EN LA LLUVIA
Hay alivio en la lluvia
en días como éste.
Cuando tengo que negarme el recuerdo de tu tacto
que me incendia con tus dedos, rayos de sol.
Cuando no quiero que el mundo presencie
la mala pinta que llevo
y me pierdo en paraguas, botas y chubasquero informe.
Cuando las atenciones debidas a los seres verdes son muchas,
y el tiempo poco,
consuela saberlos mimados por las gotas de maná.
Cuando necesito que un arrullo me libere de tanto peso,
hay alivio en la lluvia.
TÓTEM
Golpe de gracia
sentir tu paz
dibujándose en el sotobosque,
templo que me abraza.
Que tu majestuosa celeridad
me transporte al lugar frondoso
en donde descansar y amar sin miedo.
Que la corona de tus astas cargue
con mis tristezas para
disiparlas en la neblina verde.
Que tus ojos infinitos me iluminen
lo que,
de una vez,
debo ver.
Pero no respondes.
Acaricio la cicatriz que grabaste en mi muslo,
y sé que yace tu cuerpo, inerte, en el monte.
LA GITANA DE BLEECKER
Aterciopelada y constante,
cual gato milenario,
acaricia el hueco de tu cráneo
con gotas de ilusión necesaria.
Tus manos descansan en las suyas,
inmóviles ante el placer
de sentir el tiempo roto
recobrarse y repararse
por unos parches aromáticos
de palabras y de compasión,
bien hechos y mejor pagados.
ROMA, CITTÀ FINITA
Nada más fácil bajo aquellas estrellas,
(cómplices de traición durante siglos).
Pero supongo que allí ya todo estaba escrito,
eternamente, SPQR.
Y a nosotros sólo nos quedaba firmar alguna postal.
DEL TODO
Pierdes y vas perdiendo
sin el consuelo de saber que siempre ha sido así.
No entiendes todavía que
el juego está
en
desaparecer
del
todo.
Diana Conchado nació en Brooklyn, hija de padres españoles. Es profesora del departamento de Lenguas Romances en Hunter College de la City University of New York. Herbolaria de afición, comparte sus espacios con dos hermosos felinos quienes de vez en cuando se dignan a dictarle uno que otro poema.