TODAVÍA TENGO ESPERANZAS DE SER NEGRO
(fragmento)
Algún día llegaré a esa hazaña apoteósica
un negro black, very black de verdad
aunque la pureza sea un mito medieval
o un negro White black o Negro brown
un negro que no se defienda de su piel
ni siquiera de la ausencia del color
en la poesía de todas las vanguardias
un hombre que no sea de color noble
oscuro como el Sin par Estebanico,
el Sancho Panza de Cabeza de Vaca
que sea un negro auténtico asintomático
que no sufra de la enfermedad venérea
de la negación de la dicha nocturna
tan milenario como un negro rumano
o tan claro como la piel falsa
de las promesas frustradas en los Balcanes
aunque sea un negro sin palmeras
un gitano sedentario
sin tamboras blancas
sin maracas sordas
un negro que lee a «Alá» al revés
puede ser cristiano, un budista marciano,
homeless, un esclavo del exilio migratorio.
No aquel que vive en la nostalgia
de un pasado sepultado entre los muros
de una segregación baldía del misterio
oscuro de la sexualidad distanciosa.
Algún día llegaré a ser tan negro
como James Baldwin o Tony Morrison.
Y tan inmenso como Maya Angelou
o dudoso como un cosaco expatriado
por las mismas dudas de Phillis Wheatley
Tenía siete años cuando fue puesta en venta
en un mercado negro de Boston.
Nunca volvió al Tam Tam de Senegal.
Le arrancaron el tótem de la libertad.
Cargó con el nombre de un barco
y el apellido de un traficante de esclavos.
Hubo una impresión nefasta en su destino
se le convertía en carne de cañón sexual
Seguramente será una buena yegua.
Ella era más occidental que yo.
Recitaba a los clásicos.
Algún día llegaré a ser un negro
que no hable francés ni tampoco inglés
un negro de la Jamaica profunda
del «reggae» creado por Bob Marley
o un exiliado de la hispanofilia del Caribe
un latinoamericano sin fronteras inútiles
un negro capaz de ser parte de un mariachi
un patricio con salitre del condado del Bronx
un negro que no tema tener la piel blanca
como Federico García Lorca
o el sin par discípulo de Dionisio Cañas
o la piel negra de una mujer rubia
o ser afro descendiente con cédula
de identidad de un indigenismo romántico
nadamos bajo el sincretismo secreto
de un fuerte que nunca dejó de ser apache
sorprendente como Rosa Park o utópico
como el reverendo Martin Luther King
o albino como un cordero de la factoría
de un Dios Yoruba que vende su palabra
gratuitamente, cristianamente
hasta por un cigarrillo electrónico
no importa si no recuerda
sus más remotos milagros
o si se quita la máscara sagrada
de la monotonía del engaño.
Naces y mueres con total impunidad.
Cuando pasamos a ser historia patria
cesan banderas, fronteras, y mares
y los prejuicios fronterizos del buen salvaje
No me importa ser un negro juguetón
capaz de flotar en el mar de la esperanza
a cualquier hora de la historia
aunque muera en un mediterráneo dudoso
o leyéndole un poema en el Canal de la Mona
a los sicarios que no llegaron a tiempo
en busca de sus raíces más remotas
No importa si su leyenda era blanca
o si creyeron borrarte de la faz de la tierra
no tiene cabida entre los apóstoles
de un Cristo incapaz de defender su redención
aunque no haya salvado a los negros
al excluirlos de la última cena o de la siesta
romanizada por estos días virulentos
morimos rumiando un arcoíris frívolo,
tan desechable como este testamento.
TODAVÍA SIGO SEGREGADO
por la
apatía
exiliada
de la
incertidumbre
gozado
chupado
utópico
un negro
eterno
sin ansiedad
urgente
de ser blanco
saboteado
por la dicha
Todavía
me celebro
sin los cinco
sentidos
habituales
recupero
la cordura
alfabetizado
por un magisterio
imponderable
sostenido
por tus labios
vencido
por tu voz
observado
por el tercer
ojo clínico
de la ternura
mojada
respírame
Sigo aquí
medido
por tu boca
mordido
por tus dientes
blancos
temerosos
de ser
negros
abandonado
por un Dios
adicto
a la
claridad
crucificado
eternamente
por robarme
el altar
del deseo
No me
desilusiona
el tacto
si tu piel
vuelve a ser
negra
otra vez
ni si fue
blanca
durante
la última
cena
aquella
tormenta
del adiós
a las estatuas
inútiles
las banderas
falsas
del enemigo
ya no son
sagradas
No me
niego a ser
el venerado
del vacío
colonial
la distancia
indiferente
saborea
su virus
Quizás
descubra
los motivos
del ansia
o el desamparo
de sentirme
gozado por
tu recuerdo
desprovisto
de la máscara
prometida
al capital
del delirio.
