DEL HUDSON AL DELAWARE
Como dos venas abiertas en el pecho de la tierra
el Hudson y el Delaware fluyen del norte hacia el sur.
En su trasegar milenario han creado islas y separado montañas.
Con su paciencia infinita abrazan la tierra y arrastran escombros.
Con su aliento líquido humedecen el aire y ablandan la roca.
Con su voz taciturna se hacen coro en la distancia
se replican uno al otro y se cantan
se animan uno al otro y se lloran sus desgracias.
Un día de febrero, día de aguas heladas, parecen detenerse por un instante
a meditar,
detenerse, sí
por un momento, a preguntarse en voz alta
a gritarse con todo su caudal, uno al otro:
¿Quién fabricó esos puentes?
¿Quién surcó los Apalaches en línea horizontal con una autopista interminable?
¿Quién construyó Manhattan a imagen y semejanza de una cordillera de arrogancia?
¿Quién baña sus huesos en nuestro lecho desde la Guerra Civil?
¿Quién lanzó la flecha e hirió al ciervo que huye y viene a morir en nuestras aguas?
DESDE EL CENTRO DEL VAGÓN
Camino al trabajo encuentro trozos de mi amigo entre los vagabundos del metro
los sin casa los sin techo
los mendigos
los que cantan a capella
y los esquizofrénicos.
Algunos mantienen su cabello en la misma forma desordenada y aleve otros llevan barbas húmedas de licor
incluso, hay uno que tiene su mirada de poeta simbolista y su forma desafiante de caminar,
de lanzarse al mundo cada día como un caballero andante, un Quijote armado con bolsas plásticas
y vasos desechables que apestan a alcohol
o chorrean café.
Sigo mi camino en el centro del vagón y los veo, en silencio,
no ha muerto mi amigo, me repito entre dientes, como quien tararea una canción que escucha en sus audífonos,
no ha muerto se ha esparcido por el mundo como polen
y resucita cada día en este viaje entre los vagabundos del metro los sin casa los sin techo
los mendigos
los que cantan a capella
y los esquizofrénicos . . .
NO LO VAS A CREER PERO TE DIGO QUE LA ENCONTRÉ LLORANDO. Estaba sentada en una banca del parque. Tenía las manos huesudas cubriéndole la calavera como si fuera un grabado de José Guadalupe Posada y lloraba como una recién nacida. Lloraba con un llanto tan tierno y doloroso que no resistí más y me senté a su lado para consolarla.
¿Qué te pasa pelona? ¿Se te escapó un cristiano? —Le dije como para hacerla reír. Pero la parca tiznada seguía llorando, güey, sin consuelo. Entonces me entró lástima y levanté su guadaña para animarla a seguir chambeando. Dale, sigue trabajando condenada flaca, no te desanimes —le dije casi rogándole. La catrina huesuda comenzó a gemir y a berrear más desconsolada que nunca. Ay ay ay no me puedo morir porque ya estoy muerta —me decía y su llanto era de sangre tibia y morada. ¿Por qué lloras chingada, dime, acaso el Narco no te está ayudando en el trabajo? ¿Acaso no andas en bonanza recogiendo almas para el purgatorio? —le grité un poco enfadado con ella. No es eso lo que me tiene así —me dijo desde su calavera vacía— son las pinches balas perdidas que van por ahí matando niños, mujeres embarazadas, obreros inocentes y hasta perros. Son las granadas, las bombas y los morteros que no discriminan. Esto ya parece el apocalipsis. Ya te digo que con esos argumentos no tuve nada más que decir y me senté a llorar con ella.
’LOS AMANTES DE VALARDO’
Amor, ese miedo a morir con los ojos abiertos,
lejos, en soledad,
se desvanece en este abrazo de piedra.
Aquí, dormiremos en silencio,
bajo el tallo de la vid,
que se enrojece con la tibieza de tu sangre.
Mil veces usaría esta daga para seguirte
mil vidas con sus noches y sus muertes.
