Por: José Pulido
Fotos: Gabriela Pulido Simne
Génova te ofrece el mar y el mar te ofrece Génova. La poesía te entrega ambas inmensidades. Desde otros mares han estado llegando miles de poetas a soltar sus poemas como gaviotas en el perenne revoloteo de la ciudad. El ritual se ha vuelto costumbre. Y todo eso partió desde los juveniles inventos de un soñador que un cuarto de siglo después permanece invencible.
Claudio Pozzani se mueve como si fuera un basquetbolista cuyo balón es su voz; se desplaza en mangas de camisa y bluyín y algo indefinible cambia en el paisaje. Eso ocurre cuando está a punto de comenzar a leer sus poemas. Su voz y su poesía actúan como una especie de estación, de clima, de atmósfera. Sus ojos preocupados y su sonrisa juvenil marcan una diferencia. Su voluntad incansable es como un tren de luz que avanza sin cesar.
A veces se queda ensimismado, como una estatua en algún rincón, observando a los poetas y artistas que van desfilando por los escenarios del Festival Internacional de Poesía de Génova, Parole Spalancate, o de la Stanza de la Poesía. En esos instantes siempre tiene en las manos un papel, un libro, una idea que va cobrando forma.
Claudio ha leído poesía y ha trabado amistad con poetas como Wole Soyinka y Lawrence Ferlinghetti. Ha construido un festival de poesía que parece un bosque de cantos diversos, una espesura de sentimientos que el mundo podrá buscar cuando los necesite. Y en ese bosque, moviéndose como un hada más extraña que un hada, lo respalda con su perenne magia laboriosa la escritora Bárbara Garassino, quien ha señalado:
“El Festival Internacional de poesía de Génova podría ser una encarnación, y un retorno a la reflexión, a la época del pensamiento, a la sedimentación de la experiencia. Es un renacimiento de la pasión, de la curiosidad intelectual, del hambre de conocimiento. Es una isla cubierta con palabras, las correctas, las que no son abreviadas o distorsionadas, las más atentas, las curadas. Es un oasis en el que la fuente a ser regada son los poetas y escritores que han hecho una gran tradición de maestros capaces de afectar, incluso más allá de la literatura en el sentido estricto, señalando un camino e iluminando el camino”.
Pozzani creó la Casa de la Poesía y el Festival Internacional de Poesía de Génova, Parole Spalancate, hace 25 años y en el año 2019, el director Fabio Giovinazzo realizó la película L’Anima nel ventre, basada en los poemas de Pozzani. Él ha dicho lo siguiente sobre el festival genovés:
-Me da vértigo solo pensar todo lo que se ha hecho… 25 años con un gran número de invitados es algo que puede parecer normal, pero en realidad es increíble, especialmente si se toma en cuenta el pequeño presupuesto disponible para hacer realidad ese trabajo. Muchos otros países europeos tienen presupuestos incluso diez veces superior al nuestro, pero ninguno ha tenido un resultado ni una historia similar. Creo que el secreto de esta longevidad y éxito es haber tenido como único criterio de selección la calidad y la curiosidad. El público también viene a escuchar a poetas que no son conocidos porque nos tiene confianza y sabe que en el Festival podrá descubrir talentos de todo el mundo. El Festival no es una simple vitrina para las celebridades, sino un laboratorio continuo con la presencia de personalidades conocidas y autores emergentes.
Hace poco tiempo Claudio estuvo en Praga hablando de poesía y leyendo sus poemas con Ana Blandiana, Wole Soyinka y Ersi Sotiropoulos.
Es uno de los pocos poetas que ha estado más veces acompañado por una representación mundial de la poesía mayor.
En el Festival Internacional de Génova han participado cinco premios Nobel (Derek Walcott, Wole Soyinka, Xingjian Gao, Czelaw Milosz y J. M. Coetzee) y estrellas como Lou Reed, Ray Manzarek, PJ Harvey, Greg Lake o poetas como Lawrence Ferlinghetti, Mahmud Darwish, Adonis, Michel Houellebecq, Charles Simic, Juan Gelman, Alvaro Mutis, Ben Jelloun, Manuel Vázquez Montalbán, Alejandro Jodorowsky, Evguéni Evtuchenko, Francisco Brines, Carmen Boullosa, Mark Strand, Franco Buffoni, Daniela Crasnaru, Raúl Zurita, Armando Rojas Guardia, Homero Aridjis, Valerio Magrelli, Massimo Morasso, Viviane Ciampi, Kazuko Shiraishi, solo por nombrar algunos.
En el año 2002, temporada inolvidable, Lawrence Ferlinghetti, Jodorowsky, Bertoli, Costa, Giannoni, Ganz y Pozzani, le pusieron una nota beat al festival con un manifiesto que todavía hoy fluye en el evento:
-No creemos. Lo hacemos o no lo hacemos.
