CAMPESINAS
en la cosecha
le abren surcos a la tierra
esculpen sus pepitas
de barro y luz
las semillas esperan
la desgarradura
que la marga traducirá
en un cambio de forma
se hunden
hacen de su entrega
un estallido sin palabras
su gesto de cuidarnos
las creadoras miran
el dibujo de su labor:
son ríos perpetuos
abren sus preguntas
anuncian el futuro
de su ingravidez.
PLUTÓN NO SABE DE NOSOTRAS
plutón no sabe
de nosotras,
lejano el sol
para él
apenas puntito,
destello,
sus semanas décadas,
sus criaturas
siglos en nacer.
pensar en él,
quedarse en él,
arrancarlo
de su soledad años luz
y traerlo al cuenco
de la mano,
metérselo
en la boca
que se caliente
en la lengua,
que los dientes
sean sus estrellas
y que escuche
escuche adentro
y nos diga
cuáles son
nuestros nombres.
CANGREJOS
nadie conoce este muelle
donde te has tumbado
desconcertada de tu propia voz.
nadie ha vuelto a esta playa
repleta de niños
aplastando cangrejos.
los más pequeños
son los que golpean
con mayor devoción.
cuerpo viejo
cuerpo futuro
el que emanará
de los caparazones rotos.
en el único niño
que no golpea
te reconoces,
intenta decirte algo
pero tiene las palabras tiesas
entre los dientes.
JUEGO
habla un poco más duro
no te escucho
estás al fondo del fondo de tu voz.
apaga la luz
aquí resplandecen figuras
¿recuerdas?
cada martes llegaba el apagón
y nos inventábamos animales
con nuestras manos:
el dedo meñique, el anular, el gordo
se convertían en pedazos de un ave
quizá de cuervo o de gallina
unas alas de sombra queriendo salir.
las manos: eso era lo que resplandecía entre nosotras.
LA CAVERNA
lo prehistórico se mueve
a gran velocidad
estallan en la piel de la roca
aullidos láser
huesos de poliéster
estalactitas de carne
ojos de piedra y sangre,
hundo la mano
en la tierra de algoritmos
y veo cómo palpita lo recienteantiguo,
en la caverna digital
fosforescencia del cosmos
desbaratándose
en ríos de acontecimientos:
muros caídos, alzados y vueltos a caer,
fronteras trazadas y borroneadas
sobre un papel carcomido,
nombres de naciones,
firmas de próceres,
manos que encienden bombas
y máquinas,
ríos rojizos, negros y amarillos,
llantos de uno y otro lado
en la puerta en una iglesia,
frente a la cruz
espaldas que se laceran,
empresas con avisos de neón
que prometen premios millonarios,
gente remando sobre puertas
en medio de la lluvia,
manos que se cierran y se abren
para agarrar billetes y monedas,
los que no tienen voz se arrastran
sobre una plataforma de cemento,
olores hórridos salen de sus cuerpos,
una familia de vacaciones en una isla
pieles sonrosadas se escaman por el sol,
una estrella muriendo
sin que nadie se de cuenta,
una multitud encerrada en la alambrada
cuerpos calcáreos se envilecen,
unos adolescentes toman fotografías a fósiles
en el museo nacional
y aprenden los nombres de las eras de la tierra,
el cuerpo de un mamut es restaurado
de una película de moho en su torso,
un mamut duerme sobre la roca,
un mamut muere, nace, muere,
un grupo de danzantes derviches
gira, gira, gira,
uno de ellos no resiste y cae,
en el pecho de una mujer
la foto de un desaparecido:
para ella un duelo ígneo,
una niña espera a su madre
con zapatos amarillos de punta gastada
al borde, en la frontera
grito en lo oscuro
nadie escucha
nadie quiere meterse en la boca
el dolor de alguien que se convierte en piedra.
la caverna se apaga en un chisporroteo de fósilmáquina
y en la pantalla un ruido se ríe del aleph.
EL GLOBO
hemos venido a ser testigos
de los cambios de la tierra
la tierra donde ya no hay sol
nuestras plantas eléctricas
son las únicas estrellas
reverberan al infinito finito
encima de la mesa
donde descansa nuestro ídolo:
una bola de mares innavegables
y ríos minúsculos
hay arrugas
en los nombres continentales
y se han desdibujado
las figuras de monstruos
en los que ya nadie cree
¿por qué hemos visto el infinito
en lugares tan pequeños?
cuartuchos
donde trabajamos y dormimos,
donde nos vivimos
nada universales
girando como derviches
alrededor de nuestro miedo
después de girar
hemos anotado con tristeza local:
“el cosmos es tan solo
un afiche de carl sagan
encima de la pared con grietas”
Juliana Torres Forero (Colombia). Escribe poesía y narrativa. Ha colaborado con diversas revistas culturales. Fue escritora residente del Programa de Residencias Artísticas del CONACULTA en México. Está en su cuarto año de doctorado en Literatura Latinoamericana en el Departamento de Lenguas Romances de la Universidad de Cornell, donde también trabaja como profesora. Vive en Ithaca, New York.