18 Abr 2024

187. POESÍA PERUANA. MARIO MORQUENCHO

-27 Feb 2021

 

ASESINATO EN LA CALLE OMICRÓN

 

Lo he matado. Me he vengado de los meses de invisibilidad. De ser como cualquiera. De ir a trabajar un día como hoy, de estar afeitado y tener el cabello recortado, con el rostro impecable, el piqué y el pantalón de color azul pulcros y planchados, los zapatos negros brillantes como un charco que la lluvia ha creado y nunca olvidarme del fotocheck con mis 26 años encima y la cara de loco olvidado en la maquinaria cotidiana de las horas de ser un empleado con el sueldo mínimo.

 

Me he vengado de abrir la puerta y bajar las escaleras a las 7 y 30 de la mañana, de lunes a viernes, bajar las escaleras de fierro y en espiral todos los días. Me he vengado de subir al bus de la rutina, del diario matutino, del noticiero de las 6 de la mañana, del gallo que sobrevive como un reloj en la azotea, del café con leche y la carretilla de la esquina.

 

Lo he matado con el cuchillo con que corto el pan y lo unto con mantequilla.

¡En mis manos sangra cotidiano!

La epilepsia, la agonía, la sangre por la boca, los ojos que se alejan de ser ojos, el rostro que se aleja de ser rostro.

¡Lo he matado, estoy seguro!

 

Me he cansado de ver su rostro, de ver los restos inmóviles, la incertidumbre de la muerte y el crimen. He optado por envolverlo con los periódicos pasados, envolver los restos, al cadáver cotidiano envolverlo con las noticias de la semana pasada, con el suicidio de ayer en un hostal perdido en la bruma de la madrugada en Lima, envolver sus extremidades con el abuso policial y la corrupción de los ministerios y el puto sistema capitalista, envolver su dorso con las estadísticas económicas y las encuestas políticas, volverlo a envolver con la injusticia social, con los jubilados que mueren haciendo cola, con los enfermos y los niños que lo único que tienen en la vida es una enfermedad extraña que se llama olvido, con los jueces que se hacen ricos  y los clérigos prostituyendo el paraíso. Los buenos son pocos y contaditos.

 

Después de envolver al cuerpo como una estatua de papel periódico, como una obra de arte de lo que lees antes de ir al trabajo o lo que ves en las noches antes de dormir, bien envuelto todo, cada uno de los cabellos, las uñas, los bellos sombríos, envuelto el reloj y la alarma, el tatuaje en el hombro, la cicatriz de la rodilla, los pies, los caminos, la lagartija que le sale del sueño. Y todo desaparecerlo dentro de una gran bolsa de plástico negra, canjearlo por una nube, por un día sólo conmigo mismo

Lo he matado, sí

¡Lo he matado!

¡Lo he matado!

 

El cuchillo en la mesa viste bermejo

y baila tango,

baila tango el muy pendejo.

 

De Ciudadelirio

 

 

DESDE LOS ORÍGENES

 

me he bautizado desnudo bajo tus aguas

me he sumergido en el nuevo mundo como una alga

entre bocanadas de lobos marinos

                     y veintenas de hipocampos

he visto cómo tus tentáculos azul verdosos

se alargan y encogen

                           tallando la belleza

te he visto en la empuñadura de las rocas amusgadas

         golpeando el camino de los barcos

         golpeando el camino del ahogado

        oh mar alcoholizado

bosquejando el brillante espaldar anaranjado

 

el sol brinca como un sapo dorado por el oleaje

y la caleta crece

                crece a raíz de tus hondas elegías

                crece la fiesta del jurel perdido

                a 20 céntimos el kilo se oferta

                               por las calles

 

mar que abarca todas las miradas

me ahogaré en tus aguas mientras bailas

cumbia añeja al ras de una rock-ola

soy un canto negro de la madrugada

                    cantando

 t r i s t e  t r i s t e  t r i s t e  t r i s t e

como mi abuelo ciego

             mar nocturno e insomne

 

            observo una cascada de estrellas

           que te hiere como un cuchillo

      sobre mis manos sangre de pescado

que extinguen la tarde detrás de las dunas

y ocultan la mirada de las cholas

                          ojos de pez de luna

aguardientando los baldes de chicha

           ahogando mis manos

sangre de pescado desembocadas

                        en el mar embravecido

 

a las 4 en punto de la madrugada viene el aguacero

abre los caños

        los bidones

        las botellas

        y los charcos

oh mar eviscerado

(((los))((ojos))((torrenciales))((y))((las))((olas))

