IMPRESIÓN AZUL
a primera hora de la mañana
el metro es una nave
una escena de ciencia ficción con gente levitando
a primera hora
empresarios
mujeres con tacones de aguja en el bolso
niños dormidos
el metro es un gusano atroz
la sombra de la ciudad allá arriba
a primera hora el humo gris de los coches
gris como el cielo que llueve sobre mojado
como el Mar del Norte
como la estación de Monet
azul y gris azulado
como los tejados de Caillebotte
como las buhardillas que veía en París
desde mi ventana
el mismo humo el mismo cielo
los mismos rostros grises azules
los mismos cuerpos
que antes de haberla empezado
desean que ya termine la jornada laboral
LAS PIONERAS
me pregunto si las mujeres de Silicon Valley
rezan el rosario
si se reúnen por la tarde y charlan en corro
a la sombra de la tecnología
pienso que deben hacerlo
que allí también crecen cardos en las tejas
y resuenan las campanadas de la torre
las invoco siento su cercanía y hablo con ellas:
sois fuertes mujeres del cristal
vuestras manos iguales a las de mis abuelas
rezad por vuestros hijos
para que no sucumban al éxito y a la robótica
ellas me clavan sus ojos atravesados
de un sueño americano
permanecen en silencio
con la certeza
de que la tierra prometida aún no ha llegado
EL DESPERTAR DE LAS PALMERAS
cae un cielo metálico amarillo
abismo celeste donde los ángeles
cantan al metal
el nervio de sangre se abre paso
desde las palmeras de Menlo Park
hasta Colorado
cañones tierra pura que escucha
los cascos de una yegua
no hay lugar para imágenes de vírgenes
en las oficinas transcontinentales
solo queda sitio para el amor
que cabe en un vaso de agua
en el tronco de este árbol partido
por el rayo
el tren traza la sangre
los hijos se lavan la cara con el sol
que ilumina ríos un pez dorado
a los trabajadores que esperan
que el desierto abra sus puertas
y miran un momento lo luminoso
antes de entrar en la oficina
CRÓNICA DE SILICON VALLEY
…entonces mujeres y hombres llegan
a la gran bahía y se instalan en Mountain View
más allá de los acantilados celestes
y las charcas que hierven en arcoíris
¡eureka! gritan porque han encontrado una tierra
donde crecen frutas y el cielo es azul
poco después barren a los pueblos originarios
y la fiebre del oro hace sudar a los habitantes
bajo las mantas
las mujeres bordan flores en la tierra y escriben:
(asentamientos de los indios modocs al norte
una escuela donde los hijos primigenios van a clase
y una ermita del siglo XVIII al borde del agua)
tiempo más tarde un niño señala el cielo
que empieza a cubrirse de grúas y aves de hierro
ocho traidores caen en la filosofía y el capital
se abrazan a Rockefeller y las startups florecen
ya se atisban las tripas de la industria
y mientras tanto las mujeres se reúnen en el porche
de una casa blanca
dicen el precio de las sandías ha subido en el mercado
un carro medio lleno cuesta unos cuarenta dólares
sin contar la leche
hasta el porche llega un olor de carne frita
es casi mediodía y el cielo es azul
FÓSILES EN MOVIMIENTO
camino por las calles y me reflejo
en miles de ventanas
el aire sabe a estallido de primavera
me resguardo bajo un paraguas de nenúfares
a salvo del agua que chorrea
atisbo oleadas de montañas cláxones
y taxis amarillos
una excavadora ruge cerca
remueve la arena convertida en ceniza
espectadores atónitos observan
el crujir de los minerales
sedimentos de otro tiempo
me acerco piso la acera
en el barro hay arcos trozos de moluscos
la marca de un animal que se arrastró
hace millones de años
un revuelo de hojas fosilizado
la excavadora remueve la tierra
y el aire se queja
pronto topará el metal con la osamenta
de un dinosaurio
aparecerá en National Geographic
los niños vestidos de uniforme vendrán a verlo
