Chema Paz Gago, poeta y catedrático de Literatura en la Universidade da Coruña, gana el XIII Premio de Poesía Claudio Rodríguez con su poemario Un mar de nombre impronunciable, que evoca la catástrofe del petrolero Prestige. Este concurso poético, patrocinado por la editorial Hiperión, ha sido promovido por el Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo y la Diputación de Zamora.
En Nueva York Poetry Review festejamos la noticia compartiendo cinco poemas de su libro Manual para enamorar princesas (Madrid, Sial/Fugger, 2005).
DESCUBRÍ
en la profundidad de tus ojos
el brillo negrísimo,
la profundidad de tus palabras.
Sonreíste y hablaste,
con un extraño lenguaje,
y me atrajiste
hacia el interior
de tu cuerpo resplandeciente.
Tu belleza enigmática
me fascinaba
de una nueva forma,
invitándome a aquel viaje inesperado
a través de tus ojos,
de la noche y de tu piel.
Penetré
en tu corazón
que me envolvió
con su claridad radiante.
Buceaba por tu sangre,
besando
toda la piel de tu alma,
tus ojos y tus palabras.
I DISCOVERED
in your eyes’ depth
that brilliant blackness,
the depth of your words.
You smiled and talked,
with strange words,
and you brought me
towards the interior
of your resplendent body
Your enigmatic beauty
fascinated me in a new way,
inviting me to that unexpected
voyage through your eyes,
from the night and your skin
I dug deep
in your heart
that wrapped me
with its radiant clarity.
I dove in your blood,
kissing
the skin of your soul,
your eyes, your words.
MUY CERCA,
casi al alcance
del humo de un cigarrillo
encendido con desgana aparente,
te rodeábamos todos tus enemigos.
Yo pude acercarme más,
mirarte con descaro a los ojos
y hasta hablarte
sin el menor interés.
Los aromas y los suspiros,
tu sonrisa casi infinita,
se irguieron hacia mí
con violencia inesperada.
Ahora ya me escuchabas
y la conversación nos llevaba
por exóticas plantaciones,
por las junglas olvidadas
del sueño.
Cabalgábamos
a lomos de jirafas vegetales,
entre sierpes y arácnidos,
de repugnante tersura.
Pareciste no querer
seguir escuchando mi discurso fácil,
y ahora me agredías
con cruel indiferencia simulada.
Tu frente o tus labios,
de una palidez casi enfermiza,
sobrevolaban
mis palabras vacías,
las frágiles conversaciones de la noche.
Me aspiraban
hasta asfixiarme
tus lanzas
de acerada punta azul.
Pero yo me dejaba
engullir plácidamente,
ahogándome
en tu taza de café con leche.
El fingimiento acabó
a las cuatro de la madrugada,
entre las sábanas sudorosas
de un hotel de cuatro estrellas,
con resaca
y la soledad
por única compañía.
VERY CLOSE,
almost within reach
of a cigarette’s smoke
lit with apparent reluctance,
all your enemies surrounding you.
I was able to get closer,
see you bravely in the eyes
and even talk to you
without the least interest
The pefumes and breaths,
your almost infinite smile,
lifted up towards me
with unexpected violence.
You wre listenig to me now
and the conversation took us
to exotic plantations,
through forgotten jungles
in dreams.
We rode on the backs
of vegetable giraffes,
among serpents and spiders
of repugnant stickiness.
Then it appeared you did not wish
to continue listening to my easy
speech, and you attacked me
with cruel, simulated indifference.
Your forehead or your lips,
of an almost sick paleness
flew over
my empty words,
the night’s fragile conversations.
They aimed at me
until they smothered me
your lances
of blue-tipped steel.
But I allowed myself
to swallow placidly,
drowning myself
in your cup of milky coffee.
The pretending finished
at four in the morning,
among sweaty sheets
in a four-star hotel,
with a hangover
and solitude
as the only company.
TUS OJOS NO SON VERDES,
ni azules,
ni sombríos.
No son un color de presencia fugaz
que el instante o la mirada
suspenden en el tiempo.
Tus ojos son el mar,
los ocasos de un millón de soles
y el fulgor de aquella noche
inolvidable y divertida.
