09 Dic 2024

416. POESÍA DOMINICANA. TOMÁS MODESTO GALÁN

-04 Abr 2022
Poesía

 

TODAVÍA TENGO ESPERANZAS DE SER NEGRO

(fragmento)

 

Algún día llegaré a esa hazaña apoteósica

un negro black, very  black de verdad

aunque la pureza sea un mito medieval

o un negro White black o Negro brown

un negro que no se defienda de su piel

ni siquiera de la ausencia del color

en la poesía de todas las vanguardias

un hombre que no sea de color noble

oscuro como el Sin par Estebanico,

el Sancho Panza de Cabeza de Vaca

que sea un negro auténtico asintomático

que no sufra de la enfermedad venérea

de la negación de la dicha nocturna

tan milenario como un negro rumano

o tan claro como la piel falsa

de las promesas frustradas en los Balcanes

aunque sea un negro sin palmeras

un gitano sedentario

sin tamboras blancas

sin maracas sordas

un negro que lee a «Alá» al revés

puede ser cristiano, un budista marciano,

homeless, un esclavo del exilio migratorio.

No aquel que vive en la nostalgia

de un pasado sepultado entre los muros

de una segregación baldía del misterio

oscuro de la sexualidad distanciosa.

 

Algún día llegaré a ser tan negro

como James Baldwin o Tony Morrison.

Y tan inmenso como Maya Angelou

o dudoso como un cosaco expatriado

por las mismas dudas de Phillis Wheatley

Tenía siete años cuando fue puesta en venta

en un mercado negro de Boston.

Nunca volvió al Tam Tam de Senegal.

Le arrancaron el tótem de la libertad.

Cargó con el nombre de un barco

y el apellido de un traficante de esclavos.

Hubo una impresión nefasta en su destino

se le convertía en carne de cañón sexual

Seguramente será una buena yegua.

Ella era más occidental que yo.

Recitaba a los clásicos.

 

Algún día llegaré a ser un negro

que no hable francés ni tampoco inglés

un negro de la Jamaica profunda

del «reggae» creado por Bob Marley

o un exiliado de la hispanofilia del Caribe

un latinoamericano sin fronteras inútiles

un negro capaz de ser parte de un mariachi

un patricio con salitre del condado del Bronx

un negro que no tema tener la piel blanca

como Federico García Lorca

o el sin par discípulo de Dionisio Cañas

o la piel negra de una mujer rubia

o ser afro descendiente con cédula

de identidad de un indigenismo romántico

nadamos bajo el sincretismo secreto

de un fuerte que nunca dejó de ser apache

sorprendente como Rosa Park o utópico

como el reverendo Martin Luther King

o albino como un cordero de la factoría

de un Dios Yoruba que vende su palabra

gratuitamente, cristianamente

hasta por un cigarrillo electrónico

no importa si no recuerda

sus más remotos milagros

o si se quita la máscara sagrada

de la monotonía del engaño.

 

Naces y mueres con total impunidad.

Cuando pasamos a ser historia patria

cesan banderas, fronteras, y mares

y los prejuicios fronterizos del buen salvaje

No me importa ser un negro juguetón

capaz de flotar en el mar de la esperanza

a cualquier hora de la historia

aunque muera en un mediterráneo dudoso

o leyéndole un poema en el Canal de la Mona

a los sicarios que no llegaron a tiempo

en busca de sus raíces más remotas

No importa si su leyenda era blanca

o si creyeron borrarte de la faz de la tierra

no tiene cabida entre los apóstoles

de un Cristo incapaz de defender su redención

aunque no haya salvado a los negros

al excluirlos de la última cena o de la siesta

romanizada por estos días virulentos

morimos rumiando un arcoíris frívolo,

tan desechable como este testamento.

 

 

TODAVÍA SIGO SEGREGADO

 

por la

apatía

exiliada

de la

incertidumbre

gozado

chupado

utópico

un negro

eterno

sin ansiedad

urgente

de ser blanco

saboteado

por la dicha

Todavía

me celebro

sin los cinco

sentidos

habituales

recupero

la cordura

alfabetizado

por un magisterio

imponderable

sostenido

por tus labios

vencido

por tu voz

observado

por el tercer

ojo clínico

de la ternura

mojada

respírame

Sigo aquí

medido

por tu boca

mordido

por tus dientes

blancos

temerosos

de ser

negros

abandonado

por un Dios

adicto

a la

claridad

crucificado

eternamente

por robarme

el altar

del deseo

No me

desilusiona

el tacto

si tu piel

vuelve a ser

negra

otra vez

ni si fue

blanca

durante

la última

cena

aquella

tormenta

del adiós

a las estatuas

inútiles

las banderas

falsas

del enemigo

ya no son

sagradas

No me

niego a ser

el venerado

del vacío

colonial

la distancia

indiferente

saborea

su virus

Quizás

descubra

los motivos

del ansia

o el desamparo

de sentirme

gozado por

tu recuerdo

desprovisto

de la máscara

prometida

al capital

del delirio.

