19 Abr 2024

371. POESÍA COSTARRICENSE. LIL PICADO

-10 Ene 2022

 

TRÓPICO AMOR 

                                                                                       

                                                                                            Para Marisel Jiménez,

                                                                                        que lo conoce como yo...

 

El gran trópico amor huracanado

nos tira por la borda del espejo,

haciéndonos caer en el desuso

como ateridos postes de telégrafo.

Es el trópico amor,

el que nos vuelve náufragos del fuego.

Es el trópico amor cantando tropos,

psicotrópico amor de los boleros,

porque el cielo tisú nos pertenece

y el loco frenesí nos presta vuelo.

Es el trópico amor, el que transgrede

a todos los desdenes y los celos.

Es el trópico amor del extravío,

diván de tul, jardín deshabitado

(el as bajo la manga del olvido).

Es el trópico amor de la quimera

donde vive el otoño de mi rosa

en una despiadada primavera.

Es el trópico amor de lo imposible,

clandestina verdad que me subyace,

me engatusa con místicas lujurias

y me abre el esternón en litorales.

Es el trópico amor de mi tristeza,

la mariposa azul que me circunda.

Es mi trópico amor,

la fiebre ecuatorial en que se besan

mis dos polaridades más nevadas:

el gran trópico amor, el repentino,

ese intruso voraz que nos dispara

atinándole siempre al desatino.

 

 

TRÓPICO EUNICIANO                                                   

                                                        Y no tenga yo que irme y dejar mi gran voz,
y mi alto corazón
de piedra en flor.
EUNICE ODIO

 

Yo no puedo cantarte, Eunice.

Sólo puedo cantarme y decantarme

en versos que convergen en ti.

Sentarme ante el papel y hacerlo espejo

de tu luz atonal, significante.

Sentarme ante el olvido

a  refulgir tus ojos transmigrados,

tu nocturna sonrisa primigenia.

Yo sólo sé sentarme en esta silla insomne

a  exprimirme tu corazón

hasta la última hipérbole del gozo,

hasta la última gota de abandono.

Yo sólo sé sentarme ante mis ojos

a  pedirte que poses para mí,

que me permitas autorretratarte

con tu ramo de espléndidas heridas

y  tu collar de ausencias cultivadas.

Y hablar contigo en mí,

hablar conmigo.

Yo sólo sé saber que soy quien eres:

la enamorada ilógica del logos.

 

 

II.

 

Arcángela incendiaria

-por la que San Miguel

quiso hacerse una vez

varón terrestre-

tenías dentro de ti

un pasadizo oculto

por el que ibas

del mambo al ditirambo,

de la uña roja

al plano trascendente.

Será por eso

que tu lírica es épica

(gracia de verbigracia).

Taumaturga guerrera,

alma de carne viva,

caleidoscopia lúcida.

 

 

III.

 

Eres como uno de esos aguaceros soleados

del trópico húmedo

cayendo grecolatinamente sobre el verbo.

Eunice.

Suma poética,

poesía multiplicada.

Hirsuta de colibríes nutricios.

Exégeta de asombros.

Altiva, leal, irónica,

sensual degustadora

de las mieles secretas.

Dispendiosa de sí.

Aguda, pertinaz, apabullante.

Imperiosa, sutil, epigramática,

perturbadora incólume.

Insobornable, prístina, doliente.

Pasional, discrepada, abarcadora.

Eunice.

Virgen astral e ilícita,

traspasada de flores numerales.

Tenías el espíritu recio

y la mente fulmínea.

Y eras dueña

de un corazón invulnerable y roto.

 

 

IV.

 

Acusada de amor imprudencial

y excesos en el brillo metafórico,

de no andar por el centro de los lados

ni pagar el impuesto a tu belleza.

De moverte con gesto desafiante

y una cierta cadencia afelinada.

De incorrección política

frente a todos los bandos.

De esotérico afán y osadía erótica.

De ser inteligente y ser creadora. Es decir,

De ser innecesaria y peligrosa.

 

 

V.

 

Inflexibles patriarcas matriarcales

y apropiadas matronas patronímicas

te volvieron apócrifa e inédita.

Pero nada pudieron. Se estrellaron

 

contra tu imprevisible órbita quemante,

contra toda la luz descabellada

de tu infinita frente cometaria.

 

 

VI.

 

Que me voy a no sé dónde, Eunice,

que me voy...

opulenta y dispar,

tierra de nadie,

viuda de un dios remoto.

Voy a buscar el canto

de mi cisne incierto

(asceta tropical de aretes largos,

tan sedentariamente nómada).

