I-A
Muerde mi piel, niña
Muerde para probar la carne que nos ata
¿Recuerdas correr al jardín?
A esa comparación entre las arrugas y el balbuceo de un bebé
Las voces se marchan
Dicen eterno y nos dejan tristes
La bebida cae
La mirada se lija
Ahora la expulsión de nuestras bocas no significa nada
Y miro tu inocencia, miro cómo muerde
Cada visita que se aloja es un marchitar de albahaca
Mas la ofensa no es la permanencia, sino que se cimbran de huesos
Mientras estamos tan cansados, tan óxido que no deja sanas las espuelas
No desertar los caminos tras ver las ataduras y los caballos tajados, dices
Mira mi costillar, niña, las jaulas que nadie cree posibles,
el entumecimiento matinal
el cuero mutando a germen
el mercurio que se ha vuelto baba.
INDIA EN UNA NAVE
Desconocer el mando
Mirarme descubriendo el encallamiento,
Dentro de otro huso horario
Dentro, sin mantenernos estables, más bien fluctuando
Con la categorización y una etiqueta de régimen
Cuán útil es el grito en pleno norte
si en este pedacito de Golfo se pierde la voz,
si en Kerala ya se derrama la luz, aunque dijiste que estaríamos;
pese a que te situé con honor y, finalmente, la piratería
Qué afortunado, dices
La tierra sin el cáncer es, pero contigo
Comencemos despejando,
ponía todo en cuanto me era posible:
la piel | el cantar | los peces más grandes
Porque el amor es un movimiento que no daña los arrecifes,
hoy la razón abandona el puerto
Ya que las minas reventando dentro mío son gladiolas,
hoy el barco es a ti un pedazo que se adhiere,
un niño buscando lactancia
O quizá, ese indio en bicicleta conociendo Kerala entre las mismas calles
[de su barrio
Si en tu altura está la vista que se hiela,
no busques la humareda,
no busques ser lo complementario al tiempo como al destino
Porque la libertad es un ciclón que atraviesa los estados,
esta mañana mira la tonalidad finita del brote,
entendiendo que el tornasol es sólo un reflejo de los escombros
O quizá, nuestros continentes eran demasiado extraños para seguir
[en sus fauces.
Te esperan en Ernakulam
Y yo que soy siempre la montaña inamovible en esta costa,
apreciaré tu avanzar por todos los límites
Te contemplo,
como quien mira su destino discurrir entre los aconteceres inevitables;
como quien está por caer al voladero y ya se encuentra desgajado
Borealidad, si es que no te he invocado
es por el miedo de que tu existencia sea sólo otro sueño atroz
[que me hace despertar feliz;
y es que el sueño siempre es un ave con chapado de oro en el pico
[anunciándome desgracias
En este tiempo,
la ciudad,
las tardes se vuelven azores al par del color,
al oro del espíritu que sólo es comparable con las dimensiones
Hemos visto el romance de las décadas,
la importancia de estar mutando de toro a bello jazmín,
la vitalidad de esta muralla
que nunca había permitido que le arrebataran los cuernos, las dagas,
y que hoy, derrumbas todo.
NO ENCONTRAREMOS LAS LÍNEAS (FRAGMENTO)
¿Somos personas o solo puentes?
Las palabras, los silencios —dices
Una palabra sana directa a la aorta o la ausencia tajante de ésta es un proyectil
Se ha pedido libertad
Se ha llorado por
Dime
¿Has pensado en algún ave en particular?
¿Te has releído hasta el punto de quiebre?
Somos puentes entre la soledad
y el hallar algo estable
que cubra los baches enormes
de esa calle periférica
Queremos salir corriendo
Pienso en las barrancas
es como estar al filo de una,
en un lugar al que le ha llovido por semana entera
El agua es constante,
la tierra está suelta
El mínimo peso ajeno
hará que la barranca se desgaje
Pero uno no corre
aunque lo anhele tanto
Uno no sabe cómo
Uno es solo un puente
que cae en aliteraciones mientras nos come la vida adulta
Cerrar aquí
Colocar mal el candado y que todo se fugue
Seré al menos quien deje el broche
Nadie lo habría hecho mejor
Al final solo somos la cerilla que,
según Faulkner, uno enciende en medio de un campo oscuro,
y esa cerilla no sirve para iluminar nada,
sino para ver mejor la enorme oscuridad que hay alrededor
Daniela Rey Serrata (México) Escritora, editora y ajedrecista. Autora de Caesar (Editorial Literal, 2017) y Cadenas de Silicio (Editorial Sol Negro, 2021). Tiene estudios en Lengua y Literatura, Creación Literaria y Administración. Su obra se ha publicado y compilado en diversos diarios, revistas y antologías de América, Europa y el Caribe, como la recientemente publicada Post Judas, selección de poetas jóvenes mexicanos y cubanos (Editorial Literal, 2021)