22 Nov 2024

224. POESÍA ARGENTINA.LUISA FUTORANSKY

-02 May 2021
Poesía

 

POEMA

 

A veces uno se encuentra sucio, atascado y con la vergüenza de aguantar lo que nos hicieron, lo que nos hacen y poner la cara a lo que hacemos.

 

Sucede también enojarse de impotencia ante los fracasos cotidianos y las cosas imposibles de obtener.

 

Sucede no poder reír en esta ciudad triste y egoísta.

 

Sucede el miedo de quedarse toda la vida atornillado a la oficina.

 

Está el terror de levantarse y ya no ser amado o dejar de amar.

 

Está no sucumbir en el teatro y pronunciar las palabras exactas para defenderse.

 

Está saber qué hacer con tanto amor y dónde guardar tanta esperanza; pero es muy difícil con esto intentar apenas un poema."

 

De Trago fuerte (1963)

 

 

HISTORIA DE TZIGANOS

 

En memoria de Itzak Leizer, mi abuelo, porque a

los cinco años me enseñó la historia del mundo.

 

Tomo el fuerte, fino, ancestral hilo de voz

y pese a que la palabra no es menester de mujeres,

con el valor de la inconsciencia,

la mano golpeando el pecho y la cabeza baja,

entro en el sitio desconocido pero certero del misterio.

 

No puedo nombrar la vedada raíz que nos sustenta

ni la obcecada tenacidad de la luz.

Simplemente han sido.

El orden se respeta y las estrellas, voluntariamente,

no cambian su lugar.

 

Qué lejos la vecindad poderosa

que permitía el rostro del milagro!

Qué lejos el testimonio!

 

Con perfidia, la niebla se arropa en nuestros nombres.

Los ríos enmudecen.

Sólo de ti, oh belleza del inicio

restan algunos muros olvidados.

Alguien llora tu ausencia

y el secreto inefable persiste en las aguas.

 

Tradición cruel, todos los infiernos de la historia

se legan de palabra en palabra

de sangre en sangre

de expiación en expiación.

 

Espesos, los siglos han cubierto la miel y la leche,

tanto, que los hombres perdieron el lenguaje de los elementos.

Es hora de limpiar nuestras arpas

y levantar las hojas de los sauces

para que los melismas ocupen la voz de ciertos jóvenes.

El hálito de Lo Que Es

resucita viejos verbos

hasta que caen las vestiduras de la infamia.

 

Quién osa medir las consecuencias del tiempo?

Quién osa aborrecer de los justos?

 

La paz, oh la paz, levanta su letargo.

 

Obedezco el mandato. Ciegamente. Hablo.

 

De El corazón de los lugares (1964)

 

 

LLANOS DEL SUR

 

                                          A Kity y Ricardo Futoransky, entrañables

 

los calmos bergantines las flores más sangrientas los lienzos de la discordia los panes del milagro

 

adjetivos y ritos profusamente iluminados

por la luz mala y fosforescente de lo corrupto

se yerguen de la llanura atrás del acero oxidado de sus armaduras

allí donde el ganado abona el suelo

pero las simientes olvidan crecer

 

extensión de la condena soledad es tu nombre

repiten las aves que graznan augurios

 

el sol no tiene prisa en tu calvicie

los vientos fatigados se detienen a contemplarse en tus riachos

pampa de la desesperanza

sólo tu feroz tenacidad hace que entres

por la puerta grande de la tragedia

 

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llano enrojecido

llano del atardecer donde la palabra descubre el secreto

y los pájaros enloquecen de temor

 

hora en que los elementos son un haz vandálico

un estremecimiento prolongado en el espinazo de los vivos

hora en que los hechiceros soplan las narices de los enfermos

pero no logran felices resultados

hora en que la lejanía y la vecindad de los estrechos

confunde aguas y tierras

 

únete viento

ven basilisco que es tu turno

huye unicornio por las altas gramíneas

refúgiate en los tapices de las damas

que ya las maderas del presagio

arden en razones de cuidado

y el silencio es un enigma que no predice

un solo día venturoso

 

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entre la cima y el valle

el menor esfuerzo, nada agotador

nada que turbe la indiferencia de las tierras llanas

ciudad cuyo medio propicio es la humedad

pulpo extendido, ambiguo y perezoso

tu abrazo es el ahogo febril que impones a los otros

ansiosa ciudad gris

a la que es necesario ganar palmo a palmo la alegría

ciudad de artilugios y espejismos

con su poder agazapado en las tinieblas

contigo los pactos de honor

están destinados al fracaso

ciudad perdida en estéril oratoria

y en la retórica infernal de los posesos

predispuesta de antemano a la condena

cuando las algas se adueñen de tu estridencia

y el limo se solace en tus bodegas

cuando te sumerjas en la noche sin espejos

¿quién tendrá piedad por tu arrogancia?

 

cuando los peces retiren sus ovas

de los recovecos de tus construcciones

otra vez un ingenuo, un loco, un guerrero

un fanático, un ambicioso, o todos ellos juntos

o alguien con todos y más de estos defectos y virtudes

erigirá un fortín en el desierto

y te llamará de alguna nueva o vieja manera

buenos aires

 

De Babel, babel (1968)

 

 

EGEO

 

Hay para Ulises un sonido que contiene

todo lo ya visto y lo por venir;

hay un desgarramiento que podría ser

el primer gemido placentero

de todas las vírgenes del mundo,

un alcohol que es el mismo zumo

que bebiste en algún sitio,

en algún sueño

 

la sirena contempla tu confusión

y no puede ayudarte

 

no hay casa

ni chimenea

ni ancianos

que te reconozcan por la voz

(como en el tango)

 

mientras Penélope goza con amigos y enemigos,

oh! estúpido Ulises,

babeas literatura por estas aguas fastuosas

para el prestigio de la muerte

y el olvido.

