EL ACUÍFERO COMÚN
Campo de desplazados de Habile.
Frontera chadiano-darfurí. Julio.
Con los apicultores de perseidas,
a pulso elevaré la rueda al eje
del carromato nuestro y, sobre rocas,
reemprenderé la senda del ejido.
Me subiré a tu espalda, o tú a la mía,
para coger puñados de higos frescos
que comeremos juntos a la sombra
de las higueras. Y daremos gracias.
Beberemos el agua de los pozos
que en el acuífero común abrevan,
donde dictan sus leyes las hebillas
y los pronombres desmovilizados
abrazándose danzan como iguales.
Daremos con el valle compartido,
sin otra linde que los horizontes,
pero seremos huéspedes, no dueños,
y desensillaremos a la historia
para que el sol restañe las heridas
de tanto látigo y espuelas tantas.
La propiedad privada no es un robo,
el robo es que jamás cambie de manos,
que posea los cielos el cetrero
y que tenga apellidos lo de todos.
Contra el paso de oca de los días
bailaremos sin patrias y sin amos,
y cuidaremos como porcelana
la libertad del débil, la salud
del foráneo, igual que el trapecista
tiende su mano al trapecista en vuelo.
Y cuando nuestras ánimas cumplidas
se echen a descansar entre el rocío,
al devolverle al universo el mundo
que nos prestó lo reconocerá,
y dejaremos el ajuar doblado,
y en vez de cementerios, bibliotecas.
ESTRATEGIA DE ACCIÓN DIRECTA
Los hombres crecen como las ciudades,
alejándose de su centro histórico,
dejando atrás callejas bautizadas
por antiguos oficios artesanos
para agrandarse en anchas avenidas
con nombres de soldados y políticos
hasta desconocerse en carreteras
anónimas o en urbanizaciones
uniformes, silentes, indistintas,
y crecen hasta que entre su ciudad
y la ciudad siguiente ya no hay campo.
Así crecen los hombres.
Y también crecen como las iglesias,
traicionando el mandato de su origen
-la verdad, el amor y la justicia,
partir los panes al caer la tarde-
para alzar templos como fortalezas
donde juntar el oro de sus fieles
y convocar milicias que lo guarden,
besando el manto y acatando el orden
de quienes persiguieron a su apóstol,
hasta reconocerse solamente
en el temor a las demás iglesias.
También así los hombres crecen.
Yo quisiera crecer como el olivo,
la encina, el fresno, el álamo, la higuera,
que no saben en qué país arraigan
ni buscan otra plata que la lluvia,
protegen aves, y hallan su grandeza
no creciendo más, sino siendo bosques.
De Y corrí cual si el mal tuviera lindes
Premio San Juan de la Cruz 2023
POEMA DEL CUENCO DE LAS MANOS JUNTAS
Burundi. Febrero.
Si eres el paraíso, si te sabes
anfitrión de cumbres, baptisterio
de las estrellas, sede del sentido,
quién,
quién podrá expulsarte de él, qué ángel
o bestia te echará de la conciencia,
de tu mente, la Ítaca del tiempo.
Las carabelas que la luz fletó
a través de millones de milenios
en ti han desembarcado, en tu albedrío
y en tus sentidos. Ángeles y bestias
darían sus espadas y sus fauces
por pasar una noche tras tu frente.
Solo en la comprensión hay principados
y tú eres el señor de las razones.
Cabe más en el cofre de tu espíritu
que en las tundras polares del espacio:
tú sientes, tú conoces, tú proyectas.
Los suicidas son todos regicidas.
Cuida al río que brota de tu cántara
pues hechos y jornadas allí beben,
allí lavan su sexo. Lo creado
son tus estribaciones; las hipótesis
son tus huéspedes. Nada es tu extranjero.
Con tu salvoconducto viaja el alba.
En la grandiosidad del universo
solo tus dedos, nada más, señalan
al firmamento, empuñan un arado,
escriben, crean arte y acarician.
Eres el paraíso: concelébralo
y entrégalo más bello que lo hallaste.
De Y corrí cual si el mal tuviera lindes
Premio San Juan de la Cruz 2023
SIEMPRE NOS ESPERAN EN OTRO SITIO
De camino a Tezamira. Norte de Etiopía.
Tercer año de sequía.
Es necesario que el infierno exista,
si no, dónde arderán los que arder deben.
Una mujer mayor lleva a la espalda
a una anciana que debe ser su madre
bajo la obesidad del sol hiriente.
Horas caminará con ella a cuestas
hasta Guraro, el centro de comarca,
donde se distribuye ayuda en grano,
catorce kilos por persona y mes.
(Prueba a comer durante treinta días,
mañana, tarde y noche, con catorce
kilos de cereal, mientras laboras
algún terruño como tú sediento.)
Tan solo los que acuden a Guraro
tienen derecho a recibir comida,
por eso esta mujer doblada, rota,
acarrea a la anciana por los riscos.
La mujer, inclinada hacia las piedras,
no ha visto el coche, pero los dos ojos
de la anciana se cruzan con los míos.
No tendría por qué sentir vergüenza,
hoy debo visitar cuatro colegios
y sería imposible hacerlo a pie,
que yo anduviera en vez de usar el coche
no ayudaría a nadie, y sin embargo
avergonzado aparto la mirada.
Podríamos dar válidas razones
que expliquen lo que veo: la política,
la historia, el medioambiente, las monedas,
mas comprender el mal que habita el mundo
sin partirse la faz contra sus zarpas
es otra forma de justificarlo.
