27 Dic 2024

385. POESÍA COLOMBIANA. FÁTIMA VÉLEZ

-19 Feb 2022
Poesía

 

ESA DEUDA ADQUIRIDA PARA LA EDUCACIÓN EN EL EXTRANJERO

 

El pago de la deuda debe ser completo
MANUAL DE DERECHO CIVIL

 

 

este tintineo de futuro

este caminar de pato y el niño y la niña

y el límite que separa el lenguaje

del pío pío doloroso

que agria la leche

que traigo y cargo con su peso

hasta la casa

y en mi ilusión hace fuertes mis brazos

 

y el niño y la niña que llevo de la mano al colegio

para quienes cocino desayuno y siempre fruta sobre la mesa y la digestión de la fruta por las tardes después de largas jornadas que los clavan en panzas de una gran y otra deuda pero al final la misma

y la forma de intimidad que yace en nuestros genes que no es identidad

pero también lo que sea que sea la identidad

 

esto de aquí también soy la deuda

 

y este pelo recién cortado

y ese árbol rosa conmoviendo desde el centro del otoño

y la parte inferior de la pupila

marcada con cuidado por el delineador

para que de ahí surjan ojos negros de redundancia

que haya de donde inducir un más allá, una profundidad, una idea de alma

o al menos de sujeto

 

algo

 

más que este aquí donde me ven

55.360.12 dólares que hacen de cada día un crecimiento

no espiritual

no en altura

no como decía Soraida

cuando yo era pequeña

que si estiraba y estiraba los brazos justo después de despertar, pero solamente así,

crecería

 si lograba estirar los brazos

hasta más allá de la cama

podía estar segura

crecería

 

ya quisiera en altura haber crecido

como la deuda crece hacia un desfile de números en rojo

 

roja la deuda se interna en esa carta

en la que un hombre al que una vez amé escribió:

me fui a caminar para tomar unas fotos y las vi, serpientes rojas con plateado, entrelazadas, bañándose entre la corriente, casi se me para el corazón

 

mi deuda y su entrelazamiento

entre esa no panza nacen miles

no podría decir cuántos

los intereses sobre los días

que no suficientemente largos

para el volumen de la deuda

 

ya los intereses cuelgan de los intereses

se deslizan en rojo

del 7 al 12 por ciento

del periodo de gracia a la desgracia

 

invitar a la deuda a compartir intimidad

a ser alérgica a los gatos, al polen, y a cosas increíbles como las hojas de papel blanco

invitarla

ven

cómo metería mis dedos en tu aliento

a mi tiempo haciendo cuentas, tiempo restringido de los encuentros con los cuerpos amados, tiempo clausurado para nada que no sea cumplir con los pagos mensuales,

cómo metería mis dedos en tu boca o mi libertad que apesta a esa manzana que se deja y se arruga en lo más, mi libertad, ni una imagen, mi libertad o una ironía más parecida al caucho y como el caucho blancuzco y masticable

 

en tu baba

 

nos erizamos ante ti, tú, que no eres figura a la medusa

tú, que ante ti cifras

y trazas rigidez que si opongo resistencia

quedaremos sin

 

¿casa?

 

si tajo cada lomo de mi tiempo

con qué parte de mi cuerpo he de pagar

si no hay manera de pesar mi páncreas

 

carne y deuda apretando

hasta que el chorro brota

carne y deuda apretando

hasta vaciar sobre la pesa de cobre

el placer equivalente al peso de la deuda

el más cercano al corazón

sin derramar ni una gota de sangre

 

 

MUCHACHA ANTE EL ESPEJO

 

esto de creerse centro

tanto que no se puede

rozar más que la cáscara

ácida de una misma

no digestiva del

cómo me estarán mirando

cómo me estarán sintiendo

 

semejante criatura ante el espejo

muchacha subterranizada

de esculcarse gorditos y

manchitas y pelitos

con el más descarnado matiz

en qué momento el malestar

ante el bulto y la celulitis

que a esta luz pone a vibrar el culo

en qué momento dizque

el correcto lavado de los dientes

sin desgastar el cepillo

y la forma de escribir puntuando

aquí tildando el hiato de la vocal

cerrada con las palabras en

blanquísimo orden

y la manera de comer con tenazas

separando los dedos del sabor

clausurada la boca ante

el mordisco y el jugo

que sale y chorrearía

a reventar miradas

y para orinar, verticales

y para parir, serviciales

donde no se vea donde no se huela

donde no se unte

donde no se manche

donde lo expulsado

salga oculto con todo y

su gran funcionamiento

 