((((((((((van)))))(((y(((((vienen)))))))))

(((los)))(((caballos)))((de))((la))((luna)))))

((((((((((van)))))(((y(((((vienen)))))))))

((((los))))(((guijarros)))(((negros)))))

((((los))))(((guijarros)))(((blancos))))

((((((((((van)))))(((y(((((vienen)))))))))

van y vienen porque el tiempo es un carajo

un albatros al lado de puro gallinazo

con tripas de pescao y pámpanos al viento

 

déjame desescamar al crepúsculo

  sobre una calamina de calamidades

    donde los gatos despellejan a la luna

                  para que el sol renazca

mar de las soledades mustias

golpeó la ola el prepucio del día

día en que el omoplato del sol oblicua el sendero

                día en que la mandíbula del verso grita

                                    ¡cielo pelirrojo!

y el lodazal en la retina de las nubes

                     entristecen el latido cerveceado

y la enchuchada mirada de un perro pajarea en los espejos

                       desde los orígenes

tallado en los ojos de un tallán errante

juntando partículas del universo

               como pedacitos de ceramios

por toda la intemperie del vientre fecundado

 

                       han encontrado

90 mil barriles diarios de petróleo en una estrella

                       han encontrado

un balancín bombeándonos como agua de mar

                            hacia la ardiente tierra

           pozos petroleros sobre teclas blancas

a un poeta acalambrado por un delirio pata coja

                        en una plataforma de altamar

 

yo escribí cardumen sobre una piedra negra

y también quise escribir sobre las aves hechas mierda

                            versos caídos por la borda

        quise embravecerme como tú

                    embriagarme como tú

pero ventosas envuelven a mi alma que cuelga de un anzuelo

como el sol que persigue mi destino y mide tu bravura

 

mar pasado de vueltas

hay que reunirnos en el bar de siempre

con la lluvia que alimenta los ríos

y las quebradas que le agrandan el pecho a los charcos

los charcos son pequeños mares y yo

la pequeña quebrada de los acantilados

el nauseabundo riachuelo de las cantinas

soy la góndola perdida en los nubarrones del sol

la góndola perdida entre las tetas de una gringa

un brichero que ata huairuros a las olas interminables

                                    indescifrables

                                    indestructibles

                                    vienen las olas

como un carnaval de bagres envueltos en una historia

 s          s          s           

    u          u          u

        r          r          r

           f          f          f

              é          é          é

                 a          a          a

                    l           l           l

                       a          a          a

                          s          s          s

                             surfea las palabras

   que vagan a través de las tormentas

   o de las señales cibernéticas

   o en el grito de una simple piedra

   lanzada hacia tus profundidades

 

me he sumergido en el nuevo mundo como una alga

me he bautizado desnudo bajo tus aguas

                                      y yo

                                      solo existo aquí

                                      en tus ojos

                                      mirándote

 

De Un mar alcoholizado

 

 

MELODÍA DEL ALTOPARLANTE DEL INEN

 

Y repleto las bancas con estos nombres

nombres que se deslizan como flores por el campo sin rumbo

nombres que entran como rayo de sol por los ventanales del pasillo

nombres que van y vienen

R o s a r i o Á v a l o s L ó p e z         que van y vienen

M a r í a R o b l e s M a r t í n e z        que van y vienen

M a r í a D í a z G u e r r a                  que van y vienen

A u r a M i r a n d a                                        que van y vienen

 

Y me he encariñado con ellos

los he leído hasta en las paredes de los baños

los he escuchado toser como una máquina que clona tigres de Bengala

me he alimentado todos estos días con estos nombres

que son una estela de vicuñas corriendo por la arena hacia la espuma

nombres que son una arteria de glaciar que baja las montañas

cruza los pueblos

y deja charcos en los pastizales que ya no puedes ver

 

