LA SOMBRA
¿Dónde vas como un perro a estas horas,
con tus ojos caídos a sabiendas
que no estás hecho ya para estos trotes?
Afuera burlas la noche sin sueño,
cientos de calles colmadas, sin ley,
disueltas por la chispa de la pólvora
y la de las patrullas de vecinos.
Su brillo incendia árboles oscuros,
cae sobre mí un confuso relente,
y en medio de ese caos, tu mirada,
tu materia intangible, no tu tacto.
La noche imperfecta de azul oscuro.
DEVENIR
Escarbo con los dedos la conciencia,
mas no siempre descubro las raíces.
Quisiera ser ahora esa palabra
que todo el mundo busca alguna vez.
Y no flaquearé hasta encontrarla.
Nazca en la corriente cristalina
o en las aguas más turbulentas.
Imposible consumirme.
AVE CANSADA
Se inicia el año
en el blanco equilibrio;
nieve silente.
Su fulgor te deslumbra
en su albur de ti mismo.
Todo lo que se augura
y recuerda a los hombres,
también para, concluye,
tizna, esparce y salpica.
Es el punto de partida de un ciclo.
En esta carne recompongo el mundo.
Hallo los pasos dados en mi sangre.
El principio de estos pasos
al pisar firme; para el corazón
no hay descuidos en el caminar.
Ahora el cristal no te protege
del tiempo y la intemperie
ni del frío aliento de febrero;
sólo refleja ese perfil de ave cansada.
VENGA ESE ABRAZO
Tan grande es la armonía del abrazo,
que la quiere gozar también el mar
JRJ
Con las mismas constantes que el mar quiso,
sin más medida que mis manos,
te estrecharía fuerte entre mis brazos.
No me digas que son desmesurados,
que hay tantos abrazos como metáforas,
como palabras que en su recorrido
alcanzaran tormentas.
Ven ahora, pósate, en el silencio
de este humilde cobijo
como si aquí se dispersara el tiempo.
Con esta forma de rodearte muy despacio
todas tus tristezas se alejan.
Sabes que los abrazos no se borran:
te dejo este resabio de cariño
para que te acompañe en esas aguas quietas,
justo allá en la otra orilla.
EX LIBRIS
Atrás quedaron los espejos.
He dejado de mirarme en sus páginas
y dormir en sus torres.
Me he desnudado fuera de su ámbito.
Y he visto el mar, el azul infinito
donde reina el silencio. Despedía nostalgia.
Tenía el valor mágico de los mitos griegos.
SABER PERDIDO
Pesa todo lo que sabes perdido:
las miradas en los trenes,
los pétalos caídos, los jazmines cortados,
el grito a cuyas llamas no acudiste,
aquel Peugeot aparcado en mi puerta.
ARQUITECTO DEL MUNDO
El amor es el arquitecto del mundo.
Hesíodo
Todo amor ha surgido de lo oscuro.
El resplandor provino de luz negra,
la música, del surco del silencio.
Mientras, laten los ojos,
danzan las sombras,
languidece esta tarde efímera.
Bruñe el recuerdo su propia negrura
hasta dar con la luz temprana,
fulgor con que la vida se renueva.
Su luz vino a mostrarme un mundo sucio
con demasiadas cicatrices,
y a revelar que las historias dichas
eran todas fingidas, una antigua
soledad de un vacío asignado.
En la noche de tanto trenzar las pieles
el cadencioso crepitar del fuego,
allí donde el secreto se vislumbra
antes de ser latido palpitante
entre azul y violeta,
se consumían, a la par que iluminaban,
los cuerpos junto con las palabras.
No basta esta casita en la montaña,
ni asomar la mirada por las laderas,
como huéspedes insomnes
que en la noche habitan los lugares de otros.
No basta con pronunciar henchido
el altivo verbo, la luz sin quebrar
sin un hilo de duda.
Es inútil medir lo intacto un tiempo,
como saber el hueco entre los astros
en medio de un delirio nocturno,
como saber de la vida
bajo el crepúsculo del agua
o en medio de un sueño.
Nadie vive ajeno al equilibrismo:
siempre en la cuerda floja del instante,
al borde del abismo.
Y estar ahí rozando el corazón,
conviviendo con el peligro,
con un pie en la orilla del pasado
y con el otro en las costas del futuro,
entre el todo y la nada,
nos salva de ser eternos perdedores.
En estos aledaños de lo oscuro,
donde el vacío parece hallarse,
se vislumbra la creación de un territorio nuevo
alejado de la rutina de las ciudades,
mostrándose como la vida misma,
como si por un descuido del azar
nos pusiese en aquel octubre
delante del asombro por la vida
y entonásemos el himno del amor
en el orden confuso de los hechos.
Aun sabiendo de antemano que la huella
que deja el fuego se la lleva el viento,
si antes de la combustión
de los cuerpos, de la vida, de las palabras
hubiese un espacio donde escapar
entre las llamas o entre las palabras,
ya no lo dudaría: como el tronco de un roble,
volvería a huir de la salida,
volvería a quedarme atrapado en tus ojos
y ser turba para la combustión.
IMAGEN 4
Somos la desnudez
al final del trayecto
donde duermen las hojas
y callan las palabras.
Jesús Cárdenas (Alcalá de Guadaíra, Sevilla, 1973) es profesor, ensayista, crítico literario y poeta. Ha publicado los libros: La luz de entre los cipreses (2012), Mudanzas de lo azul (2013), Los refugios que olvidamos (2016), Raíz olvido (2017) y Los falsos días (2019). Algunos de sus poemas han sido reconocidos con premios: Algunos arraigos me vienen; Raíces de ser; Tormenta en lento silencio; Días grises; La casa familiar; Arquitecto del mundo. Varios de sus textos se han traducido al inglés, francés, italiano y portugués. Como crítico literario colabora con reseñas en diferentes revistas literarias. Dirige la sección de poesía de Culturamas.