 

 

CADA VEZ QUE REGRESO

 

Ya no estoy centrado en mí

Ni de ti se corteja esta sombra,

ni este adiós tan inminente regresa 

a las casas vacías de un tal vez

Amigo, ya no es a usted a quien busco

Te marchaste sin auto excusarte

Todavía no tienes la menor certeza

Ya no recuerdas dónde está el cine Lido

No culpen solo al tiempo del olvido

La Tomás de la Concha es una llaga

cortada a mitad de la Avenida México

Los pronombres ya no dialogan

con el deseo de regresar a la Ravelo

Soy el mismo hombre desaparecido

de las estadísticas de la petulancia

desanda en medio de las sombras

perdiéndose en la penumbra de una calle

tan familiar que ya ha desaparecido

No bien andamos de la mano

de un vocabulario antiguo

Hay más nidos en los postes de electricidad

y a nadie le importa si nació un pájaro

o una golondrina canta buscando

el nicho precoz de una rama incierta.

Regreso a un nadie cualquiera,

Si sabe sumergirse en la neblina

Soy un desobediente de la resignación

pero solo reconocen mi hispanofilia

Al descubrir a los isleños caídos

la palabra hipocresía resurge

Adquirió un perfil profético

El pedestal de la clase media

está en peligro de otros descensos

Se oculta en los nichos del incienso

Hay un cigarrillo a punto de apagarse

Ya es el consenso de una clase vacunada

La peste coloca espejos arrogantes

para descubrir el origen de una piel

demasiado oscura para dormir

su siesta lejos de África.

 

 

CIUDADANOS DE LA AGONÍA

 

Somos los sicarios de una nueva moral.

Para liberarnos de una falsa identidad

interrogamos la reverencia del enemigo

y arrastramos dioses ajenos a la desventura.

Todavía vivimos en casas antiguas

llenas de entomólogos en vía de extinción.

Se sufre el síndrome de saludar el tiempo

durante la fiesta de una orgía histórica

La nueva hipocresía flota en alta mar

donde aún germinan nuestros sueños.

Hay una frontera para acariciar la piel

otra para defendernos de la vanidad

Matamos moscas en una galería distante

convencidos del regreso a casa.

Crece un moho gris en medio del paraíso.

Ahora puedo regresar a otra mentira

apertrechado con otro pasaporte

Cuando el azul haya quedado atrás

regresaré a ser el vigilante del Tam Tam

No recuerda al negrito del batey

aquella arqueología sospechosa.

Ya me cansé de arrastrar tamboras

por la calle «Las damas»,

sin interrogar el vacío lapidario.

Tuve la dicha de ser extranjero

mientras leía el epitafio del poema

Un oleaje frío enmudecía el fraile

Todavía se denuncia el genocidio.

de una metamorfosis desechable

Ya no sé cómo despertar

del salitre de un sermón de adviento.

Moría dentro de aquella rebeldía pétrea

sin desnudar al suicida liberal

Un día me di cuenta de que arrastraba

la identidad de un circo globalizado

por las aceras de una opresión risueña

La victoria mundana no le ofrecía laurel

a aquel liberto del pasaporte azul

ya no lo acusaban de regresar

a sus antiguas raíces.

 

 

DESPERTAR EL PASADO TAMBIÉN ES UN PECADO

 

Viajo dos horas hacia atrás para repasarte. Estás a mi lado sin la declaración humanitaria de una erección futura. Te desnudas y la imaginación lucha contra el sentimiento de dos horas de dicha. Aún siento el sabor de un pezón en mi boca. Mis dedos saborean la distancia de la otredad. Viajo al pasado en busca de tu cuerpo. Todavía no me dices negro. Abres la boca y siento la emergencia de una palabra húmeda. Una sílaba equivocada enmudece. Y llega una consonante para saborear el origen. La simiente es blanca. Le digo negra y resurge desconfianza en el color. Te repaso para sentir el pasado. Deseo sofocar este deseo, desaparecer en un gemido, devorar tu risa, sucumbir sobre la fuente cultivada por mis manos para alimentar la vida. Vuelvo a repasarte como si estuvieras desnuda de un anillo. Lo siento en la inicial de gato. Entonces el otro punto cardinal es el poema. Estoy a punto de hacer el amor con el pasado, hasta que gima el futuro y el presente sufra de tardía impotencia. Toco el tiempo inconscientemente. Todavía tengo chance de acercarme al color de la última dicha.

