Hoy abrimos el portal, cruzamos lentamente el limen desde un sitio forastero. El umbral es, en sí mismo, el hito; la membrana que diferencia dos reinos, ¿complementarios?, ¿contrapuestos? Lo que se sabe es que el sitio interior funda un universo poético; un ámbito que, sin ser fanáticamente religioso, es sacro: recinto que erige lo total desde lo particular. La configuración de este mundo instaura la palabra como sentencia, pero también el vacío. Es ese imaginario de sutilezas donde se materializa la sensibilidad del ser. Los dones ensimismados ofrendan el silencio, no como algo que debe ser llenado, sino como aquello que se haya pleno, rebosante de espíritu y conciencia. Así es la poesía de Antonio Nazzaro:
Quedamos nosotros
cometas apoyadas
a la espera de una palabra
de viento
Las cometas reposan una en la otra, liviana es su naturaleza. Quedan a disposición del viento quien habrá de insuflarles vuelo. El poema es entonces un canal para la metamorfosis, centro donde se eleva el ser y donde se recobran los signos del tiempo. El imaginario nazzariano atesora los misterios que lo humano, cuida con cierta nostalgia fundacional el universo interno, lo permanente que allí reposa. Encontramos en los versos, de este poeta italiano, algo que no tiene principio ni fin. Es una continuidad de la palabra, silueta y canto que toman cuerpo en la trascendencia de las frases, en las respiraciones. Crucemos entonces el himen, descubramos el extracto de la vida.
Amarú Vanegas
CANSADAMENTE SE ASOMA LA MAÑANA
en ese patio de cielo.
Pasos van
y la existencia se desenvuelve
en sombras que se achican.
Se debería enfrentar el día
pero la cabeza se voltea
bajo la almohada del tiempo
para agrandar la noche
que abraza
el olor a ti.
QUEDAMOS NOSOTROS
cometas apoyadas
a la espera de una palabra
de viento
Del poemario: Amor migrante y el último cigarrillo (2018)
DE TI AMO
la ausencia
sonrisa apagada
ventana de invierno
y soy nieve
sobre tus labios
por derretirse.
ABRO FRENÉTICO LOS CAJONES
levanto las hojas y calcetines
y raros objetos que se preguntan
qué hago aquí.
Paso de un cuarto a otro
repetidamente
levanto los cojines del sillón
muevo las sillas
abro los cajones de la cocina.
Es difícil encontrar casa
si no estás.
Del poemario: Cuerpos Humeantes (2019)
ELLA
(fragmento)
Los cabellos de ella son el balancear de los faroles sobre el limitar del río. Las ventanas son estrellas bajas para dibujar los cuerpos. Son caricias lentas como tranvías en la niebla, siguen rutas fijas, siempre desconocidas. Humos salen de las chimeneas dando vaporosos besos a la ciudad que parece no tener fin. Son miradas que retienen el instante como esquinas de calle las citas de siempre. El cuerpo se mueve. Tremor de charcos que reflejan rasgones de cielo. Los dedos entrelazan la calle. Dejan estelas como faros en la noche.
Caracas es una mirada morena de paso sinuoso. El Ávila se empolva con blancas nubes.
Desde las prosas poéticas de Olor a (2014)
SIÉNTATE AQUÍ
a mirar a este amor tenderse en nuestros ojos
en los dedos entorchados como vides a esta tierra
siéntate aquí
en los cuerpos confundidos por el instante donde cada letra
es la historia de un beso
siéntate aquí
junto a mí dibuja los mapas de horas imposibles
escapadas de los relojes de los hombres
siéntate aquí
para poder amar en un momento toda la vida
en un momento toda tú
en un momento
siéntate aquí
y mira el vértigo de un beso
aún no dado
siéntate aquí
QUERIDA ELE
en este páramo andino en la distancia
miramos el teatro de la noche
las estrellas se han vuelto dibujos símbolos
revelaciones de un porvenir
nosotros aquí bajo esta sombra oscura de la selva para
protegernos de la luna
escribimos dibujamos intercambiamos latitudes
y paralelos
leves caricias tomados de la mano al subir
apremia la tierra a los pies en la altura
caminamos sobre ese territorio que se abre
entre tierra y cielo al brincar del corazón
tu belleza ofusca al cielo para dar
otro
te quiero
las estrellas se apoyan en los árboles
faltas
pasa una nube
eres estrella fija
Del poemario escrito a cuatro manos con Eleonora Buselli Diario amoroso sin fechas, Fotonovela poética (2021)
QUISIERA SER UN CUIDADOR POÉTICO
tener una sonrisa impresa
en los labios como un verso.
Responder en rima a cada llamado
llegar con paso de danza
y los ojos amorosos.
Pero el tiempo rompe el verso
las respuestas se secan
sobre los labios como una imprecación.
La mirada nerviosa
el paso arrastrado
pero siempre llego madre
siempre.
EN EL DOLOR DONDE LA MEDIDA ESTÁ PERDIDA
donde la enfermedad del otro se hace tuya
donde te enfermas de un mal que no es tuyo
crecen los silencios de ladrillos vacíos
de vocales que son siempre agujereadas
como paraguas que no protegen
pero quizás los agujeros de los paraguas
esconden el secreto del pasaje
de un último sol como una esperanza
me enfermo no de ti sino de tu morir
de una mano que levanto en una caricia
que lenta cae y vuelve a caer sin sonido
Poemas del poemario inédito Bajo el signo de cáncer, 2022.
Antonio Nazzaro (Italia). Periodista, poeta, traductor, video artista y mediador cultural. Fundador y coordinador del Centro Cultural Tina Modotti. Es director de diferentes colecciones de poesía italiana y latinoamericana por varias casas editoriales: Dirige la revista internacional de poesía Caravansary publicada en cuatro idiomas por Uniediciones, Colombia. Publicaciones: Amor migrante y el último cigarrillo/Amore migrante e l´ultima sigaretta (2018) y Cuerpos humeantes (2019). Escribió junto a Eleonora Buselli su último poemario Diario Amoroso sin fechas, Fotonovela poética (2021). El libro de cuentos Olor a (2014) y el libro de crónica y poesía: Notas desde Venezuela. 2017: vivir en las protestas/Appunti dal Venezuela. 2017: vivere nelle proteste (2017).