De The New York City Subway Poems / Poemas del metro de Nueva York (2020) Trad. Carol O’Flynn and Pilar Gonzalez. Ashland (Ohio): Ashland Poetry Press (Ashland University), 2020. ISBN: 978-0912592855.
VOCALES
A noir, E blanc, I rouge, U vert, Obleu:
/ Voyelles,
A negra, E blanca, I roja, U verde, O azul:
/ Vocales,
ARTHUR RIMBAUD
A
De los cuerpos inertes
Llena de candor vendrá
La muerte
Dios mío
Dios mío A
De los cuerpos inertes
Cuán pálida y tibia te presentas hembra
Serena
Serena A
Serena muerta
Aún de estos ojos piedras
Se recogen hiedes
Vos sois como yo mismo
Y yo como la muerte
Pues soy de piedra roca
Tallado por la suerte
Historia que a la historia
Es muerte de su muerte
A
De los cuerpos inertes
Llena de dolor está
La suerte
Dios mío
Dios mío A
De la A que hiere.
O
De tus ojos mis ojos
La sonrisa presurosa
Del no bien amado culpable
Se refleja en el cristal
Y allí
Tú mujer de tez blanca
Cabellos largos negros
(Donde tus ojos parecen el agua)
Aguardas
Sin motivo O
Sin razón
Sin conocer el terror
Bufón y amante de la O.
E
De la muerte y la fe
Hijos míos
Hijos míos
Tengo frío
Siento sed
Antes de marcharos
Dadme agua de beber
Dejad al que ahora yace
Olvidadle
Si podéis.
U
Antonio viajaba al sur
En la homilía de los pasos
El sudor de la mañana
María la que tanto quise
María la que sola estaba
Recostada en medio lecho
En voz triste susurraba
A do se ha ido Antonio
A do y no queda nada
En la homilía de los pasos
El sudor de la mañana
u
Antonio murió en el sur.
I
Vocal y letra del fin
Eres y serás
Desde ahora i para siempre
Ese sentimiento ido
Que en otro tiempo habitó los aires
En tu contacto con la tierra
Aprenderás a mentir
Y la amalgama fuerte
Que se forma
De las desmesuras
Las imprevisiones
Y los incontables fallos
Marcará en adelante tu huella
Al contacto con la tierra.
De Conversando con el Ángel. Cali: Botella y Luna, 2002.
Carlos Aguasaco Ph.D. (Bogotá, 1975). Vive y escribe en Nueva York desde 1999 y es una de las voces más reconocidas de la nueva poesía hispana en los Estados Unidos. Es profesor titular de estudios culturales latinoamericanos y subdirector del Departamento de Estudios Interdisciplinarios de City College of the City University of New York. Ha editado once antologías literarias y publicado siete libros de poemas, los más recientes son The New York City Subway Poems – Poemas del metro de Nueva York (2020) y Un hombre pasa con su cuerpo al hombro (2019). También ha publicado una novela corta y un estudio académico del principal superhéroe latinoamericano El Chapulín Colorado: ¡No contaban con mi astucia! México: parodia, nación y sujeto en la serie de El Chapulín Colorado (2014). Es además el editor de Transatlantic Gazes: Studies on the Historical Links between Spain and North America [Miradas transatlánticas: estudios sobre los vínculos históricos entre España y Norte América] (2018). En 2010 recibió el premio India Catalina en video arte en el Festival Internacional de cine de Cartagena de Indias. Carlos es el fundador y director de Artepoetica Press (artepoetica.com), una editorial especializada en autores y temas hispanos. También es el director de The Americas Poetry Festival of New York (poetryny.com) y coordina The Americas Film Festival of New York (taffny.com). Sus poemas han sido traducidos a una variedad de lenguas como el inglés, francés, portugués, rumano, gallego y el árabe. Ha viajado a alrededor de veinte países de Europa, Asia, África, Norte y Sur América como invitado a congresos internacionales, seminarios, festivales de poesía, y ferias del libro (conferencista, orador principal, panelista, autor, etc.)