MULES
On the great Tibetan
salt route they meet me again
old forsaken friends ...
On their faces
fatigue of a drunken sleep
their lives worn out,
their legs twisted, shaking
from carrying
illustrious flags of bleeding ascents.
Age long bells clinging
to them like festering wounds
beating notes
of a slavery modernism brings:
cartons of Iceberg, mineral water bottles,
solar heaters, Chinese tiles, tin cans, carom boards
sacks of rice
and iodized salt from the plains of Nepal Terai.
Butterflies of
the terraced fields know their names.
Singing brooks tempests
of their breathless climbs.
Traffic alert
and time-tested, they climb
carrying
dreams of posh peacocks
pamphlets
of a secret religious war
filth
of an ecologist’s sterile semen
entire kitchen
for a cocktail party at the base camp
defunct development
agenda of guilty donors
the West’s weird visions
lusting for an instant purge.
Stone steps
of the mountains embossed
on their drugged brains,
like lines of aborted love
scratched
on the historic rocks of waterspouts.
Starry skies
of the dozing valleys know
the ache
of their secret sweat.
Sunny days
along the crystal rivers
taste
of their bleeding eyes.
Greatest fiction
of the struggling lives lost,
like real mules
clattering their hooves on the flagstones,
in circling
the cruel grandeur
of blood thirsty
mule paths around the glaciers of Annapurnas.
MULAS
En la gran ruta de sal del Tíbet
Se vuelven a encontrar
Viejos amigos abandonados...
Sus rostros muestran
La fatiga de sueños ebrios
Sus vidas agotadas,
Sus patas torcidas, temblorosas
De cargar
Banderas ilustres de subidas ensangrentadas
Les cuelgan campanas envejecidas
Como heridas infectadas
Que tocan notas
De esclavitud moderna
Contenedores de Icebergs, botellas de agua mineral,
Radiadores solares, azulejos chinos, latas de aluminio, tableros de Carrom
Sacos de arroz
Y sal ionizada de las planicies del Terai nepalí.
Las mariposas de
Los campos aterrazados saben sus nombres.
Cantando sobre las tempestades soportadas
En escaladas sin aliento.
Alertas al tráfico
Y contra el tiempo, escalan
Cargando
Sueños de lujosos pavos reales
Panfletos
De una guerra religiosa secreta
Suciedad
Del semen estéril de un ecologista
Toda una cocina
Para un cóctel en la base del campamento
Desarrollo obsoleto
Agenda de donantes con culpa
Las visiones extrañas de Occidente
Deseando una purga instantánea.
Escalones de piedra
Talados en las montañas
Sobre sus cerebros drogados,
Como líneas de amor abortado
Rayados
Sobre las rocas históricas de las gárgolas.
Cielos estrellados
De valles somnolientos conocen
El dolor
De su transpiración secreta.
Días soleados
Sobre los ríos cristalinos
El sabor
De sus ojos sangrantes.
La mayor ficción
De las vidas perdidas,
Como mulas reales
Retumbando las pezuñas sobre los adoquines,
Envolviendo
La grandeza cruel
De los caminos de mulas
Sedientos de sangre de los glaciares de losAnnapurnas.
LITTLE PARADISE LODGE
My pen frozen against
the daggers of Annapurnas…
On an oblong shapeless plank chopped
from a sandal wood tree trunk and used as a table
I place my elbows
and hold my face in my hands.
Blinding snows of the Annapurna Ridge,
Hyunchali, shining in the eye of my mind,
I sit in the spacious courtyard of your paradise lodge,
deciphering the shrill notes of birds in the mossy trees.
One bird initiates a lilting note
like our meeting while
other lets loose a racket of breath-whistles
ending with question tags—
Can I stay longer, at least one more day,
in your little paradise lodge?
Two birds playing in the crimson cherry tree
stir a chord that seems
like opening up of the blossoms
of our bodies—Would you take me away and marry me?
But what about the electric whistle,
this cicada’s constant chirr,
the struggle of our breathless bodies
against dark soot of the night?
The pigeons strutting freely in your courtyard
coo like exhausted porters
climbing the mule paths in the singing gorges.
Their guttural quataquatantankua--
they seem to be using human language,
a kind of hushed speech that robbers might use.
