FIRST SERIES
El viento se adelanta hacia tus hombros
estalla como un canto y te cobija
Enjuagas los brazos en la luz
la misma luz que hurga tu cabeza
y crece vorazmente por tu barba
Furiosa luz raspando los contornos
de la voz que despeñas con la boca
herida en la sal de los abismos
No hay peces que ponerse en estas redes
Sacúdete la espuma de las piernas
Hombre de luz endurecida: ¿quién señala
los pasajes que predican tu dulzura?
Sólo el mar
en el fondo de tus manos
empieza a abrir sus alas como una mariposa.
De Prueba de galera.
MILIQUINIENTAS
Soy cabra y tiro al monte.
Pelo de piedra me llevo cuesta arriba
empecinada piedra sobre más piedra
detrás del abrojo.
Contra el jugo del sol levanto el diente
sol con espinas me escarba los ojos.
Como relámpago de polvo me estoy creciendo
moliendo dentro.
Soy cabra y tiro al monte.
Pondré mi hueso encima
todopelado.
De Continuidad de los cuadros.
DESCABEZO ESTATUAS
Me canso de frotar una palabra con otra
y hacer chispita
ya no quiero poner esta letra aquí,
esta tonta coma
Pido una zancadilla para que caiga de narices
el alto verso
Quiero sacar las palabras de mi casa
a empujones
y coger al pronombre por los pelos
hasta hacerle confesar la dirección del sustantivo
para entrar a su línea dando voces
para arrimarle un clavo entre los ojos
para aplastar con mis pies a sus mansos adjetivos
para agarrármela a escobazos con los verbos conjugados
con los verbos no conjugados y con los adverbios
si me miran mucho
Quiero abrir las ventanas y que entre
una luz no escrita
y apilar los libros en el patio
y colgar la máquina de escribir en la pared
como una cabeza de venado con su bala
limpiamente acertada entre la M y la N
antes de prender fuego a la casa
y bailar con mis amigos sobre la lengua de Vallejo
sin tener después que juntar los pedazos
y contarlo llorando en un poema.
De Piel alzada.
SAL SI PUEDES II
Vivo en la casa de la poesía.
Subo despacio sus escaleras
y también, saltando, las bajo.
Me siento en la silla de la poesía,
duermo en su cama, como en su plato.
La poesía tiene ventanas
por donde se deja caer
mañanas y tardes,
y bien me cuelga una lágrima
bien sopla hasta tumbarla / Con esto
quiero decir que trae
curitas y heridas
en la misma canasta.
Yo quiero tanto a la poesía que a veces creo
que no la quiero / Ella me mira,
mueve la cabeza y sigue tejiendo
poesía.
Como siempre, me quedará grande.
Pero cómo decirle / cómo decirle
quiero salir / quiero freír
honestamente mis espárragos...
Ya la veo alcanzándome
con su botella de aceite
y su loca sartén.
Ya la veo,
con su atadito de espárragos
saliéndole de la manga.
Ah su frescura / su fulgor desordenado
y el demorado compás con que me cerca.
Y yo me rindo / me rindo siempre porque vivo
en la casa de la poesía / porque subo
las escaleras de la poesía
y porque también las bajo.
De Tablillas de San Lázaro.
HABLA EL PEQUOD
Oh las tantas maromas y dientes de cachalote
que me adornan en pie o grito de guerra
contra la bestia solo dientecitos de leche
y el castillo de proa, la popa,
el bauprés, el palo mayor
o las hinchadas velas
más valdría haber sido simplemente un ataúd
o no salir nunca del puerto
nunca talados los árboles que me hicieron
navegar
me importa un bledo
el aceite que mueve el mundo
vomito por la borda
por las vueltas
que da el mundo
ah si hubieran quedado
tantas manos en su sitio
desde el principio
al pairo, fijas
(como tu bello corazón:
bola de esparto
contra las vías de agua)
taponadas
cegadas manos
desde siempre quietas
vería yo aún pasando
en los bosques de Arrowhead
sin nombre, sin historia
dichosas, minúsculas, livianas mariposas
sobre mí
y no estos buitres de vinagre,
pululantes, insaciables olas...
De La silla en el mar.
Rossella Di Paolo nació en Lima en 1960 y forma parte del grupo de poetas surgidos en la década del ochenta. Estudió Literatura en la Pontificia Universidad Católica del Perú, y ha publicado cinco libros de poesía: Prueba de galera (Antares 1985 y Paracaídas 2017), Continuidad de los cuadros (Antares 1988 y Paracaídas 2018), Piel alzada (Colmillo Blanco 1993 y Paracaídas 2019), Tablillas de San Lázaro (Fondo Editorial PUCP 2001 y Paracaídas 2020), La silla en el mar (Peisa 2016), Premio Luces de El Comercio al “Mejor Libro de Poesía del 2016”. Poemas suyos aparecen en diversas antologías de poesía peruana e hispanoamericana. Fue docente universitaria y dirige talleres de poesía en la Pontificia Universidad Católica del Perú, en la Casa de la Literatura Peruana, en el Museo Metropolitano de Lima, entre otros. Colabora con artículos y reseñas en revistas literarias peruanas, y participa en ediciones y exhibiciones multidisciplinarias de poesía, pintura y fotografía. Premios y homenajes: Homenaje a Rossella Di Paolo en el I Encuentro de Escritoras Peruanas del Instituto Cultural Peruano Norteamericano (Icpna), 2019, Premio Casa de la Literatura Peruana 2020, Personalidad Meritoria de la Cultura del Ministerio de Cultura, 2020.