CADA VEZ QUE REGRESO
Ya no estoy centrado en mí
Ni de ti se corteja esta sombra,
ni este adiós tan inminente regresa
a las casas vacías de un tal vez
Amigo, ya no es a usted a quien busco
Te marchaste sin auto excusarte
Todavía no tienes la menor certeza
Ya no recuerdas dónde está el cine Lido
No culpen solo al tiempo del olvido
La Tomás de la Concha es una llaga
cortada a mitad de la Avenida México
Los pronombres ya no dialogan
con el deseo de regresar a la Ravelo
Soy el mismo hombre desaparecido
de las estadísticas de la petulancia
desanda en medio de las sombras
perdiéndose en la penumbra de una calle
tan familiar que ya ha desaparecido
No bien andamos de la mano
de un vocabulario antiguo
Hay más nidos en los postes de electricidad
y a nadie le importa si nació un pájaro
o una golondrina canta buscando
el nicho precoz de una rama incierta.
Regreso a un nadie cualquiera,
Si sabe sumergirse en la neblina
Soy un desobediente de la resignación
pero solo reconocen mi hispanofilia
Al descubrir a los isleños caídos
la palabra hipocresía resurge
Adquirió un perfil profético
El pedestal de la clase media
está en peligro de otros descensos
Se oculta en los nichos del incienso
Hay un cigarrillo a punto de apagarse
Ya es el consenso de una clase vacunada
La peste coloca espejos arrogantes
para descubrir el origen de una piel
demasiado oscura para dormir
su siesta lejos de África.
CIUDADANOS DE LA AGONÍA
Somos los sicarios de una nueva moral.
Para liberarnos de una falsa identidad
interrogamos la reverencia del enemigo
y arrastramos dioses ajenos a la desventura.
Todavía vivimos en casas antiguas
llenas de entomólogos en vía de extinción.
Se sufre el síndrome de saludar el tiempo
durante la fiesta de una orgía histórica
La nueva hipocresía flota en alta mar
donde aún germinan nuestros sueños.
Hay una frontera para acariciar la piel
otra para defendernos de la vanidad
Matamos moscas en una galería distante
convencidos del regreso a casa.
Crece un moho gris en medio del paraíso.
Ahora puedo regresar a otra mentira
apertrechado con otro pasaporte
Cuando el azul haya quedado atrás
regresaré a ser el vigilante del Tam Tam
No recuerda al negrito del batey
aquella arqueología sospechosa.
Ya me cansé de arrastrar tamboras
por la calle «Las damas»,
sin interrogar el vacío lapidario.
Tuve la dicha de ser extranjero
mientras leía el epitafio del poema
Un oleaje frío enmudecía el fraile
Todavía se denuncia el genocidio.
de una metamorfosis desechable
Ya no sé cómo despertar
del salitre de un sermón de adviento.
Moría dentro de aquella rebeldía pétrea
sin desnudar al suicida liberal
Un día me di cuenta de que arrastraba
la identidad de un circo globalizado
por las aceras de una opresión risueña
La victoria mundana no le ofrecía laurel
a aquel liberto del pasaporte azul
ya no lo acusaban de regresar
a sus antiguas raíces.
DESPERTAR EL PASADO TAMBIÉN ES UN PECADO
Viajo dos horas hacia atrás para repasarte. Estás a mi lado sin la declaración humanitaria de una erección futura. Te desnudas y la imaginación lucha contra el sentimiento de dos horas de dicha. Aún siento el sabor de un pezón en mi boca. Mis dedos saborean la distancia de la otredad. Viajo al pasado en busca de tu cuerpo. Todavía no me dices negro. Abres la boca y siento la emergencia de una palabra húmeda. Una sílaba equivocada enmudece. Y llega una consonante para saborear el origen. La simiente es blanca. Le digo negra y resurge desconfianza en el color. Te repaso para sentir el pasado. Deseo sofocar este deseo, desaparecer en un gemido, devorar tu risa, sucumbir sobre la fuente cultivada por mis manos para alimentar la vida. Vuelvo a repasarte como si estuvieras desnuda de un anillo. Lo siento en la inicial de gato. Entonces el otro punto cardinal es el poema. Estoy a punto de hacer el amor con el pasado, hasta que gima el futuro y el presente sufra de tardía impotencia. Toco el tiempo inconscientemente. Todavía tengo chance de acercarme al color de la última dicha.