Y ver las nubes grafitear en los cerros las nuevas invasiones

de hombres mujeres y niños

que son los sueños que florecen en los gaveteros

donde están guardadas las historias clínicas

donde está tu nombre           A l e j a n d r i n a C a m p o s

donde está tu nombre           B e r t h a R o d r í g u e z

donde está tu nombre           A v e l i n a M i g u e l

donde está tu nombre           C l a r a S u l g a r a n

 

Un pedazo de cabello flamea en la luna y fabrica las estrellas

constelación de nombres derribados por un cometa

que cruza después de muchos años por tus ojos

después de muchos años se te ha ocurrido caminar mirando al cielo

ahora que caen tus amigos como árboles de 500 años en la Amazonía

con todas las especies que viven en la copa de los árboles

desde donde puedes divisar el umbral del edén

que tiene la forma del portón de tu casa

el umbral del edén es el dibujo crayón de un niño

que espera la medula ósea del mar

mientras nos dibuja cayendo en los rayos crayón de sol

o nos pinta como un ave azul descendiendo a su nido crayón

y dice mira papá aquí estás tú llorando crayón

y aquí esta mamá llorando tu llanto que es el río crayón

donde sueles tirar peces con los que me alimento

para tener la fuerza necesaria

y dibujarme un poco de cabello crayón

para que no estén tristes y puedan peinarme

como si hurgaran en el pasto y encontraran mis huellas

en el futuro crayón que es mi nombre perdido

en un cementerio para mariposas

 

Por eso escribo encariñado a este rincón del pasillo

donde todos cruzan en silla de ruedas

empujados por el oleaje de niños y niñas de la lluvia

llena de nombres        D i a n a C o n t r e r a s

llena de nombres        A s t r i d T o r r e s C ó r d o v a

llena de nombres        M a c e d o n i a Ñ a u p a

llena de nombres        S h e i l a D í a z

llena de nombres que son cicatrices en el cuerpo

que brillan como fotografías de ciudades nocturnas

capturadas con un lente de 200 mm

por la Estación Espacial Internacional de la NASA

cicatrices escritas en un libro bajo el agua

mientras todos buscan la cura para el cáncer de la tierra

yo escribo cada nombre en cada una de las hojas de guanábana

en la pulpa morinda citrifolia licuada con el polvo de otro planeta

 

Y escucho el secreto del árbol moribundo de 500 años en la

Amazonía

mientras lo llevan a la velocidad de un colibrí en una camilla

Él dice:

 

A tu garganta que es mi garganta

A tu pulmón que es mi pulmón

A tu ganglio que es mi ganglio

A tu hígado que es mi hígado

A tu seno que es mi seno

concédele señor el descanso eterno

 

A tu próstata que es mi próstata

A tu ovario que es mi ovario

A tu útero que es mi útero

A tu sangre que es mi sangre

A tu hueso que es mi hueso

concédele señor el descanso eterno

 

Al camino oscuro hacia la casa en llamas

concédele señor el descanso eterno

 

A la serenata de grillos por

el camino oscuro hacia la casa en llamas

concédele señor el descanso eterno

 

Al matorral donde erupciona

la serenata de grillos por

el camino oscuro hacia la casa en llamas

concédele señor el descanso eterno

 

Al cadáver acostado en

el matorral donde erupciona

la serenata de grillos por

el camino oscuro hacia la casa en llamas

concédele señor el descanso eterno

 

Al poema que leyó

el cadáver acostado en

el matorral donde erupciona

la serenata de grillos por

el camino oscuro hacia la casa en llamas

no le concedas señor el descanso eterno

 

Y todos los nombres son lamidos por un gato egipcio

todos los nombres están en la metalurgia inca

en cada roca del Imperio       R a m í r e z Z a m b r a n o

en cada roca del Imperio       A l i a g a M a l a v e r

en cada roca del Imperio       C é s a r V a l l e j o s

en cada roca del Imperio       A l b e r t o M a r t í n e z

en cada roca del Imperio       E s t e b a n Q u i s p e

en cada roca del Imperio alarga su pétalo una flor de tela

 

