FINIS TERRAE
Madre,
yo creí que me engañabas
Cuando hablabas
de los hombres que viven
en los bordes del mundo.
Hombres
olvidados de Dios
y de los propios hombres.
Ahora soy uno de ellos.
Aquí no voy ayer,
pero tampoco mañana.
Solo la noche
y el ruido espantoso
de nuestro propio corazón
En su solitaria locura.
Inédito
LA LLUVIA
Llueve en mi ciudad
y llueve sombra. Llueve estupidez,
hojas de calendario
manchadas por un tiempo que no vino,
por un tiempo que se fue amarillando las palomas,
los dientes,
las babas fieles a su perro. Llueve.
Llueve desolación, alas
y fotos podridas sobre mi cama.
Llueven crujidos, gemidos
que secretos nos espían o nos caen
mezclados con semen desde un cielo raso. Llueven
gerundios, conjugaciones,
llueven aplausos, pero también
Llueve cansancio,
sopor en medio de un colectivo
caminándonos una mosca
por el labio partido en la resaca. Remordimientos
como chispas terribles buscándonos la espalda,
para mojarnos el pan, el hijo,
los números mentidos de teléfono
que inocentes guardamos en un bolsillo
para el amor, la traición o
reservar una camisa de fuerza.
Todo eso de llueve
sobre mis hombros y mis zapatos tristes,
Sobre esta noche
donde limpio mi enfangado corazón
a manotazos, llueve,
En las cocinas, en los armarios
donde se pudre la ropa, sobre los libros,
sobre dos seres crucificados
uno contra otro
y ellos no sabrán
quién es la Cruz y quien del Cristo
porque para eso esta la lluvia, para borrarnos
todo límite, para que se corra la tinta,
para contemplarla sentado en un rincón
eterna y monótona, gotear
sobre un plato sucio.
De El ángel ajeno, 1983
LOS HUESOS DE VALLEJO
Ya no veré París
porque el tren en que arribe
estará cansado, cargado de vacas, de banano chorreando moscas,
de borregos para el matadero, de jóvenes
que consultan su destino en libros prestados y
en estrellas ajenas,
de travestis
que se depilan al apuro y con dos monedas
de espuma,
de ilusiones,
de ojos como los míos
estará cargado,
y limpiándome la cara con un trapo
me iré con los brequeros filipinos, con
los jóvenes esclavos
venidos de la Arabia
a beber un litro de vino en alguna cantina,
en alguna mesa taciturna
donde apoyaré mis codos y dormiré,
dormiré
hasta dar con los huesos de Vallejo,
con la dirección
de alguien
que resultó ser un terreno baldío,
o con los ojos
de la portera
que despertándome
me lanzará fuera, afuera de la pensión
y me encontraré en una plaza
rodeado
por desconcertados muchachos, que como yo,
nada saben
de los que vinieron
o no vinieron, de los que se quedaron en el mar o
en una cantina
dándole vueltas a París,
como en este sueño.
De Anatomía del vacío, 1988
BIOGRAFÍA APÓCRIFA DE BORGES
a María Esther Vázquez
Madre
apiádate de Borges
el enamorado. Cuídalo
que no resbale. Tu niño está preso
de la peor de las cegueras,
esa que permite ver la luz
del otro lado, de todo
lado.
Luz que no pudieron sospechar
y peor
tocar las palabras.
Ayúdalo a vencer
los oscuros temores
que heredamos en la sangre y
esos otros,
más profundos y terribles,
que se esconden entre las páginas
de los libros.
Madre
consuélalo por la fatiga,
por el insensato propósito
de renunciar a ser Borges, aquel
en cuyos brazos
jamás desfalleció la mujer amada.
Anúnciale
que los materiales de un poeta
son la humillación y la angustia.
La convicción inexorable
de un destino desdichado.
Recuérdale
que conocerá la gloria. A su alrededor
se levantará un universo, un mundo
embellecido por su álgebra y por su fuego,
una ciudad
querida y detestada.
Una ciudad
donde millones de seres
tomarán el ascensor o el subterráneo
pero con la certeza
de haber perdido su destino.
