QUIEN ME HABITA
Nunca fui el hombre que me habita,
jamás he sido el nombre
que las golondrinas han buscado
en los nidos deshechos y perdidos.
Nunca he sido llamado,
jamás fui quien encuentra
las perlas a razón de sus virtudes.
Ella me encontró,
me sostuvo entre la cama hueca
y la vieja habitación.
Yo que nunca fui más
que las voces de quien nadie son,
suyo fui:
aunque me abandone cuando
a ella así le place;
aunque me abandone
cuando a ella así le plazca.
DESVÁN MELANCOLÍA
Fuimos perfectibles.
Te extrañé en las calles
y también en el desván,
en esa voz que cantaba
alejando a las sirenas:
porque te quiero, amor mío.
El viñedo lo supo todo,
el teatro, sus museos,
la terraza, el café,
la tierra y también el cielo,
incluso se enteró de ello
el aire.
Cada vuelo era directo,
todo verso se escondía
entre tus brazos cuando
caminabas y no estaba ahí
para verte.
SAINT JOSÉ
Juan, no recuerdo ya
haber dormido aquella tarde
cuando papá llegaba hasta la noche.
En este pueblo de palomas y casas,
de adobe abandonado que se cae
como el trigo de los riegos y las cintas,
he dejado mi desayuno
entre los surcos de la milpa
después de un trabajo que solo tú terminas.
Habrá sido un sueño
donde las golondrinas duermen.
será el carpintero de las plantas y ciudades
o la muchacha de la sonrisa trasatlántica
o el día de mi bautizo en nombre del padre
o los dos pares de huellas
que pronuncian tu nombre, que te hablan
con los ruidos de la vida;
O serás tú, Juan. Por las tardes, por la mañana
visitando el madero que hoy hice mi casa
y que apartas, que abrazas.
Le conté a papá que un día viniste,
que te habías quedado.
Le dije que su mejor amigo
salvó mi estirpe, y me dio
aún más motivos.
PADRE
Padre, caminar para mí
nunca ha sido el acto
que la mayoría de las veces
desplaza mecánicamente
la normalidad del cuerpo.
Has sido tú, que me enseñaste
a escribir sin las manos.
Ha sido arrastrarse en los cimientos;
volar y rodar,
sentir cada grano,
cada gota;
las piedras de Guanajuato,
la búsqueda de la solución en Silao;
la presencia en tu nombre en la torre
ante el nuestro que nos expía.
Viajar por la mar y suspenderse
en el firmamento cual gaviota
frente a un horizonte inmenso,
a una ausencia posible,
de una pena inevitable
que lo vale todo.
Padre, es tu hombro toda mi fuerza
en la pequeña gloria
y en el más grande fracaso,
así como en todas mis flaquezas.
AÚN EN EL DESIERTO
Aún no pueda abrazarte,
aún con toda esta voluntad
―y que hoy no es posible―
he de extender mis brazos a tu fuerza,
a mi yo testigo,
adonde tus ojos miran como lo hacía tu nombre
y las pestañas los abrazan de la forma
como lo hizo tu apellido.
Aún sea en el desierto
y haya arácnidos del polvo,
Aún esté tan lejos, estando
frente tuyo.
CALANDRIA
Tu voz, cual fugaz gorgojo
comienza a olvidar
el significado de los glifos.
Al sostenerme, tiernamente
me explicas cómo tus manos
comenzaron a temblar
y yo me inquieto
y me cuesta toda la fuerza
mantener las notas sostenidas
en el aire.
Dicen que en el sur
aves como tú no toleran
la vida entre las jaulas;
y tú cantas
y tú cantas;
tratando de hacer memoria
jugueteando con una servilleta
en el comedor de soledades
tarareando una canción que,
estoy seguro,
desempolvas desde los cascos
empedrados, de los ríos y agua clara
de nieves y volcanes aún vestidos.
Un último día,
un último reposo
es todo lo que tengo
y, de la casa de mi madre,
darte tan sólo un momento
que cabe en esos ojos
grises por dos dígitos,
por un par de horas.
Abrázame,
aunque me desplomes así de un tiro.
Recuerdo vivir en libertad
antes de que tenga que callar
ante los silencios de los nombres
condenados y cautivos.
Antonio Ojeda (México, 1997). Es egresado la Licenciatura en Lengua y Literatura Hispánicas por el Centro Universitario UAEM Amecameca. Ha publicado poesía en diferentes revistas electrónicas como Altazor (Chile), La libélula vaga (Suecia), Liberoamérica (España/Argentina), Santa Rabia Magazine y Revista Kametsa (Perú). Es fundador y director de Hiedra | Revista Electrónica de Literatura y miembro de consejo de la revista y editorial Norte/Sur. Cuenta con dos poemarios en proceso de edición.