SVENTATEZZA
Ricordo un pomeriggio di settembre,
sul Montello. Io, ancora una bambina,
col trecciolino smilzo ed un prurito
di pazze corse su per le ginocchia.
Mio padre, rannicchiato dentro un andito
scavato in un rialzo del terreno,
mi additava attraverso una fessura
il Piave e le colline; mi parlava
della guerra, di sé, dei suoi soldati.
Nell’ombra, l’erba gelida e affilata
mi sfiorava i polpacci: sotto terra,
le radici succhiavan forse ancora
qualche goccia di sangue. Ma io ardevo
dal desiderio di scattare fuori,
nell’invadente sole, per raccogliere
un pugnetto di more da una siepe.
IMPRUDENCIA
Recuerdo una tarde de setiembre,
en Montello. Yo, todavía una niña,
con la trencita delgada y un picor
de locas carreras por las rodillas.
Mi padre, acurrucado en un rincón
excavado en una elevación del terreno,
me señalaba a través de una rendija
el río Piave y las colinas; me hablaba
de la guerra, de sí, de sus soldados.
En la sombra, la hierba gélida y afilada
me rozaba las pantorrillas: bajo tierra,
las raíces tal vez chupaban aún
alguna gota de sangre. Pero yo ardía
por el deseo de saltar afuera
en el sol agresivo, para recoger
un puño de moras en el seto.
CONFIDARE
Ho tanta fede in te. Mi sembra
che saprei aspettare la tua voce
in silenzio, per secoli
di oscurità.
Tu sai tutti i segreti,
come il sole;
potresti far fiorire
i gerani e la zagara selvaggia
sul fondo delle cave
di pietra, delle prigioni
leggendarie.
Ho tanta fede in te. Son quieta
come l’arabo avvolto
nel barracano bianco,
che ascolta Dio maturargli
l’orzo intorno alla casa.
CONFIAR
Tengo tanta fe en ti. Me parece
que sabría esperar tu voz
en silencio, durante siglos
de oscuridad.
Tú sabes todos los secretos,
como el sol;
podrías hacer florecer
los geranios y el azahar silvestre
en el fondo de las canteras
de piedra, de las prisiones
legendarias.
Tengo tanta fe en ti. Estoy quieta
como el árabe envuelto
en el barragán blanco,
mientras escucha a Dios que madura
la cebada alrededor de su casa.
PERIFERIA IN APRILE
Intorno aiole
dove ragazzo t’affannavi al calcio:
ed or fra cocci
s’apron fiori terrosi al secco fiato
dei muri a primavera.
Ma nella voce e nello sguardo
hai acqua,
tu, profonda frescura, radicata
oltre le zolle e le stagioni, in quella
che ancor resta alle cime
umida neve:
così correndo in ogni vena
e dici
ancora quella strada remotissima
ed il vento
leggero sopra enormi
baratri azzurri.
PERIFERIA EN ABRIL
Alrededor arriates
donde muchacho te afanabas jugando al fútbol:
y ahora entre añicos
se abren flores terrosas al seco aliento
de los muros en primavera.
Pero en la voz y en la mirada
tienes agua,
tú, profunda frescura, enraizada
más allá de los terrones y las estaciones, en aquella
húmeda nieve
que todavía les queda a las cimas:
así corriendo en cada vena
y dices
aún aquel camino remotísimo
y el viento
ligero sobre enormes
barrancos azules.
TRENI
A notte
un lento giro d’ombre rosse
alle pareti avviava
i treni: tonfi
cupi d’agganci
al sonno si frangevano.
E lavava
lieve la corsa della pioggia il fumo
denso ai cristalli: sogni
s’aprivano continui, balenanti
binari lungo un fiume.
Ora ritorna
a volte a mezzo il sonno quel tuonare
assurdo
e per le mute vie serali, ai lenti
legni dei carri e dentro il sangue
chiama
lunghi fragori ‒ e quell’antico ardente
spavento e sogno
di convogli.
TRENES
Por la noche
un lento giro de sombras rojas
en las paredes dibujaban
los trenes: ruidos
sordos de enganches
se quebraban contra el sueño.
Y lavaba
leve la carrera de la lluvia el humo
denso en los cristales: sueños
se abrían continuos, relampagueantes
vías a lo largo de un río.
Ahora vuelve
a veces en medio del sueño aquel tronar
absurdo
y por los mudos caminos nocturnos, en los lentos
maderos de los carros y en la sangre
llama
largos fragores ‒ y ese antiguo ardiente
espanto y sueño
de vagones.
AMORE DI LONTANANZA
Ricordo che, quand’ero nella casa
della mia mamma, in mezzo alla pianura,
avevo una finestra che guardava
sui prati; in fondo, l’argine boscoso
nascondeva il Ticino e, ancor più in fondo,
c’era una striscia scura di colline.
