LA INVENCIÓN DE LOS AMIGOS
Los extraños que conocemos
son cada vez más jóvenes
Es igual para todos, una calle lateral
batiendo los brazos a distintas velocidades
pero siempre cuesta abajo
Afluentes de una misma inundación.
El mendigo se sienta al lado y hace picar el cuerpo
Interrumpe el viaje con sólo tocar sus cabellos
La ciudad se muestra teñida al forastero
pero oculta su negra vellosidad
Siempre es mejor una vida larga llena de suturas
de espacios en blanco –cuando todo lo hecho es un error
pero un error bien hecho–
Porque nunca dejas esa casa... la casa te deja.
Durante la noche ensancharon la calle
En el paradero reseco bajo el sol
la sombra del camión se detiene, se orina
y deja su huella
Las antenas de televisión son una especie
casi extinta sobre los techos
Escucha el esfínter dentado de su boca, escúchalo
una fiesta sin música y mucho ritmo.
Al otro lado de la puerta una procesión de evangélicos
corta la luz de la tarde; hace rato que partieron
Un fuerte viento baja seco y desconocido
resistiendo a cuantos caminan
Nadie sabe cuándo vendrá la próxima ráfaga
Igual al condenado protegido y cómodo
conectado a una maquinaria que no maneja
ignorante del momento de su ejecución.
Se sienta al lado y hace picar el cuerpo
El tañir de la botella desechable en la pisadera nos distrae
A su edad sólo pensaba en cama y sábanas limpias:
cosas que suceden en el momento justo.
Se movía en la cabeza como un balazo
siguiendo el rastro de la noche anterior
la ruta de desperdicios sobre la alfombra.
De Lugares de uso (2000)
LOS ALLEGADOS
Tú eres culpable del contagio
Deja que muera tranquila la víctima
cojo del pecho, cuando la ex prótesis
descansa en las vitrinas de la multitud
a pesar de las advertencias
El día cae encima cuando se piensa rápido
como las estaciones sin saber de dónde vino
sin moverse, dónde la viste
dentro del infectado nada se mueve.
¿Conoces el olor de una huelga de hambre;
golpes de martillo dos pisos más arriba
o el latir de un corazón apoyado en la mesa
hacen vibrar el único recipiente con líquido
Vejez y juventud se clasifican por olor
no por frescura. Se reconoce en las náuseas:
abuela torturada saliendo del baño
olor que deja el cáncer o la electricidad
entre las piernas
Los síntomas dejaron marcas
en el barro afuera del edificio en construcción
Huellas de neumáticos que se entrecruzan
borrándose unas a otras
dando cuenta de lo que fue el trabajo
y un día de ganancias
Sólo recibe llamadas y espera la sentencia
Guarda fotos de perros, no de hombres ni lugares
Llena la garganta de palpitaciones
casi invisibles como el rastro
que dejan los pájaros en su paso por el aire
sin humedad, frutos secos, piel que cubre los nudillos
a la velocidad del sudor cayendo por la frente
durante el miedo
Sí, tú eres el culpable del contagio
Ave de caza esquizo que propaga la enfermedad
Víctima y verdugo que abrió la puerta a los roedores
permitiendo que se reproduzcan
El que mató a su familia
o la abandonó en el desierto de la pobreza
un mensaje cifrado en goteras de tormenta
lágrimas irregulares y tartamudas.
Reparte los naipes
-Tecnología de baja obsesión
Coronas o plantas de invernadero
que evitan marchitarse bebiendo por la herida
y envidiando longevidad a las flores de plástico
Sólo recibe llamadas o se gasta las monedas
igual no hay nadie; amor anal, labios heridos
de fábrica o las suelas gastadas
de una canción antigua italiana
al otro lado de la pista de baile.
La bolsa de basura les habla. Ella les cuenta su historia
por el tajo donde los jirones de papel
agitan sus lenguas al viento
Un paso sigue al otro
brota el pasto
champas de pendejos verdes entre las grietas
Sólo querían inaugurar su nueva casa.
De falta, 2007
SE DEJAN GANAR
El último de estos días Feriados
es una escalera mecánica, pública
que va de subida
que sólo sube
donde la entrada se cobra al llegar.
Hoy se ha paseado dos veces por la cuadra
de esquina a esquina preguntando por brillo
el brillo de un día nuevo, pero del bueno
qué tanto, uno envasado ¿qué tiene?
¿quién tiene?
Sólo una dosis pequeña para cuando la cosa no va
y no se provoca generosidad en una Población
donde se anda perdido
o cuando se aprende un nuevo estatuto en la cama
y la Ley antigua se olvida.
La pareja de ciegos con hijos
lo consumen siempre, todos los días
brilla, pero ellos no lo ven
porque nunca se han visto pero se conocen
cada parte de sus cuerpos es un color.
A otros, les retiran las sobras
desde la mesa del restorán chino
mientras hablan como si no supieran, así se conoce
sin preguntar a dónde van
esos desperdicios que brillan.
La otra forma es no querer ver
y taparse los ojos con la mano
pero con los dedos entreabiertos.
ANTES DE LA AUTOPSIA
El carroñero la saborea cuando quiere
ahora que el aire no vale nada
nunca sabrá cómo brilla de verdad.
Como esos tipos con suerte
que encontraron el cadáver de Marilyn
que palparon su textura
recién endurecida, helada
que recorrieron sus extremidades
y donde se reúnen.
Ninguno antes tuvo tanta impunidad
para conocer ese cuerpo y clasificarlo.
Se quedan fríos, temiendo a todas las veces
en que la imaginaban desnuda, pero tibia.
Ahora se sigue el procedimiento
ahora
ahora que no brilla.
De Hechiza (2015)
LIBRERÍA QUEMADA
Los recuerdos como los libros
se pueden ordenar en estantes y repisas
clasificarlos por tema, por edad, por dolor.
Primeras ediciones que quedaron impresas
con lágrimas
mentiras, colores y sonrisas.
Con el paso de los capítulos
las voces y los personajes han ido cambiando
sucedió en tan poco tiempo
como un silencio hablado a señas
o las últimas palabras del muerto
dirigidas a un vivo que acaba de nacer.
El acuario estaba lleno de agua esa noche
pero seco de peces
donde sólo se escuchaba el ruido áspero
que hace el dinero al ser contado.
No pudo escapar del incendio
Así lo encontraron, nada en las manos
ningún recuerdo
sólo cenizas y dinero quemado.
De Lo puro puesto (2018)
Víctor Hugo Díaz nació en Santiago de Chile en 1965. Ha publicado “La comarca de senos caídos” en 1987, “Doble vida” en 1989, “Lugares de uso” en 2000, “No tocar” en 2003, “falta” en 2007, “Antología de baja pureza (1987-2013)”, México, 2013, “Hechiza, poemas anticipados”, México, 2015, en “Antología de la Poesía Chilena del Siglo XX” Ediciones Vitruvio, España, 2016 y “Lo puro puesto”, Chile, 2018. En 1988 obtuvo la primera Beca de Creación Taller Pablo Neruda. El año 2004 ganó el Premio Pablo Neruda en su Centenario, por trayectoria poética, otorgado por la Fundación del mismo nombre. Sus poemas han sido publicados en diversas revistas y antologías, además cuenta con numerosos trabajos críticos acerca de su obra.