 

 

HAY UN BESO QUE PUEDE SER NEGRO

 

Prueba su miel y olvidarás el color

de una pureza desmentida.

Una caricia puede ser blanca.

Una hora lamentable nunca es negra

un arcoíris sospechoso puede ser deficitario.

Hay una muñeca negra en la puerta

de los enemigos de la virtualidad.

No hay caña para soportar el pasado

ni un batey para llorar nuestras raíces.

Hay una luna ambigua en la ternura.

Un calendario lleno de interrogantes.

Una cintura muda de la mitología del color.

El arco de este poema suelta una flecha

ambigua que siempre da en el blanco

el arco del vacío sospecha de su negritud.

Cuando el poema ataque la piel

de un colonialismo sin sentido,

todo volverá al altar de la reconciliación.

 

 

CANTO A TU CORAZÓN

 

en busca de una remota negritud

te quito las cadenas y alejo el tronco

sangrante del temor de los pájaros

donde te sacrificaron aves de rapiña

aquellos hermanos perdidos

bajo el tambor de esta piel bullosa

aún aguardo el óxido de las cadenas

el monopolio mercantil de los barcos

donde un día haremos el amor

decorados por un arcoíris lapidario.

Nacemos de aquella brisa fría

respiramos entre los ojos fratricidas

de una nube de insectos ciegos

nos protegen de la incierta libertad.

 

 

INSTRUCCIONES PARA UNA SIESTA CLANDESTINA

  

Respire profundo

Desabróchese el cinturón

Haga lo mismo con los zapatos

Abra las piernas a su manera

Medite sobre irregularidad de sus latidos

Cuente la emoción de un latido peligroso

Si despierta de improviso y se duerme,

béselo otra vez, un beso sentido

a miles de kilómetros de distancia

examine la falta de pudor del placer

La duración de los más largos gimen

Deténgase en los más suaves

Déjese acariciar por el deseo

Alimente sus pulmones con un suspiro

Vuelva a respirar sin máquinas

Estire sus piernas otra vez

Primero quítese las medias

Cambie el orden de los pasos

Deje que una enfermera mida el pulso

Repita ese deseo hasta oír su sangre

Revise la primera emoción

Descríbala con cuidado

Dele un beso a la pantalla

Mírese a usted misma

Si descubre una duda

en la autenticidad del sueño,

cambie la disposición de los miembros

Coloque sus pies sobre libros que nunca leerá,

Desentiéndase de una metáfora fría,

Toque con extraña suavidad

la piel iluminada del teléfono

No debe ocultarlo si es negro

Si su pareja duerme, imítela

No finja dormir eróticamente

No la despierte para describir su siesta

Ahora, si yace boca arriba sin saber,

no interrumpa su modo de morir

Si gime y no lo sabe, espérela

apague el teléfono otra vez

Respete su siesta hasta el final.

 

 

CAÑA BRAVA

 

Deletreo sobre la arena tu primer nombre. Es dulce, firme y recto. Los machetes lo derriban sin misericordia. Sangro por ti. Aguardas mi sudor. Hay una zafra sensual para los días sordos. Canta conmigo. Yo lo aguardo en el museo del café con leche para descolonizar mi nostalgia. Acompáñame. Te espero en un puerto donde tampoco serás libre. El paraíso se asusta del grito del tambor. Baila tu dolor en mi piel mundana. Las serpientes saludan el canto de tus manos. Mueve los pies con el fulgor de tu cintura. Beso tu piel para saciar mi sed. Somos negros de verdad. Que no nos proteja la memoria ajena al negro. Tú resistes una aldea donde la dicha no tiene más pudor que el exterminio del mar. Habítame. Duermes sobre la arena de mis manos. Nadas para deshacer los restos de esta dulce angustia.

 

 

Tomás Modesto Galán (República Dominicana) Presidente fundador de la Asociación de Escritores Dominicanos en Estados Unidos, co-administrador de la página Descolonización Cultural. Es parte de la junta directiva del Festival Hispano del Bronx. Fue el presidente de la Feria del libro del Bronx: Libro Abierto.  Sus ensayos, poemas y artículos aparecen en revistas, en las redes sociales y en numerosas antologías. Obras más destacadas: Los Cuentos de Mount Hope (novela, 1995) y Los niños del Monte Edén (cuentos, 1998). Cenizas del Viento (poesía, 1983), ¿Es popularla poesía de Juan Antonio Alix? (ensayo), 1987, y Diario de Caverna (poesía, 1988). Subway (poesía, 2008). Al margen del color (novela, 2014). En el 2014 su poemario Amor en bicicleta y otros poemas, ganó el concurso “Letras de ultramar”. Odisea Vital (poesía, 2017) es su última publicación.

 



Compartir