Io allora non avevo visto il mare
che una sol volta, ma ne conservavo
un’aspra nostalgia da innamorata.
Verso sera fissavo l’orizzonte;
socchiudevo un po’ gli occhi; accarezzavo
i contorni e i colori tra le ciglia:
e la striscia dei colli si spianava,
tremula, azzurra: a me pareva il mare
e mi piaceva più del mare vero.
AMOR DE LEJANÍA
Recuerdo que, cuando estaba en la casa
de mi madre, en medio de la llanura,
tenía una ventana que daba
al césped; al fondo, el terraplén boscoso
escondía el Ticino y, aún más al fondo,
había una franja oscura de colinas.
Yo entonces no había visto el mar
sino una sola vez, pero de él conservaba
una áspera nostalgia de enamorada.
Hacia el atardecer miraba el horizonte;
entornaba un poco los ojos; acariciaba
los contornos y los colores entre las pestañas:
y la franja de los cerros se allanaba,
trémula, azul: me parecía el mar
y me gustaba más que el mar verdadero.
RITORNI
ad A.M.C.
Stamattina, in campagna, sono entrata,
dopo tutto l’inverno, nel mio studio.
C’era un odore quasi soffocante:
odor di muri vecchi; mi ha investito
come le melodie che ci risuscitano
in cuore i più nostalgici ricordi.
Sai: su quel divanetto ho tanto pianto
quando ho saputo che tu non tornavi.
Ed oggi, sulla porta, mi ha avvinghiato
la mia anima di allora; ho riassistito
in un istante a tutto il mio passato.
Mi sembrava di essere affacciata
a una terrazza stretta e di guardare,
sotto di me, un brulichio infinito,
affogato nel vuoto e nell’azzurro.
Una lieve vertigine mi ha colto
e sono uscita: fuori, sotto il portico,
c’era una rondine, che s’è spaventata
ed ha squittito tanto acutamente
che ne ho avuto uno stupido sobbalzo.
REGRESOS
a A.M.C.
Esta mañana, en el campo, he entrado,
pasado ya el invierno, a mi despacho.
Había un olor casi sofocante:
olor a paredes viejas, me ha asaltado
como las melodías que resucitan
en nuestros corazones los más nostálgicos recuerdos.
Ya sabes: en aquel sofá lloré mucho
cuando supe que ya no volvías.
Y hoy, en el umbral, me ha aferrado
mi alma de entonces; he asistido nuevamente
en un instante a todo mi pasado.
Me parecía que estaba asomada
a una terraza estrecha y que miraba
debajo de mí, un hormigueo infinito,
ahogado en el vacío y en el azul.
Me ha dado un leve mareo
y he salido: fuera, bajo el porche,
había una golondrina asustada
y ha chirriado tan agudamente
que he tenido un estúpido sobresalto.
NOSTALGIA
C’è una finestra in mezzo alle nubi:
potresti affondare
nei cumuli rosa le braccia
e affacciarti
di là nell’oro.
Chi non ti lascia?
Perché?
Di là c’è tua madre
– lo sai –
tua madre col volto proteso
che aspetta il tuo volto.
NOSTALGIA
Hay una ventana en medio de las nubes:
podrías hundir
en los cúmulos rosados los brazos
y asomarte
de ese lado al oro.
¿Quién no te deja?
¿Por qué?
Allá está tu madre
‒ lo sabes ‒
tu madre con el rostro tendido
esperando tu rostro.
GRIDO
Non avere un dio
non avere una tomba
non avere nulla di fermo
ma solo cose vive che sfuggono –
essere senza ieri
essere senza domani
ed acciecarsi nel nulla –
– aiuto –
per la miseria
che non ha fine –
GRITO
No tener un dios
no tener una tumba
no tener nada firme
sino sólo cosas vivas que se escapan –
estar sin ayer
estar sin mañana
y cegarse en la nada –
– socorro –
por la miseria
que no tiene fin –
Antonia Pozzi (Italia). Fotógrafa y poeta que permaneció inédita hasta su muerte, ocupa un lugar destacado dentro de la poesía italiana que se produjo en el siglo XX. El 2 de diciembre de 1938, tras un intento de suicidio con barbitúricos, fue encontrada inconsciente en una zanja frente a la abadía de Chiaravalle. Murió al día siguiente. Sus poemas, escritos en un cuaderno, fueron editados por su padre que censuró muchos poemas, sobre todo aquellos donde su hija aludía a su relación amorosa con el profesor Antonio María Cervi. Sus poemas están reunidos en Parole. Liriche (Mondadori, 1939).