25 Abr 2024

357. POESÍA VENEZOLANA. ISAURA DUARTE

-19 Dic 2021

TIEMPO Y ARENA

 

 

La piedra ha escapado,

lameduras de negras lenguas

saborean sus pigmentos.

 

Me abrigo con el chal

del mes que yace muerto,

desde hace dos, tres,

cinco mil siglos atrás.

Infrecuentes ya en el recuerdo.

 

Adúltera la noche.

¿Somos demasiado putas,

puras, carnívoras, piadosas para ti?

¿La noche y yo?

 

Tiéndete,

ya no contestes delirios míos.

Envuélveme en vendas,

–que sean platinadas–

claras entre la arena y el silencio.

¿Es posible?

 

Y...

Déjame la palidez de tus suelas frías

puestas sobre el rostro.

Almacéname las estrellas

incrustadas en tus memorias

de 4 grados agonizantes bajo un gélido cero.

 

¿Es posible adentrarme e intentar

habitar en ése punto suspensivo

de tu recorrido?

¿Uno sólo sin el resto?

Permitirnos, acaso…

¿Dormir, amanecer, despertar en él?

Y quizás...

dilucidar unas manos acompañantes y tibias,

En tu...

 

I N M O R T A L   I N G R A V I D E Z

 

Atacama         

 

Vacío

Registro

Del tiempo

 

Se me nombró robándome los ojos,

diez juramentos,

una caligrafía enfáticamente legible,

la mitad de mis días,

y el ángel de un silencio…

 

 

 

 

LA DAGA

 

Tinta negra salpicaron mis labios

en el lóbulo de tu oreja,

agua

mancha

lubricada cadencia.

Derrame turpial de tus ojos entornados

esculpiendo un aliento gélido

en el vientre acuático,

cobertizo de mis pechos...

 

Esa

–T o r t u r a–

cruel morfina taciturna

atada a mis muñecas

lanzadas al espasmo...

 

Un clavo suelto se arrastra a un palmo

entre mis costillas y tus labios.

Penumbras boscosas

cogidas al cuerno del incendio

 

inacabable infinito testarudo

I N F E R N A L

 

...

 

Falsa alarma.

 

No te apetezcas,

moribundo amante mío,

de mi templo álgido de húmedos quebrantos.

 

Se ha descubierto un

insomne puñal pantanoso

  C o n d e n a

 

La daga,

exasperada atraviesa

mi espalda y,

mientras probé tu savia

de muerte carmesí,

ya estaba mi pálida sangre

mortalmente contagiada.

 

 

 

 

INICIO

 

                        Él…

                           Ave

 

 

     Desde el inicio de la tierra oculta

 

            como la suspensión

 

                        de un todo eterno

 

            Y qué es

            estar

            o no estar,

            si en ti,

 

                        me disuelvo…

 

 

 

 

OVILLO DORADO

 

Se me gastó la voz,

se me cayeron los párpados desde sus altas torres de pupilas cristalinas.

Vi tu clavícula mojada pasar por el río rojo.

Se me hirió la niebla,

la cara hinchada balbuceando en la rodilla izquierda del recuerdo,

el pelo seco de tanta soledad.

 

Ando olisqueando cual reptil el saco que dejaste colgado de ese horrendo perchero

lleno de peras deformes,

sus bolsillos parecían payasos obesos a punto de estallar por las paredes.

 

La abeja bajó de su panal,

un derramamiento de miel sobre la fuente seca del jardín

hundió mis pies en un líquido flotante y pegostoso.

 

Me volví un ovillo dorado,

comencé a tejerme entre las piernas de la tierra dura, las hormigas me lamian, las abejas volvían a cubrirme, devolviéndome al útero acuático de la muerte.

 

 

 

 

N O S   M A T A M O S

[CATAPULTA DE ENGAÑOS]

 

Este frío catapulta de mi cuerpo

haciendo tallo en una calma que muere estremecida, dejada,

ahogada en las clavículas del tiempo.

 

Rajas el dolor, la noche, la palabra.

Labios de lago ciego,

sur caída de una lágrima helada

rompiéndose en el suelo implacable del desierto.

 

Veo volar gaviotas

me dejo toda en sus brazos

Soy rumbo incierto y no me quejo...

 

–Vástago recuerdo que nos olvida–

 

Tus dedos

se hacen tinta seca

en mis cabellos hundidos

una cuna sonámbula de prosa rota

Aguas,

grises tormentos me revelan

el mustio aleteo de la llovizna

 

Sordo puñal enfilando naufragios,

me hallo en la soledad más pura e inocente.

 

Temblando de frío sin abrigo

sin manos

sin una caricia de ojos llanto

 

¿Y qué, si no te hablo?

¿Y qué?...

Si en mi piel te llamo MUERTO

y no te miento ni me callo

así nos olvidas y olvidamos

de mi piel nieve

de tu piel páramo

 

Pétreo pez carcomiendo mis huesos

sin nombre

Me resisto

No lo quiero ni te quiero

 

Te sepulto

 

Una gota de sangre va evaporándose

en luna ausente

golpea en la columna

devastada de la noche

nos matas //

nos matamos.

 

 

 

 

CABALGATA NOCTURNA

 

Mi bóveda de carne quemándose en la nada sospechosa de una flor

 

Construyo mi muerte debajo de esta carne

en donde no existo.

Soy lejanía, placer, polvo, fatiga,

supresión y ruptura de un espíritu

tendido en la perpetuidad

 

La tensión corpórea es hollada

por flujos en las células de mi sangre

reflujo de tierra y roca negra

 

Manos de mi madre

–simbología perfecta–

libertad cristalina

Opio, cocaína y heroína

de mi Ser niño

 

Humos tiemblan y chocan contra el pensamiento de un mundo postrado

 

Náusea y furia agujereando mi lengua convulsionada de bostezos

 

Gérmenes los hombres que endurecen el absoluto de un firmamento azul devorando mis ojos cabríos

 

Veo correr caballos testimoniales compasivos

desconfigurando mis angustias en su galopar perfecto

 

Franqueza de mi vida que me veo turbia

y me desnuda la renuncia 

de una cabalgata nocturna.

 

 

 

 

Isaura Duarte (Caracas, Venezuela) es poeta, actriz y artista visual. Trabaja la performance y la video-poesía como un medio de expresión para sus escritos. Es miembro de la Asociación de Escritores Hispanos (AEHIS) y su revista Litterae. Sus escritos han sido publicados en las revistas: NJOY Magazine (España), Litterae Revista (AEHIS), Revista Kametsa (Perú). Los poemas aquí presentados son inéditos, forman parte de su poemario La Daga y otros poemas que será publicado próximamente.

 



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