la ciencia debatirá sobre de qué se alimentaba
si la piel escamosa era verde o amarilla
y yo te llevaré a verlo de la mano y diré
ha aparecido un gran animal muerto
tan grande como un autobús público
pesaba cinco toneladas y se alimentaba de hierba
EL ESPEJO
me despierto y digo
te despiertas y dices
que la poesía es un caballo azul de madera
que eso no existe
que el alma es el corazón que bombea
o la Avenida Callao mojada
esta mañana entre cigarrillos
esta mañana de verano
mi cuerpo estremecido
tu cuerpo león dorado
reflejado en un espejo
reflejado en un río
donde cabe la ciudad entera al mediodía
donde cabe un cerezo en primavera
el retrato de Frida Kahlo con monos
el retrato de un dictador en rojo
un ladrido
esta escena
la luz entra por la persiana
ilumina la toalla sucia del baño
y este poema
TERCER CANTO
llueve afuera llueve fuego
nuestros rostros se debaten entre el vértigo y la ruina
llueve un café chamuscado
música de jazz
cae agua en la cabeza de ciervo que nos mira
llueve aquí y también debe de estar lloviendo
en el Hotel d’Alsace
nuestros cuerpos
se entrelazan en un beso nunca
dado bajo las escaleras sucias del bar
a la hora del púlpito
del primer astro
a la hora de relojes atrasados
del sexo
Oscar Wilde se debatía entre el champán
más caro y el papel pintado en la pared
debía de llover también entonces
debía de tronar
¿dónde estaba entonces Alfred Douglas?
es posible que en su pensamiento
o en los bajos fondos vestido de arlequín
lloraba seguro como lloramos ahora
en este momento en que un ángel con patas de perro
apoya su dedo en nuestras espaldas
y vemos a Wilde
a los parias
vemos la factura de la habitación
escuchamos el gemido de un toro
nos miramos
y llueve llueve llueve humo en esta calle
y en la Rue de Beaux Arts
entre la ópera y el supermercado
todo lo oscuro se abre dijo un poeta
y llueve llovemos
llueve afuera adentro
en un hotel cochambroso
en esta casa
donde por fortuna
nadie se toma la vida demasiado en serio
UN PERRO ANDALUZ
te miraban cien mil ventanas humo en los puertos
te miraba el cielo afilado
los gitanos
una brisa de pájaros por el río de Nueva York
caminabas mojado de flores con fuego en tu mejilla
el claxon de los taxis era el mismo grito
de las mujeres tras sus abanicos negros
vapor minotauro flauta en la orilla
mi fuego el tuyo
bocinas de barco
caminabas y alguien cantó:
rojo te quiero verde amarillo perro andaluz
rosa gris dibujado naranja sea tu azul
miro las alturas
te miro me miro
azules lejanos
Lorca de los cielos y caballos heridos
del rayo que cayó en el asta desolada
viene la Luna viene la arena
me sangra el labio
a la hora del llanto por Sánchez Mejías
por un Antonio carmesí
llega un aire de tangos
la química y sus elementos
arsénico cadmio plata sodio
poeta de llanto y praderas
del progreso imaginario
resguarde tu voz nuestra intemperie
y sea de todo aquello que resplandece en la tierra
7 poemas de Unicornios (Buenos Aires Poetry, 2020) y uno inédito.
Paula Díaz Altozano (Madrid, 1990). Becaria de Doctorado en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense de Madrid, con una tesis de fotografía artística. Licenciada en periodismo y grado profesional de música (piano). Máster en Comunicación Política (UCJC). Becada por el programa Erasmus + prácticas para residir en París y por Acciona para estudiar el máster de la Escuela SUR de Profesiones Artísticas, con sede en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Ganadora del primer premio del VIII Certamen Literario de Relato Alonso Zamora Vicente’ (Universidad Nebrija) y finalista del IX Certamen universitario de relato corto Jóvenes Talentos Booket-Austral. Poemarios: A orillas de París (2018), Ríos de carretera (2019) y Unicornios (2020).