EXIGENCIAS
Ya no escribas tus poemas en papeles.
Hazte un favor y ahórrate la pirotecnia.
Tampoco en paredes o máquinas.
Escribe sobre el agua
para que sepas sobre la fragilidad de la palabra.
El olvido es un batir de olas,
maremoto de escombros
sobre las ciudades
que erige la memoria.
Detén tu escritura he dicho.
Cálmate y en el silencio
encuentra la furia.
Desaparece. Escribe y desaparece.
MANIFIESTO
El poema tiene que volverse insoportable,
derribar muros,
toda sombra de temor o de vergüenza
hasta encontrar un sitio
en la incomodidad.
Hay que parirlo: sacarle la luz
y esperar a que nos abra los ojos.
Yo intenté ser un poema:
cada línea de mi cuerpo
fue una herida.
Estuve hecho de palabras
y nadie leyó vida.
Y nadie le dio muerte.
Los poemas también parten.
No sabrás cuál es su destino
y eso debes aprehenderlo.
OFICIO
Escribe Escribe Escribe
que nada aplaque
el sordo latido de tus vísceras,
el poder de tus manos
al destruir una torre de palabras.
Escribe y ayúdate a salvarte,
para que nos volvamos
a encontrar en el poema que callamos.
Cuando una sola voz irrumpa en las paredes,
llamándonos,
podamos contestar
que aún no es tarde para observar
las aves que migran hacia el alba.
Escribe
y desata de una vez por todas
la lluvia.
Tiemblas: has abierto
por segunda vez los ojos
y lo único que ves
es un pantano.
PERMISO PARA TRABAJAR
Busco trabajo entre los peces muertos.
En la luz que parece extinguirse me acechan las gaviotas,
me picotean hasta sacarme los ojos
pero no terminan de devorarme.
Les apesto.
La magnitud de mis palabras
son toneladas y toneladas de desechos.
He dicho que busco trabajo.
¿Hay algún puesto para mis huesos
en su soledad?
Llueve en el puerto de Burela. Llueve en Galicia.
Las embarcaciones realizan sus habituales descargas.
¿Necesita un ayudante para alimentar a las aves?
Ofrezco las lonjas de mi carne,
mi incapacidad para dormir y respirar,
mi incapacidad para vivir y respirar.
Busco, finalmente un poema,
un solo poema donde al fin los poetas
puedan encontrar trabajo.
AL OTRO LADO
Recorre la orilla
sin volver la mirada:
después de todo andar se borrarán las huellas.
No temas el retorno
pero tiembla ante el olvido.
¿Qué significa un nombre encima del agua,
qué trata de decirnos en su ondulado movimiento?
El día se extingue y oculta su palabra.
Escribe. No dejes de escribir
que si se acaba el papel
aun quedará la tierra.
Escríbeme, hazme volver
de este mi único país
donde ya me asfixia la calma.
Gian Pierre Codarlupo (Paita, Perú, 1997) Integra el Círculo Literario “Tertulia Cero”. Ha publicado el libro Caída de un pájaro en el mar (Universidad Nacional de Piura, 2018), con el que obtuvo en Primer Premio en el II Concurso Nacional de Cuento y Poesía “Huauco de Oro”. En 2017 fue Mención Honrosa en el X Concurso “El Poeta Joven del Perú”, organizado por la Fundación Marco Antonio Corcuera. Ha participado en distintas ferias y festivales de poesía a nivel nacional e internacional. Es parte del equipo editorial de la Revista Mal de Ojo y de la Editorial Conunhueno. Actualmente radica en Madrid.