-La poesía es ante todo un acto y expresión de vivir
-Queremos dar lugar y voz a las instancias reales de crecimiento y emancipación de este tiempo, no a sus modas y costumbres.
-Queremos dar voz y lugar a lo que parece menos contemporáneo y que, escondido en los intersticios del día, constituye su verdadera columna vertebral, su temple, su molde.
-La poesía es noticia desde las fronteras de nuestra alma.
-Tu poema es la suma y la sustancia de tus acciones y no puedes ocultarlo escribiendo más. La poesía se vive y luego se escribe.
-Queremos reiterar que la Poesía es para nosotros arte, vida, sensualidad, magia, cuerpo, alma y cerebro.
-El código oculto detrás de cada forma de expresión es este: la mejor obra de arte es nuestra vida. Nada más, nada más.
Es un manifiesto más denso y con más puntos, pero la síntesis refleja casi todo lo que ellos expresaron en aquel momento.
Cuando Claudio Pozzani sube a un escenario se siente la enorme suavidad de su presencia. Su gentileza es como una fuerza totalmente civilizada. El momento en que llega hasta el micrófono, muestra su altura pasional, como si agitara las nubes y un poderoso trueno estremeciera el auditorio. Son sus palabras, es su poesía. He ahí un poeta original que sentado en una oficina podría parecer, engañosamente, un gerente de algo.
Tanto amor por la poesía y tanto trabajo por difundir la poesía, ponen en su rostro la marca del cansancio que distingue a quienes permanecen horas tras horas realizando una tarea gigantesca. Pero Claudio Pozzani no es solo un incansable difusor y creador de poesía.
Él es, básicamente, una rebeldía. La ubicación apartada de un alma que canta su poesía buscando nuevas entradas y nuevas salidas, buscando puertas expandidas en la libertad más amplia, transparente y sin lastres que pueda anhelar un ser humano. Valga el hermoso lugar común: Claudio Pozzani es un Quijote peleando con molinos. Y ejecuta esa lucha armado con la pura alegría que le otorga su talento.
La poesía y las matemáticas parecen dos polos opuestos. La poesía tiene su hábitat en lo indefinible de la altura y del abismo, en lo impreciso, mientras que las matemáticas se apegan a lo exacto. Sin embargo la poesía alcanza armonías sublimes y lo mismo ocurre con las matemáticas. Y ambas sirven para llegar a la verdad o a lo más cercano que se conozca como verdad.
Ese poeta rebelde llamado Claudio Pozzani contiene la precisión y la vigencia atemporal de las matemáticas en su poesía.
“Están cayendo cuerdas del cielo” dice al inicio otro poema suyo y ese verso de cinco palabras encierra tanto significado, multiplica tanto lo que se siente y lo que se podría decir, que el lector se toma su tiempo para continuar hacia la segunda línea si es un verdadero lector de poesía.
Para Pozzani las dificultades son nudos. La incomprensión es un nudo. La incomunicación es un nudo.
LA MUJER DE LAS LÁGRIMAS DULCES
Eres la mujer de las lágrimas dulces
cada gesto tuyo es una llama
eres la sombra, el gato que escapa y luego retorna
eres el aire del tren que estremece las ramas
Un alambique lleno de mercurio y azufre
hierve de noche en la perfección de tus senos
¡cuántos alquimistas han perdido los pulmones
persiguiendo los ríos que sudan en tu cuerpo!
Eres la mujer que dicta el ritmo de las estaciones
que divide la espera entre uno y otro latido mío
eres Venus que nace de un alud de lava
eres Psique cuya luz permanece encendida
Pisas la tierra y ni siquiera te percatas
que a cada paso que das cobra vida un jardín
por tus cabellos el viento pasa agradeciendo a Dios
la razón de vida que le ha regalado
SOY
Soy el apóstol que dejaron fuera de la Última Cena
Soy el garibaldino que llegó tarde al “Scoglio di Quarto”
Soy el Mesías de una religión sin fe
Soy el excluido, el paria, el que siempre pelea
Soy el protagonista que muere en la primera página
Soy el gato tuerto que nadie acaricia
Soy la bestia que muerde la piadosa mano
Soy el excluido, el paria, el desgraciado sin edad
Soy la marejada que se lleva las toallas y las radios
Soy el malentendido que obliga a la disputa
Soy el diablo que esquiva el tintero de Lutero
Soy la película que se quema en el momento más emocionante
Soy el excluido, el paria, un clavo en la cabeza
Soy la bola de pinball que falla antes del récord
Soy el autogol en el último segundo
Soy el niño que se ríe de las bofetadas de su madre
Soy el miedo de la hierba a punto de ser cortada
Soy el excluido, el paria, esta página arrancada