 

 LA MACETA DE VIDRIO

 

la pulsión con que se despelleja el pollo

y se siembran semillas de cilantro

en la maceta de vidrio

de la orquídea que se creía muerta

 

hasta que en la desesperanza

surge la flor ampliada de blancura

justo cuando evaluábamos qué hacer

con la maceta

tan bonita

tan inútil

tan a la medida de la orquídea viva

que mandó de regalo la novia de mi papá

treinta y ocho años menor que él

dos años menor que yo

 

ondas y raíces crecen y se dilatan

la abuela pronto tendrá noventa

dicen que poco ha cambiado

su sangre de amor por las flores

las vajillas, el charol, la remolacha

 la piel de cebra arrugada en mitad de la sala

dicen que poco ha cambiado

y en su postura un giro hacia lo blando

 

la orquídea se alza

ocupa el cuarto donde la creíamos muerta

el cuarto crece y se ilumina y es más amplio

y hasta se siente bien estar aquí

 

la vecina muere a los cuarenta y cinco

un cáncer, agonía de dos años

tan joven

mi esposa falleció, dice el vecino

ahora solo

con los niños pequeños

el letargo del dios que lo acompaña

y le cuelga en los párpados

 

la solidez del pétalo

un negro entre las uñas de quien se aferra

a la medida de lo inesperado

 

 

AHORRAR

 

pan nuestro

acera nuestra

no debe

desperdiciar dinero

no debe

enamorarse

no debe

decir de más

 

y la mamá

su tragedia de inmigrante ilegal en Arizona

y el papá

sus mujeres de quince tetas grandes uniforme católico

 

las estrías

y las revoluciones de nariz aguileña

apellidos judíos

bañados en grasa de marrano

café negro

sin leche y sin azúcar

guaduales mulas ríos

remolinos y primas 

terratenientes de sombrero

trajes y educación en Londres o París

 

la muerte se abalanza

entre generaciones

escarba en las muelas de los nuevos

por ahí cuando los borrachos

salen y miran recostados en postes    

 

se aprende entonces a querer a las ratas

qué valientes

arriesgar su vida

por un pedazo de periódico 

para alimentar quién sabe qué vientre

qué óxido

y la gente al lado

contando

que un cadáver

tres días

eso le pasó por fumar crack

 

aunque no ha visto una cobra

sabe que tiene sus ojos

aunque no ha olido un zorrillo

su almizcle ya está aquí

la muerte de los otros

aún no la ha tocado

espera no invocarla

¿y si le hace una propuesta?

diría su papá

que se está prostituyendo

porque eso o lavar platos

es lo único

que se puede hacer

allá tan lejos

 

pronto le escribirá una carta

le dirá que hay peores

que tiene amigas que se acuestan con sus editores

que más de una vez

han quedado

atascadas en la uña de un topo

 

entonces 

muerte

qué opinas

si te hace cositas

y por la mañana te lleva el desayuno

de jugo de naranja

y huevos con cebolla y tomate

muy a la colombiana

 

¿prometes una tregua?

 

¿cómo te gustan los huevos,

muerte querida?

 

 

Fátima Vélez Giraldo (Colombia). Poeta, narradora, profesora de literatura y gestora cultural. Magister en Escritura Creativa en la Universidad Nacional de Colombia y en la Universidad de Nueva York. Fue fundadora de la residencia para artistas Residencia en la Tierra. Sus cuentos, poemas y ensayos han sido publicados en diferentes blogs literarios y antologías. En 2015 la Universidad Externado de Colombia publicó su libro Casa Paterna, una selección de poemas de cuatro libros inéditos: OrillasDiario del refugioDiseño de interiores y Del porno y las babosas, este último, en colaboración con la artista Powerpaola. 

 



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