Love, in the courtyard of your little paradise lodge
I see the silence turning flowers into daggers
A herd of cows shuffles past me in a joyous mood
festive like young girls going to a hillside fair
saying -- Don’t go away, Dai, we would be back until dusk with presents…
A cuckoo passes overhead – its distinct ka-ka-ka –
Please do not leave me alone.
I am utterly alone,
stuck on the last mountain of the world
And beyond me just one more mountain
where they say a deity lives
guarding a tiny turquoise lake.
And thereafter nothing but
realm of melting snows
where the souls of the gods live.
PEQUEÑA CABAÑA EN EL PARAÍSO
Mi bolígrafo se congela por
Las dagas delAnnapurna…
Sobre un tablón rectángulo sin forma cortado
Del tronco de un árbol de sándalo y usado de mesa
Apoyo mis codos
Y sostengo mi rostro entre mis manos.
Nieves deslumbrantes dela cresta del Annapurna,
Hyunchali, resplandeciendo en el ojo de mi mente,
Me siento en el patio espacioso de tu cabaña en el paraíso,
Descifrando las notas agudas de los pájaros posados sobre árboles con musgo.
Un pájaro comienza con una nota cantarina
Como nuestro encuentro mientras
Otro desata una algarabía de silbidos
Que terminan en signos de interrogación—
¿Puedo quedarme más tiempo, por lo menos un día más,
En tu pequeña cabaña en el paraíso?
Dos pájaros juegan en el árbol de cerezo carmesí
Hacen resonar un acorde que parece
Abrir las flores
De nuestros cuerpos—¿Me llevarías y te casarías conmigo?
Pero ¿qué sucede con el silbido eléctrico,
Este constante sonido de la chicharra,
La lucha de nuestros cuerpos sin aliento
Contra el hollín oscuro de la noche?
Las palomas que se pavonean libremente por tu patio
Arrullan como porteadores exhaustos
Trepando los caminos de las mulas en los desfiladeros cantantes.
Su sonido gutural quataquatantankua--
Pareciera que están utilizando lenguaje humano,
Una especie de discurso susurrante que podrían usarlo los ladrones.
Amor, en el patio de tu pequeña cabaña en el paraíso
Veo como el silencio convierte a las flores en dagas
Una manada de vacas de buen humor pasa cerca de mí
Festivas como niñas que acuden a una feria en la ladera
Diciendo– No te vayas, Dai, volveremos antes del anochecer con obsequios…
Un cuco vuela sobre mí– con su claroka-ka-ka –
Por favor no me dejes solo.
Estoy completamente solo,
Atrapado en la última montaña del mundo
Y más allá solo una montaña más
En donde dicen que vive una deidad
Que custodia un pequeño lago turquesa.
Y más lejos nada más que
El reino de nieves que se derriten
Donde habitan las almas de los Dioses.
RIVER
Between your marble
shoulders and my hairy chest
the river roaring,
tears, tears, tears...
Between your mellowing
mouth and my scented tongue
a night of flames
and flesh, flesh, flesh ...
Between your hefty thighs
and my throbbing hands
clouds drunk from
the forests of rhododendrons.
Between your almond eyes
and my warm mouth
rain dropping like pearls
on the plump leaves of the jungle.
Between your shimmering skin
and my dark hair grass greener
than the greenest parakeet
growing yellowish from incessant rain.
Between your nights by
the impotent pillow of your husband
and my crazed headpiece
a poem of spring that shall fill my deep wounds,
sprouting flowers, flowers, flowers ...
Between your tulips
and my fragrant pen
a brain-fever bird’s
crazed cry, mad, mad, mad...
Between the sparkle
of your teeth and my sleep
a rain coming
like roar of a starving steam
in the starless
summer gloom of the night.
Between your melon breasts
and thirst of my soft lips
the rage of the river
battering its head against the magic mountains.
Between your decisions
and my flickering lamps
the river mad
you, you poet, you bastard, go away !
RÍO
Entre tus hombros
De mármol y mi pecho peludo
El río ruge,
Lágrimas, lágrimas, lágrimas...
Entre tu boca
Maduros y mi lengua aromática
Una noche de llamas
Y piel, piel, piel…
Entre tus muslos robustos
Y mis manos palpitantes
Las nubes bebieron
De los bosques derododendros.
Entre tus ojos de almendra
Y mi boca caliente
La lluvia cae como perlas
Sobre las hojas gruesas de la jungla.
