DEFENSA DE LA COBARDÍA
Defiendo la cobardía
como una herramienta para acarrear la soledad,
todos se despojan de un manojo de luz
cuando el cuerpo receta espera en la cama,
todos se aniquilan un tanto cuando depositan
en el fuego aquellas palabras amargas,
la piel erosiona cuando dejamos
de insistir en aquel pecado que carcome,
el miedo se amiga con las despedidas
y las arrugas con el paso lento y las manos vacías.
No es necesario perder la batalla
para ganar el título noble de un cobarde,
es mejor fungir de débil
para que todo te sea arrebatado,
sabiendo que llegará la compasión
y te encontrará dormido.
De Propósitos de la belleza; 2020
PROPÓSITOS DE LA BELLEZA
La belleza manifiesta
se consigue
al saber perdido el cometido.
Como una envoltura de caramelo
después de los niños
como
la escopeta después de la caza
como
la casa después de tu cuerpo.
De Propósitos de la belleza; 2020
SOLLOZO POR LA ÚLTIMA MONEDA EN EL BOLSILLO
un pájaro parado en la mitad de un toro
me hacen vivir con humildad
JUAN GELMAN
Para saberme perdido, hambriento,
cansado, sediento, marginado, terrestre,
tristemente clase media, sudamericano,
tercer mundo, en vías de desarrollo, mal pisado,
medio centro partido cualquiera, para sentirme como Juan, Pedro, Andrés
Roberto, Mario, o como Lucía, Martina, Yannela, Consuelo, Alegría...
para saberme piel de ardilla, ropaje gris,
manguera de jardín, pan sin levadura, maíz sin mazorca,
comida en boca de inocente.
Para ser la quinta pata que siempre esconde el gato,
el perro que ladra y también muerde,
la abeja que pica dos veces,
la hormiga que no avanza con sus piernas,
la cigarra, la mula, el becerro, la alpaca
o alguna especie rara de anzuelo.
Por andarme descosiendo el abrigo para calentar a otros,
por andarme de bastonazos para guiar a las mariposas,
por andar de Diógenes, de altruista, de medio incauto,
de eterno retorno y somnoliento.
Para saber que al fin la pobreza no me ha mordido el cuello,
resguardo aquella última moneda
que no me brinda ningún tipo de felicidad,
pero tampoco me la arrebata,
no me compra nada,
pero puedo sacarla y decir que no me alcanza.
Es como cuando uno llega a cierta edad
y puede quejarse sobre la elasticidad de los músculos,
añadir suficientes arrugas para disimular años,
pero no para sentirse como edificio defectuoso.
La media mitad incompleta de todo,
es un bolsillo casi vacío,
ahora imaginemos si lo tuviéramos repleto...
De Propósitos de la belleza; 2020
VÍSPERAS
Hay que resistir
verse las arterias y morir un poco
mover el espejo y desencajarse un tanto,
llevarla por los callejones
por los recodos de la infancia
por el dolor acostumbrado,
por las soledades escuálidas,
llevar de la mano a la costumbre
y sentarla a ver los manjares de los dioses,
verse incompleto, para que la completud
sea ilusoria vanidad de las arrugas.
Resistir días sin tu cuerpo,
sin el olor de la casa antigua de los domingos,
sin albercas para la humedad.
Resistir es más que enfilar la vanguardia
y romperse el alma
en el quinto sonar de una escopeta,
más que recoger la hojarasca del optimismo
y dibujar nuevas rosas en los entierros de los sueños.
Resistir es dominar la luz,
volverse terco en los sonidos y repetir
con grilletes en la voz,
la canción que únicamente
los huesos cantan en la mañana.
De Cerrar una ciudad; 2019
RECUERDOS DE UNA NOCHE DE MAYO
Y preguntas si esta es nuestra ciudad,
si el sol de medio verano existe sobre nosotros.
Me preguntas cómo será la luna antes de amarnos
y cómo cantarán los timbres.
A hurtadillas nos metemos en la cama:
¿Que si aún fumo?
¿El porqué de la lluvia y las lágrimas?
Al otro lado del puerto
resopla en el ir de una barca mi cuestionamiento.
¿Que qué día es hoy?
¿Que si has cambiado tu perfume?
¿Que si mi brazo debe esperarte?
¿Que si tus pies aún se cubren entre ellos?
Al amanecer nos queda una anémona en el pecho
y el concreto nos espera.