GÉNOVA, SAUDADE & SPLEEN
(del libro Saudade & Spleen)
Génova enemiga de los paraguas
lluvia y viento catetos
de un escaleno improbable
Génova planta carnívora
con hambrientas fauces de escalinatas
esperando a las madres con sus compras
Génova y sus esporas de mar
nos ha salado el corazón
hasta en las calles de nuestros sueños
hay subidas y bajadas
Génova samba de olas
de un mar represado
y atraído por las camisas rocosas
Génova con péndolas que baten las horas
en la cocina de pana ancha
Génova zumbido de moscas
que escapan de los puños al mantel
y hacia los círculos de vino y las migas cansadas
Génova, Saudade & Spleen
Entre una lágrima y otra
desde mi ventana salada
miro la torre
que nadie visita ni conoce
EL INFIERNO DE ARRIBA
Quién sabe qué habrá en el piso de arriba
arados de sillas y rebotes de gritos
mientras velos de cortinas me ocultan el sol
en este salón donde la nada me asalta
Intenté golpear el techo con la escoba
he ido muchas veces a tocar la puerta
pero sólo sonidos oscuros de dudosa coherencia
han sido la respuesta a mis intentos
Parecen plegarias con ataques de risas
y silbidos, sonajeros y agitados suspiros
voces multiplicadas como si hubiese una multitud
molestos zumbidos de radio interferencias
Qué diablos tengo sobre la cabeza
una caja mágica que contiene el infierno
una puerta de la que nunca sale nadie
Un techo me separa de un mundo que no conozco
Y las noches son largas si el miedo te persigue
si las voces de arriba te excavan dentro
si un extraño presentimiento me lleva a pensar
que si cierro los ojos ahora nunca más los reabriré
La traducción de este poema es de Argelia Rondón y el poema forma parte de un libro de Claudio Pozzani, editado en italiano-español por Liberodiscrivere edizioni bajo el título Vomité el alma.
BUSCA EN TI MISMO LA VOZ QUE NO ESCUCHAS
Busca en ti mismo la voz que no escuchas
el universo te traga si no lo comprendes
Casas bajas de techos inclinados
la lluvia está llorando en aleros podridos
olor de tierra y hojas en estanques
y paisajes siniestros de inmaculado mármol,
busca en ti mismo la voz que no escuchas
el universo te traga si no lo comprendes
Gusanos que yacen en el fondo fangoso
ratones nadando en arroyos de acero
humo de niebla, autos que pastan veloces
las hierbas del asfalto
Busca en ti mismo la voz que no escuchas
el universo te traga si no lo comprendes
Sombras de vasijas se mueven fatigadas
balanceando abajo su cónica cabeza
fantasmas oblicuos impresos en el muro
rememorando fugas de caballos frisones
La oscuridad comienza a reflejar tu mente
mientras todo se vuelve efervescente y verde
LA MARCHA DE LA SOMBRA
Las cuerdas caen del cielo
y gélidas cadenas danzan a tu alrededor
Es un mundo de nudos
que se derriten en la oscuridad
entre un destello y otro
de encuentros y gritos
Es un enredo de cuerdas
que las tijeras rechazan
y un peine que se atasca
en pelos impensables
Es sombra... sombra
Es un abrir y cerrar de ojos todavía
Miro a mi alrededor y veo paredes
Incluso mi espejo se ha convertido en una pared.
En tus senos ha crecido una piel de pared.
mi corazón y mis sentidos han reencarnado en paredes
y siguen lloviendo oraciones y blasfemias
que se evaporan al tocar la arena
y siguen arrastrándose en un silencio venenoso
adverbios, adjetivos, palabras sin sonido
Es sombra... sombra
Es un abrir y cerrar de ojos todavía
Del sol solo veo su reflejo
en los charcos iridiscentes del agua llovida,
en la oscuridad adivino la presencia de la luna
por el ladrido lejano de los perros atados
Mi paz no es la falta de guerra.
Mi paz es la ausencia del concepto de guerra.
Ni una sombra… sombra...
pero aun así es un parpadeo
DANZO
Bailo la danza de las ideas geniales
esperando que me digas algo nuevo.
bailo la danza de los perdedores y los perdidos
sabiendo que mis pasos serán vanos
Bailo la danza de los ingenuos felices
Creyendo que mi sudor le servirá a alguien.
Bailo la danza de los especuladores
y bailaré porque tú me pagarás
Y bailo, bailo, bailo
para superar mi arrogancia
Bailo, bailo, bailo
el por qué carece de importancia
Bailo la danza de los malditos
porque el tedio me llega hasta el pecho
Bailo la danza de los presuntuosos
porque tú también lo eres si te crees a mi nivel
Bailo la danza de los indeseados
Entrené mucho ante puertas cerradas.
Bailo la danza de los intolerantes
¿Te puedes mover un poco más allá, por favor?
Y bailo, bailo, bailo
mientras esté de pie
bailo, bailo, bailo
porque eres tú quien me lo pide