Entre tu piel brillante
Y mi cabello más oscuro que los pastos verdes
Que el periquito más verde
Que se torna amarillento por la lluvia incesante.
Entre tus noches junto
A la almohada impotente de tu esposo
Y mi loco adorno para la cabeza
Un poema de primavera que llenará mis heridas profundas,
Brotan flores, flores, flores…
Entre tus tulipanes
Y mi pluma perfumada
Un pájaro enfermo, febril
Y su grito desesperado, loco, loco, loco…
Entre el destello
De tus dientes y mi sueño
Se acerca la lluvia
Como el rugir de un vapor hambriento
En la penumbra de la noche
De verano sin estrellas.
Entre tus pechos de melón
Y la sed de mis labios suaves
La furia del río
Que cabecea contra las montañas mágicas.
Entre tus decisiones
Y mis lámparas parpadeantes
El loco río
Tú, tú poeta, bastardo, ¡vete!
A MORNING WALK
Leaving behind
the bed of white lotus
and wheezing
partner of my sleep
I rushed out
toward the bridge
freshly built over
a golden stream.
But on finding
a funeral pyre
burning on its
emerald edge
I closed my eyes
and like some Buddha
in the dark interior
raised my shaking
invisible hands
to salute
the great master,
Death.
UNA CAMINATA MATUTINA
Dejo atrás
La cama de lotos blancos
Y la compañía sibilante
De mi sueño
Me apuro
Hacia el puente
Recién construido sobre
Un arroyo dorado.
Pero al encontrarme con
Una pira funeraria
Quemándose sobre
El borde Esmeralda
Cierro mis ojos
Y como un Buda
Dentro del interior oscuro
Levanto mis temblorosas
Manos invisibles
Para saludar
A la gran maestra
La muerte.
"AT FORTY YOU DIE"
At forty two moons start throbbing
like bright eyes of your own children.
At forty two people you dream of
most frequently, two people who dreamt
of you and your eyes all their lives.
At forty in the early
dawn of your desperate decades
you start dreaming of your mother first.
She comes limping
like a wounded cockroach
from the other world
to clasp your sweaty palms
to kiss your eyebrows
withering under the blind stare
of a merciless sun,
to complains of the tulips that faded
under the blind stare of a merciless sun.
At forty you dream
of your father frequently,
a Buddha or an exhausted god,
a lion repentant for a lifetime,
a familiar stranger who made you
what you are in your dreams
and left you alone,
bleeding on the mule-paths of life.
At forty you see him everywhere,
in the creases of your skin,
in the puffed-out eyelids,
in the fluffy temples
where two crescent moons appear,
silvery and savage like ensuing life’s itinerary.
At forty he lusts in the crazed
fields of your blood vessels.
He escorts you to
the open spaces of his cherished riverbanks
pavilions of tantric priests
ashrams of ascetics before bonfires of annihilation.
He guides you to the bog lands
of his fond memories where once
his beloved woman lived and
then left him, one by one,
“Forgot the old chums, fell in the trap of new ones”
.
She comes limping
like a wounded cockroach
from the other world
to clasp your sweaty palms
to kiss your eyebrows
withering under the blind stare
of a merciless sun
to complain of the tulips that faded
under the blind stare of a merciless sun.
At forty your own woman’s mouth
starts smelling of deceit,
a Bhairab’s mask,
a masculine leer along
the canyons of her body.
At forty you start
questioning questions
and decide to die
like one dies in poetry or books.
Or proverbs that proved false--
People above forty should be shot dead.
You resolve what you didn’t all life long--
to reach out to touch
the rim of unheard horizons
elusive Shangri-la from where no return
to exquisite valleys of life is possible.
But your children’s eyes start
shining like burning stars
along the moons of your secret lusts.
At forty you die to be born again
and again in the theatre of your children’s eyes.
"A LOS CUARENTA MUERES"
A los cuarenta dos lunas comienzan a palpitar
Como los ojos brillantes de tus propios niños.
A los cuarenta dos personas con las que soñaste
Hace poco, dos personas que soñaron
contigo y tus ojos durante toda su vida.
A los cuarenta en la temprana
Aurora de tus décadas desesperadas
Comenzarás a soñar primero con tu madre.