No son nombres ni colores,
son ya un mar profundo
de algas sonoras
atravesado por tu mirada transparente
cuando bailabas silenciosa,
con un ritmo casi marino.
YOUR EYES ARE NOT GREEN,
nor blue,
nor somber.
They are not the color of a fleeting
presence that the instant or gaze
suspend in time.
Your eyes are the sea,
sunsets of a million suns
and the splendor of that unforgettable
and pleasurable night.
They are not names or colors,
are already a deep sea
of sonorous algae
crossed over by your transparent gaze
when you dance silently,
with an almost sea-shake rhythm.
ENTRE LAS CALLES SOLEADAS
de mi ausencia
apareciste tú,
tu silueta dorada
de princesa nórdica.
Venía en el viento
el éxtasis de tu sonrisa
y volvía con el eco,
para estrellarse
contra un negro muro de cemento.
Sentí entonces
tu presencia lejanísima,
tu risa de niña inocente
y el peligro
de unos labios,
su ferocidad fotogénica.
En permanente contradicción
con la temperatura del mar,
los flashes y las caricias
te perseguían sin cesar
y ya no pude
dejar de contemplarte.
AMONG THE SUN-DRENCHED
streets of my absences
you appeared,
your golden silhouette
of a Nordic princess.
It arrived in the wind
the extasis of your smile
and returned with the echo,
to explode against
a black cement wall.
I felt then
your far-away presence,
your innocent child’s smile
and the danger
of some lips,
their photogenic ferocity.
In permanent contradicton
with the sea’s temperature,
flashes and caresses
that followed you unceasingly
and I could already
not stop gazing at you.
LAS COPAS NAVEGABAN
a través del tiempo y de la noche,
en veleros ruidosos,
saliendo y entrando
por las oquedades de tu cuerpo
que todavía no era un cuerpo desnudo.
Una orquesta consumía
las últimas notas
de cierta melodía que se mezclaba caprichosamente
con tu respiración enloquecedora,
sumergida
entre olas de ron
que nos golpeó con una furia irreal.
La resaca ya recorría
mi garganta,
que aspiraba incansable tu sangre enfebrecida,
diluida en el ron moreno,
con cubitos refrescantes
para saciar mi sed de tanta carne humana.
Era un local colonial
—El Canne à sucre, creo recordar—
con sabor a tabaco caro y olor a boleros arcaicos.
El placer nos devoró
a los dos,
naufragando en la noche marina,
sumergidos para siempre
en las olas y en las copas.
Tú eras aún más misteriosa
—no puedo recordar si estabas incluida en la oferta—
que la otra noche,
aquella noche de los sueños
irreales,
el estúpido sueño del amor
despertando en ese preciso instante.
Las palmeras
se retorcían
cruelmente
entre mis brazos
y no gritaste ni rehuiste la tortura
de los cócteles
y de los abrazos
que intencionadamente no eran amorosos.
Te estremecías,
al deslizarte sonriente
entre mis piernas,
en esta lucha sedienta
que nos unió por un instante
fugaz
como el final de la noche.
Un resol
de astillas encendidas
nos envolvió tiernamente,
acariciando
todos nuestros cuerpos
o martirizándolos
hasta el delirio.
No dejé de aspirar
la felicidad de tus playas inmensas
con un mar desconocido
en el horizonte,
un mar que me ahogaba a cada instante,
batiendo sus olas contra mi boca.
El magnetismo
de aquellas profundidades marinas
me atrapó para siempre
—las agencias sólo ofertan una semana—
cuando gritabas
con cálido acento vegetal.
La inmensidad verdenilo
del océano,
aquel mar
negro o azul o verde
me aprisionó
durante cinco horas brevísimas.
¡Qué fuerza extraña
tuvo aquel cuerpo ya desnudo,
los labios y los pechos
devorados por los peces carnívoros!
Se erguía incansable
para besarme
con el fulgor de las olas
y los gemidos
de los delfines.
THE GLASSES SAILED
through night and time,
in noisy sailboats,
going and coming
through the hollows of your body
that had not yet become nude.
