22 Nov 2024

214. POESÍA CHILENA. DAVID ROSENMANN-TAUB

-20 Mar 2021
Poesía

 

QUE NO ENTURBIE TUS VEREDAS

el barro de mis pisadas,

Echaurren, derrocadero,

Echaurren, calle escarlata.

 

Entre las uñas del sol,

a lo verde nunca alcanza,

crepitante, lacerado,

tu arcedal, como mi alma,

Echaurren, calle difunta,

Echaurren, calle sonámbula.

 

Con los iris en las manos

en vano te ofrendo gajos

lacres de hidromiel de esperma

y ácidos azucarados.

 

Desde la entraña del hijo:

«Padre, ¿por qué andas descalzo?»

Desde la ausencia del padre:

«Hijo, es tarde, apura el paso.»

Y te clama mi tortura

y me persigues clamando.

 

Echaurren, donde nací,

no te conocen las ramas:

a lo verde nunca alcanza

el barro de mis pisadas,

a lo verde nunca alcanza

el barro de mis pisadas.

 

de El Zócalo (Cortejo y Epinicio I)

 

 

LO INDISCUTIBLE

 

¿Dios? Preocurrir: arbitrario;

posocurrir: sistemático.                

 

de Me incitó el espejo

 

 

LOS ENIGMAS DE DULCINEA

 

 

   1.

Pezón.

 

   2.

Ascua.

 

     3.

            Nonada.

 

       4.

           Sed.

 

                                                      5.

                                                 Ausencia.

 

 

de En un lugar de la Sangre

 

 

FICCIÓN

 

El duelo de la luz: la luz del sueño:

el sueño de la luz: la luz del duelo

—luz de la luz del sueño, luz del ritmo—:

la bondad del reflejo (aciago círculo):

el ritmo de la luz —duelo del duelo—.

 

Duelo del aire: sueño,

¿sobre la luz, bajo la luz, me cruzas,

sueño del aire: duelo?

 

Rasa reconditez, ¿cruzas el aire?

El duelo: el aire: el duelo: el duelo. ¿El aire?

Luz del duelo

del sueño: hábil oruga:

loma del sueño: persuasor que atrae

himen espádice:

 

duelo del aire: sueño,

¿bajo la luz, sobre la luz, me cruzas,

sueño del aire: duelo?

 

¿La luz del duelo: el sueño de la luz?

Duelo: sueño del aire:

sueño del sueño de la luz, ¿me cruzas?

La luz del sueño: el duelo de la luz:

peregrinando, nadie.

 

de El Mensajero (Cortejo y Epinicio II)

 

 

PARÍS… GUADALAJARA…

 

Yo podría…

Talcahuano… Pamplona…

Lontananza…

¿Subterránea mampara?

¿Cuestionario? ¿Corona?

Yo podría haber sido otra persona,

y otra persona, yo, que se codeara

con el que yo sería:

¿fastidio?, ¿desconfianza?,

o, peor todavía,

¿dudosa simpatía?

 

de Auge

 

 

EL CARRUAJE LIGERO DE LA NOCHE

Me ayudan

a vestirme.

Listo,

por fin,

de pie,

no me atrevo a salir.

 

Debe de ondear la acera

en abusiva gelatina. Temo

asomarme a la puerta:

puede verme

el cochero y llamarme.

La criada, en su reino:

«Churumbel, no se atrase.»

 

¿Libertad?

Ascender

hasta el asiento blando,

dejándome llevar . . .

Las calles agasajan

garapiñosas víboras.

¿Moradas

 

o desperdicios? Unta

la niebla los umbrales.

Los caballos

avanzan

como si no pisaran.

Y me quedo dormido:

con abandonos de pestañas gruesas,

 

enlutados,

los astros me reciben:

el carruaje ligero de la noche…             

Me ayudan

a vestirme.

Listo,

por fin,

 

de pie,

no me atrevo a salir.

Debe de ondear la acera

en abusiva gelatina. Temo

asomarme a la puerta:

puede verme

el cochero y llamarme.

 

La criada, en su reino:

«Churumbel, no se atrase.»

¿Libertad?

Ascender

hasta el asiento blando,

dejándome llevar . . .

Las calles agasajan

 

garapiñosas víboras.

¿Moradas

o desperdicios? Unta

la niebla los umbrales.

Los caballos

avanzan

como si no pisaran.

 

Y me quedo dormido:

con abandonos de pestañas gruesas,

enlutados,

los astros me reciben.

          

 

de La Noche Antes (Cortejo y Epinicio IV)

 

 

HIMNO

 

Mi cuello: el viento.

Mi pecho: el mar.

Los eriales: mi acento.

La luz: mi barragán.

 

Estas palabras: mi contento.

La cordillera: mi aguardar.

Un nicho alienta como aliento

cuando me da por recordar.

 

Aquel rumor anhela: crece.

Aquel guijarro: de mi ceño.

Pinares o mi espalda.

 

A ras de amor, todo se me parece.

Con algazara,

libre,

 

me recibe

la oquedad en su falda.

 

de Oó, o

 

 

EN EL NÁUFRAGO DÍA DE MI NAVE MÁS BELLA

 

me encaramé sobre su mastelero

para mirar el mar.

 

No había mar: no había ni su huella:

no había ni el vacío dese día postrero.

Sólo había mirar.

 

Miré el mirar del navegar que espero.

 

                                     de Quince

 

 

DIÁFANO PENSAMIENTO:

–Oscuridad, te siento.

 

De Poesiectomía

 

 

GENETRIX

 

Acabo de morir: para la tierra

        soy un recién nacido.

 

de El Zócalo (Cortejo y Epinicio I)

 

 

 

David Rosenmann-Taub nació en Santiago de Chile en 1927 y reside en Estados Unidos desde 1984. Su proyecto poético, que comenzó desde su infancia, es el de un pensador en un constante análisis de la realidad, que apunta siempre a lo esencial. El poeta y crítico español, Eduardo Moga, ha escrito: “A David Rosenmann-Taub, la característica que mejor lo define es su condición de poeta total, esto es, de un poeta que atiende a todos los aspectos de la realidad y que moviliza todos los recursos del lenguaje.” Una de sus originales contribuciones es su comprensión del ritmo como un factor natural, esencial en la poesía. Ha declarado: “Cada poema tiene, en mí, su partitura”. Ofrecemos una muestra de ello aquí en uno de sus poemas. Tiene más de 28 libros publicados y una extensa obra inédita. Ha sido traducido a varias lenguas, se han publicado antologías en distintos países y numerosos ensayos sobre su obra. David Rosenmann-Taub es un carácter único y excepcional en el panorama de la poesía actual. Es además un notable compositor, pianista y dibujante.

 



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