EXILIO INVOLUNTARIO
Es noche, puede ser cualquier
noche, hoy o mañana,
y nunca emergerás
desde el subsuelo a la superficie.
A veces
es más difícil aceptar ayuda
que ofrecerla, porque un regalo
pide algunas compensaciones
—y no agradecimiento—
a tu confianza.
Y mientras
esperas que sucedan cosas,
tus mentiras consiguen
que todo siga quieto,
el sueño intacto
por donde lo dejaste un día.
Hay que recuperar los sueños
y la nostalgia del futuro,
porque una causa justa
nunca fue suficiente.
Y porque algo se ha perdido
en la frontera de los nombres,
en la capacidad
que tienen de romper tabúes,
de ver sin ver,
su voz sin voz.
Sé que me equivoqué
con palabras
—lo que quieren decir
y lo que dicen— y que el fracaso
es un camino singular...
No puede haber comparación:
ni exploradores de metáforas,
ni monederos falsos de emociones.
Con palabras
pobres y generosas, atraviesas
un tiempo sin expectativas
en pos de vida literaria
que significa vida de aventura.
Con palabras
distingues labios y raíces
y alcanzarás de nuevo
esa impureza que te arrebataron
de tu pequeño mundo antiguo.
En busca de su protección
más fuerte que la muerte,
tan cerca,
en un rincón del viento
y del olvido,
cruzas sus vínculos de niebla
—escotillón sellado—
y sus limitaciones
en la felicidad lograda
de tu isla desierta.
A solas con tu lámpara
de exilio involuntario.
Aquí y allí estaré en la oscuridad.
VIVIR AQUÍ
No podía dormirme, oía
como asuntos pendientes, diálogos
entre sonidos y colores,
asociaciones de palabras
acercándose,
avanzando hacia mí.
La secuencia ya había comenzado
y les guiaba un extraño deseo
realizador, en los orígenes
de las mitologías
en legítima defensa,
desmintiéndose
cuando lo imaginario y lo simbólico
no se comprenden, no
coinciden, no
se corresponden entre sí.
Me gustaba perderme y encontrarme
con un libro en las manos.
No había tiempo para el tiempo
desencadenado apenas
en el riesgo de descubrir
la realidad, la verdadera,
mostrando sus encías
de recuerdos encubridores,
la argolla
de esa única oportunidad
que es la esperanza.
Donde habita
la voluntad hay un camino,
afecta a la mirada
a otra escala,
se superponen las imágenes,
y me olvidaba de dormir.
Entonces
tuya es la soledad, tuyo el secreto:
me veía a mí mismo por el ojo
de la cerradura, testigo
de esa larga cadena
de los inconformistas
sabios, de unos itinerantes labios
camuflados en el arrabal,
y poseía la poesía.
Nada es lo que parece
y allí se alojan las sospechas
del entusiasmo
con sus recodos expresivos,
la lentitud
en estilo indirecto libre,
la claridad de los pasos que has dado.
Sí, mis pasos sembrad, id lejos.
Recuerdo las severas horas
de la autocrítica
y las perforaciones
de una conciencia que repite
ese estribillo
que piensa en alguien que en ti piensa.
Ya no tienen semblante los significados,
pero no llegarán a tu futuro
sin descomposiciones,
en ruta
y en un exceso de confianza,
porque la perfección
exige más que voluntad, memoria.
Hoy debe ser el día de los rodeos.
Por eso
ahí va mi insomnio
cargado de anticipaciones,
su representación
y su lectura desde el nudo mismo
para vivir aquí.
Juan Carlos Abril (Los Villares, Jaén, España, 1974) es doctor en literatura española por la Universidad de Granada donde trabaja como profesor titular. Ha publicado los poemarios Un intruso nos somete (1997), El laberinto azul (2001), Crisis (2007) y En busca de una pausa (2018). Su poesía reunida ha aparecido en México, Costa Rica y Argentina, y ha sido traducido, entre otros idiomas, al inglés, francés o italiano. Editó la antología Deshabitados (2008), entre otras, y coordinó el volumen Gramáticas del fragmento. Estudios sobre poesía española para el siglo XXI (2011), entre otros. También ha traducido a Pasolini, Marinetti, Salgari, etc. Forma parte de antologías como 10 menos 30. La ruptura interior en la «poesía de la experiencia» (1997), o La inteligencia y el hacha (Un panorama de la Generación poética del 2000) (2010), ambas de Luis Antonio de Villena; o Centros de gravedad. Poesía española en el siglo XXI (Una antología) (2018), de José Andújar Almansa. Crítico literario, destacan asimismo los ensayos Lecturas de oro. Un panorama de la poesía española (2014), El habitante de su palabra. La poesía de José Manuel Caballero Bonald (2018), y Panorama para leer. Un diagnóstico de la poesía española (2020). Dirige la revista Paraíso.