Me voy con la música a otra parte,

a un lapso de mi ser

donde me sea posible

hacer de tripas corazón

y del dolor sintaxis.

O talvez simplemente me vaya

a buscar esa plumita de ala

que dejaste escondida para mí

en la hendija de un poema

que todavía no he escrito.

Que me voy a escribirlo, Eunice,

que me voy.

 

 

VII.

 

Eunice, estoy aquí con tu fotografía

interrogando a la niña de tus ojos,

a su mirada de arborescentes furias,

tratando de adivinar las inclemencias

de tu ternura marina,

de escudriñar tu risa danzonera,

tu voz de resinas lunáticas...

Me puedo imaginar

tu manera crucial de bailar rumba,

te puedo ver acariciando un gato,

comiéndote una fruta...

Desmenuzo tus largas soledades,

tus liturgias de animala casera,

preguntándome si serías

tan desrelojada como yo.

 

Enuncio tu apellido

que te contradecía sólo para acentuarte.

Pienso en la valentía

de tu amor angular,

el que acunó

la muerte de Yolanda;

pienso en esa mujer

que las dos fueron.

Y pienso en tu partida:

tu muerte equinoccial,

cuando sumiste el fuego transitado

en el agua dorsal de la bañera

...y tuvo al fin tu sueño

su  trópico de alma.

 

 *  *  *

 (Eunice, estoy aquí,

intentando rastrear la partitura

de tu sangre insurgente y polifónica.)  

 

 

TRÓPICO GALILEI

 

Sin embargo se mueve,

sin embargo se mueve y baila mambo

toda la fuerza mía que me impele

tan caribeñamente hacia adelante.

Sin embargo se mueve,

aunque a mí me amordacen

inamovibles lutos fantasmales.

Sin embargo me muevo y  giro en torno

a mi eje de orquídeas vertebrales,

frente a esta multitud de heridas ciegas

que nada importan ya, que nada saben.

Frente a esta muchedumbre

de abandonos notables,

mi epifanía lunar me ronda en verso

con su caudal de estrellas torrenciales.

Sin embargo me mueve y me cadencia

mi gravidez oceánica,

mi trópico interior se despereza

de completud soleada.

Sin embargo me embarga

el loco sincretismo de mi sangre

y un danzón sideral me desmelena

en elípticos gozos de eternidad bailable.

Frente a esta tiranía

de razones letales,

celebro un carnaval

con bongó, meteorito y tajamares

y mi comparsa de átomos planetas

y todo el universo delirante:

íntimo carnaval de la conciencia

orbitando al amor por el que nace.

Sin embargo se mueve,

frente a esta rigidez

de incongruencias estables,

se mueve mi inmanencia de heliotropo,

mi fuego medular,

mi yo deseante.

Mi  libertad esférica se mueve

aunque la cuadratura del dolor se espante,

aunque esta inquisición de miedos míos

me obligue a retractarme.

 

(Sin embargo se mueve...)

 

 

TRÓPICO  CON  MUERTE

 

Mi antigua desnudez vendrá a buscarme

en una luz amniótica de espejos,

mi propia desnudez vendrá a cubrirme                                                     

(el amor brotará de mi costado).

Podrá entonces mi ausencia suplantarme

y yo quedaré libre para irme

a  mi gran corredor imaginario,

al trópico de mí que me sonríe

bajo algún sol congénito del alma,

donde tiempo y espacio son sinónimos

y tú me estás mirando con mis ojos,

y se amigan mis gatos y mis pájaros...

 

 

TRÓPICO DE MÍ

                                                                                                           

Tu corazón,

el mar,

el colibrí.

Trópico de mí.

El olvido,

la selva,

el manatí.

Trópico de mí.

La iguana en una rama

del confín,

el tren que no irá más

donde yo fui.

Trópico de mí.

El lúdico sudor

en que me di

y esta maraca impar

del son sin ti.

Trópico de mí.

El tiempo vertical

que desviví.

Trópico.

De mí.

 

 

Lil Picado (Costa Rica). Estudió Filosofía, Filología, Artes Dramáticas y Danza Contemporánea. Se desempeñó como crítica de cine, teatro y danza del diario costarricense La Nación. En el 2009, su poemario Trópico de mí ganó el Premio Nacional de Poesía Aquileo J. Echeverría. Participa activamente en recitales poéticos, presentaciones de libros, festivales literarios y entrevistas para la prensa escrita y audiovisual. Dirige el taller “Poesía y Autoconocimiento”. Desde el 2016, incursiona en la publicación en redes sociales de las humorísticas ocurrencias filosóficas de La Gata Fénix.

 

 



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