An orchestra finished
the last notes
of a certain melody that mixed caprichously
with your maddened breath,
submerged
in waves of rum
that struck us with an unreal fury
The hangover had already
seized my throat,
that breathed unceasingly your fevered blood,
diluted in a brown rum,
with refreshing ice cubes
to satisfy my thirst for so much human flesh.
I was a local colonial
—The Canne à sucre, I think I remember—
with the taste of expensive tobacco
and archaic boleros. Pleasure
devoured us both,
shipwrecked in the night of the sea,
submerged forever in the waves and glasses.
You were evern more mysterious
—I cannot remember if you were included—
in the offer, that other night,
that night of unreal dreams,
the stupid dream of love
waking in that precise instant.
The palm trees
twisted
cruelly
in my arms
and you did not shout nor flee the torture
of coctails
and of embraces
that intentionally were not loving ones.
You shook
on slipping out smiling
from between my legs
in this thirsty fight
that united us for a
fleeting instant
like the end of the night.
A glare
of burning splinters
wrapped us tenderly,
caressing
all of our bodies
or beating them
into delirium.
I could not stop breathing
the happiness of your immense beaches
with an unknown sea
on the horizon,
a sea that drowned me every moment,
beating its waves against my mouth.
The magnetism
of those sea depths
trapped me forever
—the agencies only offer a week—
when you shouted
with a warm vegetable accent.
The immense threaded green
of the ocean,
that sea,
black or blue or green
imprisoned me
for five brief hours.
What a strange force
in that body already nude,
lips and breasts
devoured by flesh-eating fish!
She would stretch untiring
to kiss me
with the brilliance
of the waves
and the crying
of the dolphins.
Traducción al inglés por Indran Amirthanayagam
José María Paz Gago. Escritor y profesor de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada especializado en el estudio de las relaciones de la Literatura con las Artes y las Tecnologías. Entre sus libros académicos pueden citarse: La recepción del poema. Pragmática del texto poético (Kassel, Reichenberger, 1999) o El Octavo Arte. La moda en la sociedad contemporánea (A Coruña, Hércuels, 2016). Como poeta ha publicado los poemarios Manual para enamorar princesas (Madrid, Sial/Fugger 2005), traducido al francés, macedonio, árabe (Premio Internacional Cartago de Poesía), rumano e italiano; Guía de lugares inexistentes (Madrid, Pigmalión, 2011) y Wha(ts)appa. Piropoemas para mensajes de móvil (Madrid, Pigmalion, 2013), traducidos al francés e italiano. Obtuvo el Premio Internacional de Poesía Gustavo Adolfo Bécquer por Expulsión del paraíso. Poemario del Caribe (Madrid y Bogotá, Pigmalión- Pijao, 2018). Su obra lírica está presente en Antologías como La poesía y el mar, Fundación Rafael Alberti, 2006. La voz y la escritura, Madrid, SIAL, 2006. Guía viva de Ortodoxos y Heterodoxos en la poesía contemporánea gallega, Madrid, Endymion, 2012 o World Poetry Yearbook (English Version), Dr. Zhang Zhi ed., The World Poets Quarterly.
Indran Amirthanayagam. Es poeta, músico y diplomático de Sri Lanka – Estados Unidos. Coordina The Beltway Poetry Quarterly. Dirige DC-ALT, una asociación de traductores literarios. Es ensayista y blogger en inglés, español, francés, portugués y creole haitiano. Ha publicado 19 poemarios incluidos The Migrant States (Hanging Loose Press, 2020), Sur l’île nostalgique (L’Harmattan, Paris, 2020) y Lírica a tiempo (Mesa Redonda, Lima, 2020). Con The Elephants of Reckoning (Hanging Loose Press, NY, 1993) ganó el Premio Paterson 1994 en EE.UU. Su primer poemario escrito en español, El infierno de los pájaros, fue prologado por José Emilio Pacheco e ilustrado por José Luis Cuevas. Ha recibido becas de: Foundation for the Contemporary Arts, the New York Foundation for the Arts, the U.S/Mexico Fund for Culture, and the Macdowell Colony. Ganó los Juegos Florales de Guayamas, Sonora en 2006 por su poema Juárez.