Una ciudad
donde existe la única mujer. La única.
Y ella no lo ama.
De La nada sagrada, 1998
LA FRONTERA
1
Otra vez la frontera.
Otra vez
este despertar en un ruinoso hotel
levantado al borde del abismo,
Al límite
donde acaba todo:
La patria, el sueño,
la casita propia,
la evolución de las especies,
la seguridad social,
la familia.
Al vértigo,
donde mis huesos
acobardados
se retiran un poco de mi piel
al presentir las cercanías del vacío.
Piénsalo bien me dicen,
piénsalo,
y se anudan en el centro del miedo.
La frontera.
2
Abajo,
a cien metros de mi ventana,
dos hombres discuten y se amenazan con disparos.
Un poco más allá,
en la autopista abandonada de este país en ruinas,
esquivando postes caídos,
caballos destripados
y la niebla sin mañana
que se desprende del lomo de los perros,
un motociclista desquisiado
juega a aplazar su suicidio.
¡Pum!
En este momento alguien se apiadó de él.
Puedo percibir en el aire
el alivio de su alma
mezclándose con el olor de la gasolina.
3
¿Por qué vine a dar acá?
Tal vez
para aceptar
que lo único de lo que se puede huir
es de lo amado,
Porque los enemigos
siempre estarán contigo.
Nunca te abandonan.
Es lo único que traes
cuando llegas a la frontera.
En medio de los muertos,
En medio del espantoso silencio
que prosigue a las batallas,
Su odio
y su rencor
es lo único que vive.
4
En lupanares galácticos,
en medio de rufianes
que parecen haber escapado de todo,
te darás cuenta que tampoco pudieron huir
de sus enemigos.
Es con ellos
que discuten y hablan a solas
en la madrugada.
Tal vez,
por eso,
todos nos enrumbamos hacia la frontera.
Al límite de todo.
Sin atrevernos
a levantar la cara del lavabo,
Deteniéndonos
a contemplar en sus grietas,
los restos del dentífrico, los pelos,
la mugre
que dejaron otros viajeros.
5
Otros como yo
que tampoco se animaron
a levantar la cara
y mirar de frente en el espejo:
Al enemigo.
De La frontera, Arquitrave-Colombia 2006
Iván Oñate, Ambato, Ecuador 1948. Profesor de Semiótica y Literatura hispanoamericana en la Universidad Central del Ecuador, donde actualmente es Director de la embelática Revista Anales, fundada en 1883. Su obra ha sido traducida al alemán, francés, inglés, portugués, griego, polaco e italiano.Ha publicado: Estadía Poética (Argentina, 1968); En Casa del Ahorcado (1977); El Angel Ajeno (1983); El hacha enterrada (1987, cuentos, nueve ediciones); Anatomía del Vacío (1988); El Fulgor de los Desollados (1992); La canción de mi compañero de celda (cuento, 1995). La nada sagrada (1998, 2010); La frontera (Colombia, 2006); El país de las tinieblas (México, 2008; 2da Edición Editorial Summa de Perú, 2016); Cuando morí (Ediciones sin nombre, México 2012, 2da Edición Editorial Mayor Books – Ediciones sin nombre, Ecuador- México, 2013) Escritor invitado por: Westminster University y el Kings College de Londres. A&M Texas University. George Mason University, Washington. Florida State University. U de Lieja. U de Lille. U de Lovaina. U de Austin. Universidad Nacional de Colombia. Universidad de Nueva York. Universidad Autónoma de México. Conferencista magistral en la Universidad de Lovaina (Bélgica), Universidad de Guanajuato, Universidad de Nuevo León (México). Rice University of Huston, Contemporany Museum Houston -Texas, Centro Cultural de la Cooperación, Buenos Aires-Argentina. Homenajeado en la Biblioteca Nacional del Perú (Lima, septiembre 2016). Huésped distinguido de la Ciudad de Salamanca (España, 2019). Alfred Hitchcock Mystery Magazine publicó su cuento “La fiel literatura” que también fue llevado al cine por el director Diego Arteaga, su poema “Lluvia Bastarda” fue grabado por la banda de rock “El delicado sonido del trueno”.