25 Abr 2024

164. POESÍA MEXICANA. LUIS FERNANDO RANGEL

-06 Feb 2021

 

CORRIDOS DE CABALLOS

(FRAGMENTOS)

 

Mi padre tenía un caballo

que yo nunca monté

 

cuatrialbo

cansado

viejo

 

se llamaba Calcetín

y no usaba herraduras

 

la herradura la guardó para coronar su sueño

y ahora un caballo cabalga en mi memoria

 

*

 

papá viajaba todos los días

montado en un caballo de huesos de metal:

el aceite fluía por sus entrañas

y desde lo más profundo de su engranes

la enfermedad se expulsaba como una flema negra

tan oscura y espesa como la maldición primigenia

que se arrastra de generación en generación

 

por eso

en la sangre de papá corrían ríos de metal

y en sus pulmones la arena se cristalizaba

formando monumentales rosas vítreas

 

papá era minero

y respiró las esquirlas de la piedra

hasta morir

 

me heredó el dolor en el pecho

como certeza de la muerte

y el llanto contenido

que nunca derramó

sobre la tumba de mi abuelo

 

pero eso

en este momento

no importa

 

importa decir que viajaba en un caballo

sin herraduras

que galopaba por la imaginación de mi hermano

y por la llanura más limpia del sueño

 

mamá lo esperaba en la casa

y papá sentía el viento moldear su rostro

 

a Calcetín no le gustaba la velocidad

y a mí siempre me ha dado miedo el viento

 

sin saber

compartíamos el mismo temor

que amaga con la caída de mi padre

y con el temor a las ruedas

porque las motocicletas

dice mamá

tampoco son seguras

 

de ahora en adelante

el galope de Calcetín resonará en la memoria

de la sangre

 

Calcetín tendrá que llevar herraduras

 

caballo de patas blancas

con herraduras de acero

hoy vas a brincar las trancas

antes que salga el lucero

y vas a llevar en ancas

a la mujer que yo quiero[1]

 

papá no se robó a mamá en un caballo

pero la llevó a conocer la ciudad en su motocicleta

 

no hubo una cabalgata al horizonte

ni una serenata

pero hubo otras canciones

 

mi padre siempre cantó al lomo de Calcetín

y después encendió la radio en todos sus automóviles

para nunca olvidar las canciones de amor

 

*

 

pienso en los primeros hombres

que viajaron por el mundo

sin galope

y sin ruedas

 

imagino una canción

para entender al mundo

 

una canción que tenga el mismo compás

que un galope

y el rugido de un motor

para cantársela a mi padre

frente a su tumba

 

primer ensayo

 

un caballo galopa

sobre las letras de una canción

que no sé cantar

 

¿cómo contar la historia

del día en que papá murió

y dijo que un caballo

negro

se acercaba?

 

¿cómo decir que el caballo negro

se fue al norte

y se perdió a lo lejos

donde tierra y cielo y mar

son la misma cosa?

 

un caballo galopa

y el golpe

de la herradura

contra el suelo

y del caballo dando tumbos

retumba

en mi memoria

y me hace pensar en tambores

y en las canciones que algún día

cantaré

frente a su tumba

 

*

 

recuerdo que mi abuelo me enseñó a fumar

 

entonces el cigarro me hacía pensar en locomotoras

y ahora me hace pensar en cohetes

 

el ferrocarril es un cuchillo caliente

que parte al mundo

 

el caballo ya no corre

duerme

 

espera a un jinete que ya está muerto

 

cantemos dulces cantos fúnebres

para despedirlo

 

cantemos con la certeza de la muerte

 

porque siempre hay palabras

que al decirlas

retumban en la memoria

como el galope

de un caballo

 

un día mi padre dijo

se acerca un caballo negro

y fue tan cierto como su muerte

 

ahora un bandido cabalga

con un saco repleto de lágrimas

para darle de beber a sus caballos

 

y a veces

como papá

canta

canciones de amor

 

yo no sé cantar

ni sé guardar silencio

 

por eso enciendo la radio

y descubro los corridos de caballos

y de algunos traficantes famosos

de algunos pistoleros

sin arma

que juegan a resucitar cada tercer día

 

por las márgenes del río

de Reynosa hasta Laredo

se acabaron los bandidos

se acabaron los cuatreros

y así se están acabando

a todos los pistoleros[2]

 

pero los pistoleros

no se han acabado

 

escucho la voz del locutor

ansioso

que habla de cadáveres sin tumba

 

no sé si debería contarlo

cantarlo

 

los pistoleros de fama

una ofensa no la olvidan

si se mueren en la raya

no les importa la vida

los panteones son testigos

es cierto no son mentiras[3]

 

mi padre cambia de estación

 

mi padre

sentencio

 

mi padre

como si estuviera

todavía

entre nosotros

 

[1] Corrido “Caballo de patas blancas”, interpretado por Antonio Aguilar.

[2] Corrido “Pistoleros famosos”, interpretado por Los Cadetes de Linares.

[3] Corrido “Pistoleros famosos”, interpretado por Los Cadetes de Linares.

 

 

Luis Fernando Rangel (Chihuahua, 1995). Narrador, poeta y editor. Autor de los libros Hotel Sputnik (Tintanueva, 2016; Mención honorífica del Premio Nacional de Poesía Rogelio Treviño 2015), Conversación de dos gatos (Sangre ediciones, 2017; segundo lugar en el Premio Nacional de Relato “Sergio Pitol”) Poemas para un Lugar Común (Instituto de Cultura del Municipio de Chihuahua, 2018), Dibujar el fin del mundo (Universidad Autónoma de Chihuahua, 2019; Premio Estatal de Poesía Joven “Rogelio Treviño” 2017) y Los líricamente desmadrados (Ediciones O, 2020). Recientemente obtuvo el IV Premio Nacional de Poesía “Germán List Arzubide” con la obra Corridos de caballos. Ha publicado texots en revistas como Tierra Adentro, Visitas al Patio, Punto en línea, Punto de Partida, Pliego16, LIJIbero, Himen, Revista Plástico, Bistró, Norte/Sur, Tinteroblanco, Revista Literaria Taller Igitur, entre otras, así como diversas antologías de cuento y poesía. En 2017 fue becario del Noveno Curso de Creación Literaria para Jóvenes de la Fundación para las Letras Mexicanas y del Fondo Municipal para Artistas y Creadores. Es director editorial de Sangre ediciones, director general de la revista Fósforo y editor responsable de la revista Metamorfosis de la Facultad de Filosofía y Letras de la UACH.

 



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