 

De Lo regado por lo seco (1972)

 

 

VIOLENTO DESEO DE MÉXICO

 

Hay una ciudad lejana

que tiene dispuesta su historia para mis indecisiones

nombres fabulosos para mi imaginación

y grises muy intensos para las noches dolorosas.

 

Allí también existe algún temblor violento

que mi vida todavía no conoce;

por ello te reservo, ciudad

los pocos restos salvados del naufragio de mi inocencia

y de emplear todo el fervor, tal vez podría ofrecerte

jirones esplendorosos y tizones humeantes de mi juventud.

 

Debes tener aldeas costeras

habitadas por pescadores sabios y silenciosos

diestros en la magia y el conocimiento del olvido

que me donarán las palabras para protegerme

y en antiguos mercados, donde el color y los olores

suscitarán una tormenta de misterio,

las mujeres que venden amuletos y especias

sabrán la medicina exacta para mis dolencias.

 

Cuando por fin tus ruinas, ciudad

me entreguen la llave secreta para que intente descifrarlas;

entablaremos una larga conversación entre iguales

y gananciosa de habitarte, extenderé mi alegría

por los salvajes laberintos de tus claroscuros

hasta dar con la cifra que faltaba a mi estatura.

 

Como ves, ciudad no es amor lo que te pido

porque desde siempre, mi ley ha sido que esa cuenta

debe cada uno saldarla por sí mismo.

 

De El nombre de los vientos (1976)

 

 

VITRAUX DE EXILIO

 

Toda la eficacia de los nombres

que trabajosamente la imaginería construyó para fascinarte

se derrumba silenciosa:

un rico cementerio de cenizas

eso es hoy tu geografía.

 

Aprendiste a costa de tu juventud

y de gran parte de tu inocencia

que estar solo en un despojado suburbio de las pampas

o en la fastuosa Samarkanda

tiene la misma dimensión de olvido o de tragedia;

que el viento nunca tuvo piedad para esparcir

las piedras y los muertos, que sólo los turistas de solemnidad

se fotografían ante los vidrios de colores

 

porque decir país es musitar apenas cuatro letras

y tras ellas la densidad de secretas combinaciones

lápidas de extraños que llevan nuestro nombre

y pálidas fotos que conservan el eco de tu paso

hacia el amor o la desesperanza.

Es también la memoria de trabajos fatigosos

o quizá alguna vieja melodía

que retiene los primeros riesgos de tu juventud.

 

Un país es tu nombre

y la ácida violencia con que acude una palabra

a tu indefensa boca de viajero.

Es un mapa con un río cuya desembocadura y nacimiento

se unen, curiosamente, en el punto exacto de la tierra

que desea abonar tu osario.

 

Son amaneceres, insomnios, saludos, cólera,

un brazo, un hombro, diminutivos, insultos,

despedidas, jardines, encuentros, temblores,

promesas, otoños, rieles, desafíos,

sustantivos absolutos que no admiten

otra explicación a su peso de fantasmas:

éstos y no otros.

 

De Partir, digo (1982)

 

 

PROBABLE OLVIDO DE ÍTACA

 

Las pequeñas historias, los lugares, rostros y olores                                        

se asesinan los unos a los otros.

Un país se te encima al de ayer,

un rasguño puede escamotearte la gran cicatriz.

La palabra entonces, suele convertirse

en un vicio vergonzante de soledad.

¡Y qué te resta, luego de tanta frágil arrogancia!

Descubriste el vacío en todo vértigo

y sin inmutarte cargas el sino que te corresponde:

tu sitio, ya lo sabes,

partió cuando llegaste.

 

De La sanguina (1987)

 

 

RECETA DE COCINA

 

Antonin Artaud escribía al editor de una revista:

 

“La literatura propiamente dicha me interesa poco, pero si de casualidad juzga apropiado publicar el poema, le ruego que me envíe las pruebas pues me importa mucho cambiar dos o tres palabras”.

 

El secreto del trabajo de escritor reside —creo—, más allá del genio, la felicidad o la locura, en el cambiar hasta el suspiro final del texto, las dos o tres palabras que por no ser exactas, sobran, distraen o importunan.

 

De Cortezas y fulgores (1997)

 

 

LA SIN TIEMPO

 

deshice casas

perdí bibliotecas

me fui con lo puesto

en una valija

dos valijas

tres

indivisible

la trinidad

es

 

lágrimas

patitas

para qué te quiero

 

las actrices pobres y viejas

terminan sus días emparedadas

tomando mate

en un asilo temible

la Casa del teatro

 

¿Acaso no matan a los caballos?

 

De Antología Poética (1996)

 

Luisa Futoransky (Buenos Aires, 1939) ha publicado una veintena de poemarios y cinco novelas desde 1963, su obra ha sido traducida al inglés, francés y alemán y premiada en diferentes países. Actualmente reside en Francia. Estudió literatura anglosajona y contemporánea con Jorge Luis Borges en la Facultad de Letras de la Universidad de Buenos Aires, aunque por imposición familiar se recibió de abogada. En 1971 viajó a Estados Unidos para participar en el International Writing Program de la Universidad de Iowa. Vivió luego en Italia, Israel, Japón y China antes de instalarse en París en 1981. Sus libros más recientes son Marchar de Día (2017), Los años argentinos, primer volumen de su poesía completa (2019) y el flamante Humus…humus (2020).

 



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