El infierno y el paraíso están aquí. Descorro las
cortinas, rasgo con mano temblorosa su estampado
de flores y pelícanos.
PERE GIMFERRER
PROBABLEMENTE TODOS LOS BURGUESES TENGAMOS CANDIDA ALBICANS,
comúnmente conocida como candidiasis,
una sintomatología casi invisible
en un mundo lacerado por la indiferencia de las autopistas
y los helicópteros que buscan el cuerpo
sin vida
de una migrante en la barrera de coral más bonita del mundo
mal humor y dolores intestinales,
molestias gástricas y ceños fruncidos
se pasean por la playa,
ignorantes indiferentes
al helicóptero al cuerpo hundido
me sentó mal el café, querida,
otra vez tengo el estómago quejumbroso,
como este mar aciago
repleto de cuerpos sin vida
no one leaves home unless
home is the mouth of a shark
WARSAN SHIRE
AL FINAL NUNCA FUISTE A MADAGASCAR
porque, por qué ir allá cuando puedes quedarte aquí
observando los cauces de los ríos,
las comisuras de los montes rasgados
por uñas rocosas y piedras post punk
y que nadie te diga que tú no puedes,
que no puedes levitar en este devenir de los sucedáneos
de gestos de desa(n)grado no disimulado
cuando te cuentan que dejaron a aquella niña abandonada a su suerte
en la isla de Mtsamboro: su padre pedía ayuda y pensasteis que venían a robaros la nevera de la playa llena de cervecitas frescas
soplaba el viento soplaba el viento en aquella playa
a la que jamás fuiste
donde arriban los kwassas[1]
los cruceros nunca atracan ahí
acampan los comoranos
hacen fogatas y beben el agua de la lluvia
y los franceses en sus veleros
sacan fotos con modernas polaroids
vestidos de marineros
con polos de rayas
blancas y azules
cantan a coro:
¿por qué vinieron a morir a estas costas,
a enrojecer con su sangre la arena más beige del mundo?
mira qué foto-souvenir: un hombre sostiene en sus brazos un cuerpecito inerte envuelto en un salouva[2] de flores grises.
los veleros ya no navegan donde abundan los salouvas envolviendo cadáveres de flores grises.
pero ¿igual puedes subir a las redes la foto expiatoria?
que nadie te diga que no puedes crear tu propio obituario posmoderno,
explayarte en tu gusto extático por la necrosis.
tu ojo derecho (que es tu ojo morboso) captura el instante:
te relames
[1] Kwassa-kwassa: Piragua o embarcación de madera cuya función es semejante a la de una patera. En los kwassas viajan clandestinamente los migrantes comoranos y malgaches para llegar a Mayotte.
[2] Salouva: Vestimenta tradicional que llevan las mujeres mahoresas; consiste en una colorida túnica atada en torno al pecho y que cae hasta los tobillos. Se combina con un tocado en el cabello (kishali) que suele variar en cada parte de la isla.
QUISIERA SER A VECES COMO ESAS
actrices de cine clásico de los cuarenta que apagan el cigarrillo después de tres caladas
tan elegantemente,
en un cenicero de mármol blanco
con su vestido de seda negro.
y sus manos, enfundadas en guantes de satén burdeos o verde pantano,
resaltan al contraste con el níveo mármol, mientras que yo,
yo siempre me fumo el cigarro hasta el filtro.
aquí en los bares de Madagascar las mujeres se fuman hasta el filtro y se menean
y se menean buscando clientes.
y entonces tú me cuentas que en Guadalupe siempre salías de fiesta
y que también allí había putas y que te daba igual. me dices:
«¿a quién molestan las pobres?»
pero ¿no te das cuenta? no son ellas las que molestan
son más bien son
los señores de la educación nacional francesa
que salen hoy de caza,
pululan por las calles de Tulear
buscando jóvenes labios
que comprar
esta noche
es luna cerrada
no
los depredadores no tienen límites en los confines ni estudian demasiado a sus presas.