Llega rengueando
Como una cucaracha herida
De otro mundo
Para sujetar tus manos transpiradas
Para besar tus cejas
Marchitándose bajo la mirada ciega
De un sol despiadado,
Para quejarse de los tulipanes que se perdieron
Bajo la mirada ciega de un sol despiadado.
A los cuarenta sueñas
Frecuentemente con tu padre
Un Buda o un dios cansado,
Un león arrepentido de por vida,
Un extraño familiar que hizo
Lo que eres en tus sueños
Y te dejó solo,
Sangrando en los caminos de las mulas de la vida.
A los cuarenta lo ves en todas partes,
En las arrugas de tu piel,
En la hinchazón de tus párpados,
En las sienes suaves
En donde aparecen dos lunas crecientes,
Plateadas y salvajes como resultado del itinerario de la vida.
A los cuarenta desea en los campos
Locos de tus vasos sanguíneos.
Te acompaña hasta
Los lugares abiertos de sus apreciadas riberas
Pabellones de sacerdotes tántricos
Ashrams de ascetas frente a fogatas de aniquilación.
Te lleva hasta los pantanos
De sus recuerdos sentimentales en donde una vez
Vivió su amada mujer y
Luego lo dejó, uno por uno,
“Se olvidó de sus viejos amigos, cayó en la trampa de otros nuevos”.
Llega cojeando
Como una cucaracha herida
De otro mundo
Para sujetar tus manos transpiradas
Para besar tus cejas
Marchitándose bajo la mirada ciega
De un sol despiadado,
Se queja de los tulipanes que se perdieron
Bajo la mirada ciega de un sol despiadado.
A los cuarenta la boca de tu mujer
Comienza a oler a engaño.
A la máscara de Bhairab,
Una mirada lasciva masculina sobre
Los cañones de su cuerpo.
A los cuarenta comienzas
A cuestionar las preguntas
Y decides morir
Como uno muere en la poesía o en los libros.
O en los proverbios que resultaron falsos:
Las personas mayores de cuarenta deberían morir de un tiro.
Solucionas lo que no lograste solucionar en toda una vida –
Estirarse para tocar
Los bordes de horizontes desconocidos
Shangri-la escurridizo de donde no es posible regresar
A los valles exquisitos de la vida.
Pero los ojos de tus hijos comienzan a
Brillar como estrellas ardientes
En las lunas de tus deseos secretos.
A los cuarenta mueres para renacer
Y volver a nacer en el teatro de los ojos de tus niños.
SHALL I KISS YOUR EYES?
Kohl-eyed daughter
of Lorca, milky egret of Guadalquivir,
Mary of Mezquita,
Queen of Cordoba drunk from the scent
of orange flowers, lurid patios
lit from the glow of blood red geraniums
and history’s glorious guilt,
shall I kiss your eyes?
Pearl of the Mediterranean,
blue umbrella of Andalusia enduring
endless inquisitions,
thousand rains and injured sun shines,
Rafael’s own great
grand heiress born out from the confluence
of angular rivers bleeding
in the duenda of flamingo dancers,
shall I go on
my knees like a befallen moor,
a vanquished Caliph to serve
the keys of my smoldering city
to the chuckle of
of the winning Cardinal
and tear a morsel of sweet bread
baked in Aphrodite’s own oven?
Kohl-eyed daughter
of Lorca, milky egret of Guadalquivir, ,
Mary of Mezquita,
Queen of Cordoba
shall I kiss your eyes?
¿PUEDO BESAR TUS OJOS?
Hija de Lorca, ojos delineados con kohl,
Garceta blanca de Guadalquivir,
María de la Mezquita,
Reina de Córdoba, embriagada por el aroma
De flores de azahar, patios estridentes
Iluminados por el brillo de la sangre roja de los geranios
Y la culpa gloriosa de la historia,
¿Puedo besar tus ojos?
Perla del Mediterráneo
Sombrilla azul de Andalucía que soporta
Inquisiciones infinitas,
Miles de lluvias y brillos solares heridos,
La misma gran heredera
De Rafael nacida de la confluencia
De ríos angulares sangrando
En el duende de bailarines de flamenco
Debería seguir
Mis rodillas como las de un moro,
Un califa derrotado para servir
Las llaves de mi ciudad en llamas
A la risita del
Cardenal vencedor
¿Y cortar un pedazo del dulce pan
Horneado en el horno de Afrodita?