Nuestra ciudad
es la luz que se escapa de tu cuerpo.
De Cerrar una ciudad; 2019
INCONEXO
Escucho lluvia golpeando el cristal,
a lo lejos, un par de niños juegan a
mantenerse secos
sin saber que su alma ha de quedar
empapada.
A un lado de los sonidos
aparecen dos ojos, encendidos de lluvia,
claros entre las sombras,
punzantes en la calcinante agonía de los
que los vieron.
Tras los residuos de luz encuentro un trazo
obtuso
imitando a la máquina roja de mi pecho
he muerto muchas veces por detrás de un
recuerdo.
Me vuelvo para verme en el espejo
pero el reflejo fue robado por el invierno.
Me busco en los ojos diminutos de las
hormigas
que visitan las moras de mi casa.
Ahora vuelvo a los cristales
para encontrar en ellos el reflejo perdido
de las moscas que han venido a visitarme
queriendo mi carne
únicamente encuentran polvo.
De Los desperdicios del polvo; 2018
POESÍA
Nos queda poco por decir
las encías nos sangran al pronunciar tu nombre
el aliento se nos escapa al amarte
las lágrimas no permiten ver tu cielo en decadencia
y la luz nos rasga la pupila.
Nos dueles en el costado,
en el amor que se escapa como tren en la estación
cuando hemos naufragado.
Ya no existe imperativo que me corra de alegría.
La soledad no existe si no hay a quien dejar solo.
¡Ah, pero no pasa lo mismo con nosotros!
la poesía si existe sin poetas.
De Arreglos para la historia; 2017
RETAZOS EN PINCELADAS
Un retazo de invierno
colgado en las ventanas de las calles
con las sábanas de colores
atenuados de libertad y sosiego.
Un hilo rojo recorre la avenida,
por la luz se asoman hormigas para contemplar
la sangre y los cristales empañados de las casas.
El crujir incesante de los árboles
remarca el silencio en la ciudad
como olas mansas que amenazan a los acantilados.
He visto romper ventanas
con piedras y soledad.
Llantos a pie de años y estaciones,
he escuchado el sonar de mis huesos en las mañanas,
la cáscara de huevo al romperse,
el nombre que tiene la nostalgia.
He andado sin tiempo
sobre los aguacates maduros,
sintiendo la tierra en sus arterias,
he visto romper la mañana con un trazo
puntillista de Renoir o el detalle incansable de Monet.
Me he cruzado con unos ojos
que me miran incesantes desde un cuadro
de Chagall
e imagino que así será París a través de mi ventana,
me imagino el cubismo en mi cuerpo,
con la imaginación azorada al darme cuenta
que el hilo rojo se desprende de mi pecho.
Pero adentro solo recurre un cristo
a tinta larga de Miguel de Santiago,
una sonoridad que entra por el costado.
Recuerdo a las hormigas
abriendo las puertas del infierno
donde Botticelli renunció a su único amor.
Me he tendido en la misma vereda
por la que volvía de la escuela,
donde dejé caer el cambio, que serviría
para comer mañana.
He pisado más de treinta hojas en este
merodeo absurdo.
La carne duele en esta espera,
en esta incesante manera de buscarte los ojos,
en este andar desdibujado de tu espalda a las rodillas,
en este café sin fondo ni primavera.
Un pedazo desperdigado
un río rojo por en medio del invierno,
una sábana blanca sobre mi cuerpo,
una libertad
que por fin encuentro.
De Los desperdicios del polvo, 2018
Santiago Grijalva (Ibarra, Ecuador; 1992) Poeta, editor y psicólogo social comunitario. Publicó los poemarios; La revolución de tus cuerpos (2015), Arreglos para la historia poemario (2017), Los desperdicios del polvo (2018) Cerrar una ciudad (New York Poetry Press, 2019), Propositti della belleza (Propósitos de la belleza; Raffaelli Editore, 2020). Consta en la Antología de Poesía Española Contemporánea "Y lo demás es Silencio Vol. II" (Chiado Editorial; Madrid, 2016), Seis poetas ecuatorianos (Editorial Caletita; México 2018); está incluido en la selección de poetas ecuatorianos «Voices form the center of the world» realizada y traducida por la poeta Margaret Randall. Sus poemas han sido publicados en varias revistas digitales en Iberoamérica. Participó como invitado en diversos festivales de poesía nacionales e internacionales. Coordinador del Encuentro de poetas en Ecuador “Poesía en Paralelo Cero”.