digamos que no son ellas las que molestan,
digamos que hablamos,
que más bien hablamos del militarcito (llamémosle Jacob).
siempre me persigue por el pasillo del liceo,
me intenta dar dos besos y yo le espeto que no,
que no quiero besar a un criminal de guerra.
y sus ojos se abren como espátulas
los vidrios rotos como queriendo intimidarme
uy te equivocas de presa
te sostengo la mirada
no te tengo miedo
lo que tengo es ganas de volarte los sesos,
Jacob
ME DICES QUE ESCRIBA SOBRE LA EXPLOTACIÓN SEXUAL,
sobre la deconstrucción de los astros inflamables y la representación
de dos butifarras que se superponen,
sobre cómo el patriarcado hace de las suyas
me dices
que escriba
acerca del patriarcado
otra vez? no qué rollo
sentir los corales en las plantas de los pies
durante siglos,
solo para darnos un bañito de sol
al agua maría
me dices que estás apesadumbrada
otra vez,
que las olas no dejan de ser
un devenir inacabable un mecerse palpable y caliente
son tus labios carnosos,
tu piel morena
menguante la marea deja al descubierto
las pezuñas de las rocas
son siglos de caminar
sobre puntas de clavos, impertérritas,
desprotegidas
solo para llegar en pateras
de algas marinas
son tus rizos verdinegro
s cuale
s espiga
s de endometriosi
s tras siglos de opresión
es el peso
que ejerce a contrapecho
y corrientes de libro
s apócrifos
me dices
que escriba otra vez no me dices
tú vendiéndote a los siglos
eres xilófono desafinado
eres tú otra vez no: es
el peso
me dices
sientes el arrobo de la confraternidad?
pese a los aromas pese a los solsticios
se escuchan historias
por aquí
por la isla yerma
SOY UNA LOBA
envilecida por todo,
luzco
bajo los peñascos,
grave, sonora, palpitante,
mi altarcillo de luces de neón azules
sacudo el endometrio
y trémulamente me explayo:
en mi vientre solo espero
abortarte algún día
tendremos que esperar al solsticio
para aullar libremente;
tendremos que devenir demiurgas
o Safo,
que trapichea de nuevo en la orilla del puerto
un erótico poema, de esos que censuran en las clases universitarias
los señores ceñudos
observa la luna ahí arriba:
de dónde me viene todo este amasijo de presión en mi pecho?
de los señores sañudos con corbatas de flores grises
y de las lanchas de unicornios sempiternas
tamborilean los niños de mi barrio
que matan con sus deditos púberes
a los polluelos ciegos: lloran las gallinas cluecas
cacareen por una vez ustedes, señoros de ceños profusos,
ya les toca en una incesante procesión de corbatas
ya les instigamos al cloqueo infinito, polifónico e indemne,
como el que acuña monedas antiguas pacientemente,
como en un purgatorio,
les instigamos a la desobediencia civil,
a colocarse la corbata a modo de tiara,
a morderse el labio inferior a lo Marilyn Monroe
Poemas de «La barrera más bonita del mundo» (poemario que será publicado próximamente por la editorial Luces de Gálibo)
Blanca Berjano Rodríguez (Madrid, 1987) viaja por el mundo enseñando español y escribiendo. Es licenciada, con máster en Filología Clásica por la Universidad Complutense de Madrid, y máster en Enseñanza del Español como Lengua Extranjera por la Universidad de Sevilla. Publicaciones: «Ratas en el alféizar» (Editorial Ménades, 2019) y editora y coautora de la antología «Relatos nada sexis» (Editorial Ménades, 2020). Ha colaborado como articulista para diferentes medios culturales y académicos y sus poemas se pueden encontrar en revistas literarias como Kokoro, Buenos Aires Poetry y Campos de Plumas. Inspirado en la isla de Mayotte, su segundo libro de poemas, «La barrera más bonita del mundo», ha obtenido el I Premio de Poesía Fundación Caja Navarra y será publicado próximamente por la editorial Luces de Gálibo.