MONTREAL
I
De un cielo de ceniza cuelgan los puentes que unen un día al otro
mientras la noche pasa vestida de mendigo
y en las camas del Ejército de Salvación
los vagabundos sueñan con el hada de la heroína.
Por dos soledades vuelan besos de papel de diario
y jóvenes dibujan tazas de café sobre la mejilla de sus novias.
Entre las alas mojadas del boulevard y el humo del cannabis,
pasan traficantes enamorados de mujeres árabes
que en el hiyab escondieron la luna del Mile-End.
El color de mis ojos tropieza con el estuche de los saxofonistas del metro,
los nenes hacen el día más pequeño para poder guardarlo en el buzo.
El sonido de un tren destartalado me parte en dos el alma.
Reventaría a piedrazos los vidrios del Royal Bank
porque el capitalismo y el progreso nos roban un mundo libre,
dijo un estudiante suizo mirando al Mont-Royal: ese animal blanco
que espía detrás de las escaleras por donde la tarde
baja a toda velocidad hacia las luces de St. Laurent,
en tanto las sombras duermen en los parques a la intemperie.
II
El paisaje de Rue Parthenais
dice dame la mano, se mete entre las grietas del día
y, como en una sala de interrogatorio, baja la luz
para que yo no pueda ver las palabras
que se usan para decir lo que duele.
En sus callejones relinchan caballos con alas de graffiti
que los Hell’s Angels mean en la oscuridad.
Así, camino hasta quedarme sin camino
en lugares muy cansados de ser lugares
y tirito mi sombra en el perfume azul del Darling Bar.
El tiempo pasa como estaciones de metro.
El deseo quema papeles. La memoria
es un árbol talado a mitad de la autopista.
IV
Desde Rue Ontario a Boulevard St. Laurent
vas por la nieve con la carta de una mujer enterrada en tu cuerpo.
La sombra del miedo escribe palabras en la lluvia
y girás por el hueso de la tiniebla.
Contame ahora de tus libros y de la parte del amor
que no está hecha para vos desde hace tanto.
Hay que limpiar tus vacíos. Mirame. La vida te busca.
FRASES
mirá
la frase yo para vos
gira en círculos como perro
la frase lo que me falta es tuyo
existe en un tiempo que no existe
en la frase alguien me despertó
una cabeza larga humo por las sienes
y en la frase la noche duerme en mi cuarto
una mujer no me quiere mirar
sobre la frase mañana será otro día
el cielo esconde una flor despintada
y la frase estamos juntos y amanece
es un muerto que sale de la muerte
arma un cigarrillo
y vuelve
a la muerte
en la frase estoy solo
alguien derriba la puerta
a la que el deseo llamó
para decir la frase no me busques
hasta que una voz le sonríe
por favor, espérame
tuve que morderme los labios
contra la frase no lo sabía
y un ángel se rompió al oír
la frase no te quiero ver más
cuando este incendio me busca
por la frase no sé qué más hacer
mi cuerpo es otra vez un lugar
ideal para tener frío.
EL ÁNGEL
I saw thee once ―once only―
EDGAR ALLAN POE
El ángel de la vergüenza de mi corazón llegando al tuyo
viene por la soledad de los dos y tirita de frío.
Sobre sus alas arden tus labios de Barcelona
y un beso que no nos dimos jamás.
En sus ojos, la ciudad de Granada
y vos, tan piel blanca sobre pelo rojo. Lu,
con España de ombligo,
el ángel de la vergüenza de mi corazón llegando al tuyo
viaja en vagones llenos de invierno,
llora en las aduanas, falsifica pasaportes,
discute con oficiales de migración.
Feroces animales de humareda
escapan de su voz, y en la última página del recuerdo
escribo las imaginaciones del querer
me ayudan a no tener tanto frío.
Con sólo mirarnos, él lo sabe:
la espera es un lugar que no está en ningún lugar.
EL PERFUME DE LA FLOR TATUADA
V
ATARDECER
No busco a los trenes que rumian
porque no durmieron en toda la madrugada
ni a los instrumentos de los médicos
que arden sobre la mesa de operaciones,
busco el color naranja que bordea
un cuadro de La Última Cena en un bar;
el gris amontonado de las avenidas
y el miedo a que el amor viva en esas mandalas
que venden por unos pocos pesos en la feria hippie.
La noche ya da sus pasos en estos laberintos.
Yo busco una palabra para los quioscos
y los hoteles en medio del incendio.
Una palabra que no se encuentra en ningún idioma.
VI
para escribir un policial negro
para Gonzalo Unamuno
Necesito un detective abriendo un baúl.
Un cadáver incendiado en un basural.
Una viuda negra limpiándose con un pañuelo.
Una ciudad gris, un callejón y un taxi.
Un dealer, una actriz, un empresario.
Una navaja, un revólver o cianuro.
Una ópera o un cuarto de hotel.
Un autor, una idea y una trama.
Necesito a la ambición y a la muerte.
De Poemas de Rue Parthenais (2021).
Agustín Mazzini (Buenos Aires, 1993) ha publicado los poemarios El cielo no termina de quemarse (Suri porfiado, Argentina, 2017), Poemas de Rue Parthenais (Editorial Difácil, España, 2021) y Su corazón, una moneda (Aguacero Ediciones, Argentina, 2021). Ganó el Premio Nacional “Bustriazo Ortiz” para Jóvenes Poetas y el XIX Premio Internacional de Poesía Joven “Martín García Ramos”. Fue becado por el Ministerio de Cultura argentino en convenio con el Conseil des Artts et des Lettres du Québec para una residencia de creación en la ciudad de Montreal.