03 Dic 2024

82. POESÍA CUBANA. MARÍA CRISTINA FERNÁNDEZ

-17 Oct 2020
Poesía

 

NO ESTOY HOMESICK

 

 Cuando me preguntan si me queda alguien en la isla

—aislada, asolada, alucinada—

cavilo y pienso en un ras de mar.

Un amigo, yo diría que me queda un amigo

su tambor y su altar

dos maneras de adorar y perpetuar la vida

salvarla del tsunami.

Un amigo se asoma al borde de esos años de pensar

y pesar la utopía.

La utopía no fue el zen

-el cubano tiene el culo demasiado caliente

para sentarse en el zafu.

Ni siquiera en el taburete.

La utopía no era Esalen

—no hay dinero de pobre que pague una estancia

en la costa new age de California—.

Cuando pienso en la isla

—aislada, asolada, alucinada—

toco sus libros, repaso algún verso, me conforto.

Compartir un pesar, un pensar, un ras de mar

vale más que cualquier destierro

cualquier vuelta al hormiguero.

No estoy ni estaré homesick.

No me enfermó el hogar ni su añoranza.

Hay noches que vuelvo a esa ciudad en sueños

porque no puedo con mi sal, o mi salario,

pagar el pasaporte más caro del mundo.

Pero aún en las noches puedo pegar un ojo, como dicen,

y despegarlo con mi propia saliva, cada mañana,

como si no doliera.

 

 

MI HIJO QUIERE TOCAR EL ARPA

 

Eso dijo a la maestra en su asignación semanal.

El arpa, como la diosa Coltrane.

Este hijo es Tauro: terco. musical, sensible.

Ojalá yo escribiera esos textos profundos

o tocara el piano o la guitarra como él por un día.

Mi hijo tiene lo que llaman preocupaciones sociales.

como Greta, la niña más odiada-querida del mundo.

Ama a Björk y quiere irse a Islandia.

Sueña con países brumosos, más poéticos y más justos

que este que le tocó por fatalidad geográfica.

Cuando pregunta por qué vivimos acá

debo recordarle que nos quedamos sin casa

que la leche tenía gusanos en la tapa

que nos apresaron una noche en Canasí

y nos hicieron caminar kilómetros

para asegurarse que no nos íbamos

en una lancha por la costa.

Yo les dije que me había ganado una lotería de visas

y no me creyeron, supongo.

Pero me propuse entonces usar ese premio gordo

y largarme de la Isla del diablo.

Yo quisiera escribir todo esto en canciones como mi hijo.

Inspirada como él en Bob Dylan, en Bill Callahan, en Cohen

y en un montón de gente que son una gran tribu.

Yo quisiera como él ser un petirrojo nacido en primavera

pero grazno como un cuervo y escribo pobremente.

Una noche nos fuimos a escuchar a un viejo cantor de blues

en un viejo teatro maquillado, entre una multitud de viejos gringos.

Bailamos con “Queen Bee” como si fuera la última noche de los tiempos.

Esto es todo lo que puedo ofrecerte, hijo:

la voz de un negro llamado Taj Mahal, que no está en Agra.

La voz de un hombre que desborda ríos cuando canta.

Eso es lo mejor de América.

Lo demás es ahora tan incierto

como esta pandemia que parece que no acabará nunca.

 

 

PETIT PLAISANCE

 

Así le llamó la robusta Marguerite

a su casa en la isla medio salvaje de Montpellier.

Pequeño placer, no el Refugio de Adriano.

Tampoco exhibió una réplica

de la Columna Trajana en el jardín.

Mucho menos hizo inscribir en la entrada

aquellas palabras que ponían en las monedas

en los tiempos del emperador:

Humanitas, Felicitas, Libertas.

 

Pequeño placer, escrito y pronunciado

en el idioma del placer.

No queda dudas que ese lugar en Montpellier

fue para Marguerite su verdadera casa.

Si la compañía me sube esos centavos anuales

tal vez pueda ahorrar para darme el placer

de visitar esa casa en Montpellier.

Con este pensamiento abro hoy mi jornada:

el delantal puesto,

la ramita de romero en la boca.

Su aceite azuzando la memoria

como un látigo.

 

 

María Cristina Fernández: Nació en Santiago de Cuba, en 1970. Publicó su primer libro Procesión lejos de Bretaña en el año 2000 en La Habana. A este le seguirían los títulos para niños El cielo de los deseos (Editorial Abril, 2001) y Cachete y la Tropa del Don (Editorial El mar y la montaña, 2002). En el año 2006 se muda a Miami, donde da a conocer su volumen de cuentos El maestro en el cuerpo y unos años más tarde No nací en Castalia (Editorial Silueta, 2016). La editorial Furtivas tiene en preparación su último libro de cuentos P. Poemas, cuentos y reseñas suyas se han dado a conocer en publicaciones como Letralia, Hypermedia Magazine, Conexos, Diario de Cuba, El Nuevo Herald y otros.

 



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