CONTIGO
Porque no vive el alma entre las cosas
sino en la acción audaz de descifrarlas,
yo amo la luz hermana que alienta mis sentidos.
Mil veces he deseado averiguar quién soy.
Después de tantos nombres,
de tanta travesía hacia mi propia brújula,
podría abrazar la arena durante varios siglos.
Ver pasar el silencio y seguir abrazándola.
No está en mí la verdad, cada segundo
es un fugaz intento de atrapar lo inasible.
La verdad no está en nadie, y aún más lejos
yace de un rey que de cualquier mendigo.
Si alguien está pensando en perseguirla
no debe olvidar esto:
el fuego ha sido siempre presagio de declive
como la intensidad antesala de olvido.
Cuando mis ojos vuelvan al origen,
pido un último don.
Nada más os reclamo.
Poned en mi sepulcro las palabras.
Las que dije mil veces
y las que habría deseado decir al menos una.
Guardad en mi costado las palabras.
Las que usé para amar,
las que aprendí a lo largo del camino,
las primeras que oí de labios de mi madre.
Envolvedme entre ellas sin reparo,
no temáis por su peso.
Pero cuidad con mimo la palabra contigo.
Tratadla con respeto.
Colocadla
sobre mi corazón.
La verdad no está en nadie, pero acaso
las palabras pudieran engendrarla.
Quizá entonces aquel a quien dije contigo
y para quien contigo fue toda su costumbre,
se acostará a mi lado con ternura,
juntos en el vacío más sagrado,
cuando la eternidad toma nuestra medida,
cuando la eternidad se pronuncia contigo.
INVOCACIÓN
Que no crezca jamás en mis entrañas
esa calma aparente llamada escepticismo.
Huya yo del resabio,
del cinismo,
de la imparcialidad de hombros encogidos.
Crea yo siempre en la vida
crea yo siempre
en las mil infinitas posibilidades.
Engáñenme los cantos de sirenas,
tenga mi alma siempre un pellizco de ingenua.
Que nunca se parezca mi epidermis
a la piel de un paquidermo inconmovible,
helado.
Llore yo todavía
por sueños imposibles
por amores prohibidos
por fantasías de niña hechas añicos.
Huya yo del realismo encorsetado.
Consérvense en mis labios las canciones,
muchas y muy ruidosas y con muchos acordes.
Por si vinieran tiempos de silencio.
A LAS ÓRDENES DEL VIENTO
Para todos los que sienten que no están al mando
Me habría gustado ser discípula de Ícaro.
Hubiera sido hermoso festejar
las bodas de Calixto y Melibea.
Me habría gustado ser
un hitita ante la reina Nefertari
el joven Werther en Río de Janeiro
la deslumbrante dama sevillana
por la que Don José rechazó a Carmen.
Yo quisiera haber sido el huerto del poeta
con su verde árbol y su pozo blanco
el inspector fiscal
con el que conversara Maiakovski.
Me habría gustado amarte. Te lo juro.
Sólo que muchas veces la voluntad no basta.
LA LOCA MÁS CUERDA
¿Quién es el ser humano más libre de la Tierra?
¿Quién es capaz de nacer más de una vez?
¿Quién habla con los árboles? ¿Quién llueve?
¿Quién viaja hasta el umbral de otra galaxia?
¿Quién comparte las aguas con las ninfas?
¿Quién ambiciona un tiempo sin subordinación?
¿Quién traspasa un espejo? ¿Quién es el espejo?
¿Quién brinda con Ulises en el puerto de Ítaca?
¿Quién sobrevive ileso a una tormenta dentro del corazón?
¿Quién desposa al destino? ¿Quién corteja a la muerte?
¿Quién emprende una gesta aun a sabiendas de una derrota cierta?
¿Quién para con su mano los relámpagos de un dios?
¿Quién sueña con androides que soñaron con ovejas eléctricas?
¿Quién ha visto su alma? ¿Quién vence a los molinos?
¿Quién tiene largos trenes recorriendo la estepa de sus venas?
¿Con quién es comparable la belleza del fuego?
¿A quién le pertenece lo que no es de nadie?
¿Por quién siguen doblando las campanas?
¿Quién puede competir con la imaginación?
TODO CORAZÓN
Yo para querer
no necesito una razón
me sobra mucho,
pero mucho corazón.
EMA ELENA VALDELAMAR
Laten dentro de mí dos corazones.
Uno lleva conmigo cuántos años
desde que el sí y la sangre
supieron inscribirme en el azar.
El otro es breve y frágil
apenas perceptible
aún cuenta por semanas su presente.
Uno conoce el mundo con sus labios de barro
y a él consagra si puede
el sentido que encuentra
las veces que lo encuentra.
Está hecho de memoria, vibración y gemido.
Sabe que ha visto ya
la mitad de las cosas que quizá llegue a ver.
El otro es un proyecto de espesura
el alba que despunta perfecta como un blanco
una ocasión ganada
cercana aunque esté lejos
un ensayo de eternidad mortal.
Si el hilo de la vida no se rasga
los dos continuarán dados por ciertos
tendrán mañana y proa
latirán y algún día en su desvelo
dejarán de latir
no a la vez
el uno antes que el otro
es decir
el mío antes que el tuyo
si es que la suerte obra con diligencia.
Entonces no podrás volver atrás
como yo no he podido.
Es hora de que entiendas que vivir es también estar a la deriva.
Ojalá encuentres una
entre tantas razones
una
para quererme.
Ojalá en algún sitio
acá o allá, no importa
vuelvan a acompasarse
los corazones que latieron juntos
dentro de un mismo cuerpo.
Raquel Lanseros (Jerez de la Frontera, España, 1973) Su último libro de poesía, Matria, obtuvo en 2019 en España el Premio Nacional de la Crítica y el Premio Andalucía de la Crítica. Publicaciones: Leyendas del Promontorio, Diario de un destello, Los ojos de la niebla, Croniria y Las pequeñas espinas son pequeñas. Autora de doce libros de poesía publicados en Francia, Estados Unidos, Colombia, Argentina, Italia, México, Portugal, Marruecos, Perú y Puerto Rico. Reconocimientos: Premio Unicaja de Poesía, un Accésit del Premio Adonáis, el Premio de Poesía del Tren, el Premio Antonio Machado en Baeza y el Premio de Poesía Jaén.