Una flor de tela

es una canción amarilla

bordada por las voluntarias

para cada uno de ustedes

 

Una flor de tela

es una canción para todo aquel

que no se ha salvado

 

Una flor de tela

es este poema que leyó un cadáver

este poema que leyó un cadáver

es una canción para todos aquellos

que cruzan el puente y observan

 

Lo maravilloso del abismo

 

De Placlitaxel

 

 

HUAYNO Z

 

Zaida es un rayo de sol filtrándose en el otoño

Zaida me sirve una jarra de maracuyá de lunes a viernes

y me pregunta

 joven qué se va a servir

 

Yo miro sus ojos claros y observo

el movimiento apacible de las retamas

que frotan mi ventana

 

De entrada hay

menestrón

ceviche

papa a la huancaína

observo sus labios fijamente

 

Zaida vive en San Juan de Lurigancho

es madre soltera y tiene una hija de 8 años

que también tiene los ojos claros

como la Pacucha

la laguna Pacucha

me dice

 

Zaida es un rayo de sol adentrándose en este invierno

y me sirve una jarra de té o anís

o de hierbas de los dioses de las montañas

que entibian mi corazón

 

Zaida sonríe siempre

un sábado fuimos a una pollada profondo enfermedad en Comas

me encantó verla zapatear un huayno

su familia viene de Apurímac

emigraron a la capital por SL

 

Zaida me sirve el almuerzo de lunes a viernes

en un restaurante entre Aviación y Canadá San Borja Lima

es un restaurante que tiene un toldo amarillo

y me dice

amiguito amiguito

nunca me saques la vuelta

 

Zaida es la primavera de un girasol que brilla en la maceta

un girasol que está cerca a la ventana de la habitación de donde escribo

tecleo y tecleo y tecleo

s o y u n g a v i l á n a n d i n o

s o y u n g a v i l á n a n d i n o

s o y u n g a v i l á n a n d i n o

 

Zaida

me gusta mucho tocar tus manos

es como acariciar en el aire

la música de una mandolina

que llora sobre una piedra

 

Zaida discúlpame por no ir a todas las citas

por no estar el día en que tu ex esposo te golpeó

y te golpeó hasta enviarte al hospital desfigurada

como una de esas piedras ahogadas por siglos en la laguna

discúlpame por ser un patán un maricón y un mentiroso

 

En aquella pradera escucho un huayno y lloró

junto a un gavilán andino en la cueva de un zorro

 

Zaida es un glaciar derritiéndose dentro de mí en pleno verano

Zaida ya no me sirve una jarra de maracuyá de lunes a viernes

Zaida ya no me dice joven qué se va a servir

Zaida ya no sonríe

Zaida ya no sonríe

solo llora truenos y relámpagos

sobre la laguna Pacucha

 

Zaida

es la herida de garras de cóndor

sobre el lomo de un toro

 

De Sarita Calavera

 

Mario Martín Morquencho León (Los Órganos-Piura, 1982). Vivió su niñez y adolescencia cerca al mar, en su distrito natal. Al terminar la educación secundaria, se trasladó a la ciudad de Trujillo donde estudió la carrera técnica de Contabilidad. Empezó a escribir y publicar poemas en distintas webs de poesía. Radica en Lima desde el 2006. Formó parte del colectivo Heridita (Lima). Ha participado en distintas ferias y recitales de poesía. Poemas suyos figuran en: Me Usa. Brevísima Antología Arbitraria Perú-Uruguay (2012), Poesía que gira (2014), Mirando sobre el heno: Muestra de Poesía Peruana Reciente (2014), Libérrimo austral (2017), País imaginario. Escrituras y transtextos. Poesía latinoamericana 1980-1992 (2018). Tiene publicados los poemarios: Ciudadelirio (2010), Un mar alcoholizado (2013), Sarita Calavera, (Plaqueta-2016) y Placlitaxel (2017).

 



Compartir