Quien sabe las raíces del dolor
y no gasta sus uñas en quebrarlas
no es más que otro aparcero de lo inicuo.
Es preciso que existan los infiernos
para que ardan en ellos las personas
buenas, decentes, nobles, perdonables,
que vivieron de espaldas a lo humano.
No quiero pensar cómo cargará
esta mujer de vuelta hasta su casa
con los veintiocho kilos y la vieja.
Me esperan a las doce en Tezamira.
De Y corrí cual si el mal tuviera lindes
Premio San Juan de la Cruz 2023
TEOREMA DEL ASTRÓNOMO SINCERO
Si un poema no puede herrar al tiempo
embozaos y marchad bajo la nieve
porque en el cesto de la ropa sucia
nuestra especie no es más que otro gurruño,
y da igual todo, todo da lo mismo,
asesinar y amarse son sinónimos,
sinónimos la voz de una soprano
y el salivar del dictador, iguales
las metralletas y los violonchelos,
y el dolor de una madre desangrada
dando a luz -yo lo he visto- pesa tanto
en la conciencia de la eternidad
como el humo de un leño que se quema.
Mas si un poema puede herrar al tiempo,
si es dable transformar la ruina en cármenes
y en parabién el odio, y significa,
si el don de hacer milagros es humano
no volváis a agachar jamás la frente
pues procedemos de una estirpe sacra
y es nuestra potestad torcer el rumbo
del trineo de perros de la historia,
nos obedecerán las conjunciones
y en el muro abriremos un alféizar
hacia la migración de los versículos.
La Tierra no es el centro del espacio
mas si un poema puede herrar al tiempo
nosotros sí, nosotros sí lo somos.
De Y corrí cual si el mal tuviera lindes
Premio San Juan de la Cruz 2023
POEMA DE LOS BRAZOS
Amanece sobre el polvo de N’Zérékoré, en la selva de Guinea.
He estado llorando por primera vez en muchísimos años.
Mujer que llegarás hasta mis brazos,
mira que anoche en el pasillo pútrido
de un hospital sin luz ni medicinas
se me murió un recién nacido en ellos,
y en la aldea incendiada por el odio
sostuve entre mis brazos a una madre
que aullaba derruida ante la fosa
donde se confundían sus tres hijos
macheteados como cañas tiernas,
y bajo el vuelo ciego de las balas
arreciando a las puertas de Monrovia
tomé a un viejo que no podía andar
y eché a correr con él sobre los brazos,
y corrí cual si el mal tuviera lindes.
Contra la palma abierta de mis manos
está, mujer, crucificado el mundo,
clavado sobre mí, clavado en mí,
como yo estoy clavado a mi osamenta,
porque vivimos y morimos juntos.
eso cuando llegues a mis brazos
no llegues como el barco hasta la dársena,
que mis brazos no son lugar de abrigo
sino desbrozadoras del Mar Rojo.
De Y corrí cual si el mal tuviera lindes
Premio San Juan de la Cruz 2023
NÚBIL ETERNIDAD
Inacabada está la ley del mundo,
la que dicte su ética y facciones,
siguen medio esculpidas las cariátides
que sostienen el templo y la asamblea,
y están balbuceados los lenguajes
que harán conversación del alarido.
Todo es el borrador de su promesa.
Islas que estudian para continentes,
óvulos de presente en los hangares,
ideas que gatean hacia páginas
despertando en la infancia de los bosques.
Aún es nuestro planeta su astillero.
Los que son trizas hoy serán versículos.
Cuanto es añico se verá vidriera,
vidriera transparente a los colores
de la luz, protectora ante la helada.
Inacabada está la ley del mundo,
cauce abajo incontables pueblos nómadas
aguardan en pie nuestras instrucciones
para ser de las fauces o del beso.
Antes de regresar al antebrazo
del halconero restan vastas tierras
y altos milagros por sobrevolar.
Núbil eternidad colma los valles
y es cada voladura del ensueño
una cantera de primeras piedras.
No has llegado a la puerta de un asilo,
no han sido estranguladas las matronas,
no eres el albacea del pretérito.
En las estanterías hay espacio
para más poemarios, quedan bóvedas
albas para tus frescos, se abre el tiempo
húmedo, nuevo y dúctil a tus manos.
De Y corrí cual si el mal tuviera lindes
Premio San Juan de la Cruz 2023
Gonzalo Sánchez-Terán Sánchez-Arjona (Madrid, España,1971). Desde 2001 ha trabajado organizando e implementando proyectos de emergencia en campos de refugiados y desplazados internos en Guinea Conakry, Liberia, Costa de Marfil, República Centroafricana, la región de Dar Sila, en la frontera entre Chad y Darfur, y la frontera entre Etiopía y Somalia. Desde 2014 es el Director Adjunto de Programas Humanitarios del Center for International Humanitarian Cooperation de Nueva York. Ha publicado los poemarios, Así en la tierra como en tu cuerpo (Premio Ciudad Irún 2000), Desvivirse (Visor, Premio de Arte Joven de la Comunidad de Madrid 2001), Si esto sirviera para hablar del río (2020), e Y corrí cual si el mal tuviera lindes (Cordelia 2023), así como el epistolario, El silencio de Dios y otras metáforas, Una correspondencia entre África y Nueva York (2009), junto al periodista Alfonso Armada.