HAY UN BESO QUE PUEDE SER NEGRO
Prueba su miel y olvidarás el color
de una pureza desmentida.
Una caricia puede ser blanca.
Una hora lamentable nunca es negra
un arcoíris sospechoso puede ser deficitario.
Hay una muñeca negra en la puerta
de los enemigos de la virtualidad.
No hay caña para soportar el pasado
ni un batey para llorar nuestras raíces.
Hay una luna ambigua en la ternura.
Un calendario lleno de interrogantes.
Una cintura muda de la mitología del color.
El arco de este poema suelta una flecha
ambigua que siempre da en el blanco
el arco del vacío sospecha de su negritud.
Cuando el poema ataque la piel
de un colonialismo sin sentido,
todo volverá al altar de la reconciliación.
CANTO A TU CORAZÓN
en busca de una remota negritud
te quito las cadenas y alejo el tronco
sangrante del temor de los pájaros
donde te sacrificaron aves de rapiña
aquellos hermanos perdidos
bajo el tambor de esta piel bullosa
aún aguardo el óxido de las cadenas
el monopolio mercantil de los barcos
donde un día haremos el amor
decorados por un arcoíris lapidario.
Nacemos de aquella brisa fría
respiramos entre los ojos fratricidas
de una nube de insectos ciegos
nos protegen de la incierta libertad.
INSTRUCCIONES PARA UNA SIESTA CLANDESTINA
Respire profundo
Desabróchese el cinturón
Haga lo mismo con los zapatos
Abra las piernas a su manera
Medite sobre irregularidad de sus latidos
Cuente la emoción de un latido peligroso
Si despierta de improviso y se duerme,
béselo otra vez, un beso sentido
a miles de kilómetros de distancia
examine la falta de pudor del placer
La duración de los más largos gimen
Deténgase en los más suaves
Déjese acariciar por el deseo
Alimente sus pulmones con un suspiro
Vuelva a respirar sin máquinas
Estire sus piernas otra vez
Primero quítese las medias
Cambie el orden de los pasos
Deje que una enfermera mida el pulso
Repita ese deseo hasta oír su sangre
Revise la primera emoción
Descríbala con cuidado
Dele un beso a la pantalla
Mírese a usted misma
Si descubre una duda
en la autenticidad del sueño,
cambie la disposición de los miembros
Coloque sus pies sobre libros que nunca leerá,
Desentiéndase de una metáfora fría,
Toque con extraña suavidad
la piel iluminada del teléfono
No debe ocultarlo si es negro
Si su pareja duerme, imítela
No finja dormir eróticamente
No la despierte para describir su siesta
Ahora, si yace boca arriba sin saber,
no interrumpa su modo de morir
Si gime y no lo sabe, espérela
apague el teléfono otra vez
Respete su siesta hasta el final.
CAÑA BRAVA
Deletreo sobre la arena tu primer nombre. Es dulce, firme y recto. Los machetes lo derriban sin misericordia. Sangro por ti. Aguardas mi sudor. Hay una zafra sensual para los días sordos. Canta conmigo. Yo lo aguardo en el museo del café con leche para descolonizar mi nostalgia. Acompáñame. Te espero en un puerto donde tampoco serás libre. El paraíso se asusta del grito del tambor. Baila tu dolor en mi piel mundana. Las serpientes saludan el canto de tus manos. Mueve los pies con el fulgor de tu cintura. Beso tu piel para saciar mi sed. Somos negros de verdad. Que no nos proteja la memoria ajena al negro. Tú resistes una aldea donde la dicha no tiene más pudor que el exterminio del mar. Habítame. Duermes sobre la arena de mis manos. Nadas para deshacer los restos de esta dulce angustia.
Tomás Modesto Galán (República Dominicana) Presidente fundador de la Asociación de Escritores Dominicanos en Estados Unidos, co-administrador de la página Descolonización Cultural. Es parte de la junta directiva del Festival Hispano del Bronx. Fue el presidente de la Feria del libro del Bronx: Libro Abierto. Sus ensayos, poemas y artículos aparecen en revistas, en las redes sociales y en numerosas antologías. Obras más destacadas: Los Cuentos de Mount Hope (novela, 1995) y Los niños del Monte Edén (cuentos, 1998). Cenizas del Viento (poesía, 1983), ¿Es popularla poesía de Juan Antonio Alix? (ensayo), 1987, y Diario de Caverna (poesía, 1988). Subway (poesía, 2008). Al margen del color (novela, 2014). En el 2014 su poemario Amor en bicicleta y otros poemas, ganó el concurso “Letras de ultramar”. Odisea Vital (poesía, 2017) es su última publicación.