL POETA
Era dulce
soñador
un hombre viejo.
El sexo no se le daba bien.
Era romántico
y siempre tenía un verso de Borges
en la punta de la lengua.
Supo desde el bautizo
en una iglesia de provincia
que la poesía terminaría asesinándolo.
Supo que era raro:
un abedul
un hombre desprovisto de sacrificios.
Fue abusador.
Fue tierno.
Fue esa madrugada helada de las Carolinas.
Fue un hombre despeinado
y obeso
despidiéndose en aquel motel de la calle del dolor.
Nadie pudo salvarlo.
La poesía no pudo salvarlo.
Los poetas terminamos abandonándolo.
Todos los poemas pertenecen al libro inédito, Un viaje diario al sótano
Manuel Adrián López nació en Morón, Cuba (1969). Poeta y narrador. Su obra ha sido publicada en varias revistas literarias y antologías de España, Estados Unidos, México y Latinoamérica. Tiene publicado los libros: Yo, el arquero aquel (Editorial Velámenes, 2011), Room at the Top (Eriginal Books, 2013), Los poetas nunca pecan demasiado (Editorial Betania, 2013. Medalla de Oro en los Florida Book Awards 2013), El barro se subleva (Ediciones Baquiana, 2014), Temporada para suicidios (Eriginal Books, 2015), Muestrario de un vidente (Proyecto Editorial La Chifurnia, 2016), Fragmentos de un deceso/El revés en el espejo, libro en conjunto con el poeta ecuatoriano David Sánchez Santillán para la colección Dos Alas (El Ángel Editor, 2017), El arte de perder/The Art of Losing (Eriginal Books, 2017), El hombre incompleto (Dos Orillas, 2017) y Los días de Ellwood (Nueva York Poetry Press, 2018/2020), Un juego que nadie ve (Editorial Deslindes, 2019) y El abismo en los dedos (Eriginal Books, 2020). Escribe una columna mensual para la revista ViceVersa y es parte del consejo editorial de Nueva York Poetry Review.