Hija de Lorca, ojos delineados con kohl,
Garceta blanca de Guadalquivir,
María de la Mezquita,
Reina de Córdoba
¿Puedo besar tus ojos?
SPACE CAKE, AMSTERDAM
“Don’t panic,” they said,
remain cool like your Krishna,
meditate maybe like Buddha,
uttering ‘Om Mani Padme,’ the jewel in the lotus,
or lie down and relax
like Vishnu on the python-bed
to float on the ocean’s currents,
buoyant on the invisible thread
of your breath in slow motion…
Millions of cats prowled around me.
Smoke from shared sex
and hashish joints stung my eyes.
Unsettling tongue
of an awkward fire fed my stomach.
I skidded queasily towards
a formidable edge,
unknown ominous frontiers of human life…
They laughed a secret laugh
behind my back – “Isn’t it crazy that
this man from Kathmandu should get stoned
from a piece of space cake in Amsterdam?”
“Don’t be serious, laugh,
celebrate the flame of life!” a woman’s voice said.
“Hold my hand; I can imagine
you are alone on this trail.
I’v been there once,” she whispered.
Her tongue curled like a dry leaf in my ear
and crackled “How much did you take,
just a piece? I took thirty-eight grams once,
It can be crazy if you don’t know it’s coming.
Just don’t worry too much.
Don’t lose your control over things.
You can kiss me if you like,
You can pat my back,
tickle my belly or stroke my breasts
for a while, if it comforts you.
Sometimes it can be heavenly,
this licking the rim of the forbidden frontiers of human life.
“That’s what he wants, that’s exactly
what he’s looking for,” a voice leered far off.
“But I have to go ultimately,
I’ve a man waiting at home for me.”
“Maybe read a poem of yours,”
someone said. My heart raced wild
and I heard some-girls gossip in the next room—
What if he gets sick in Europe?
Don’t we get sick in Asia?
“Just take it easy,” another voice echoed
“You won’t go psychotic. Remember one thing,
whatever happens, you can always make a comeback.”
Faces of my dear ones veered past my face.
I felt delicate thread of my life
slipping through my fingers
“Hey man, it’s fine. Don’t worry too much.”
My host shouted. “Drink lots of water.”
Drink black tea or coffee,” a guest suggested.
“Or take lots of orange juice.”
“Maybe sing your favorite song,” a woman said.
“Or recite one of your Hindu mantras.”
“Maybe stick your finger into your throat”
another voice came sheepishly, “And throw up.
You probably haven’t digested everything yet.”
Questions came like wind slaps.
“Can you tell me what they call boredom
in your mother tongue? Do you remember
your email account and password?
Discuss your children, if you have any.
Shall I bring my little daughter before you?
Maybe you’d feel better then,
seeing her brilliant eyes.”
I imagined a child’s face and clung to it,
like a penitent would hold onto
a sacred cow’s tail in his afterlife,
and slept on it, all through the river of blood…
Hours passed by
and then I heard someone say—
What if he had freaked out?
What if Death had stalked our house tonight?
Hearing these words, I woke up
knowing I’d come back, stepped on
the familiar shores of life
where Death’s feared, a distant distrustful thing.
My drowse burst like a glacier that cracks
from rumble of a seed of fire
that explodes somewhere
in earth’s deep sleep.
SPACE CAKE (*), AMSTERDAM
(*) Comida con cannabis
“No entres en pánico”, dicen,
Mantén la calma como tu Krishna,
Medita quizás como Buda,
Repite la frase ‘OmManiPadme,’ la joya en el loto,
O recuéstate y relájate
Como Vishnuen la cama de pitón
para flotar en las corrientes oceánicas,
Desconociendo la amenaza
De tu aliento a cámara lenta…
Millones de gatos merodean a mi alrededor.
Humo de sexo compartido
Y cigarrillos de hachís me irritan los ojos.
Lengua inquieta
De un fuego incomodo alimentó mi estómago.
Mareado patiné hacia
Un extremo formidable,
Fronteras ominosas y desconocidas de la vida humana…
Se ríen en secreto
A mis espaldas - “¿No es una locura que
Este hombre de Katmandúse drogue
Por un pedazo despace cakeen Ámsterdam?”
“No seas tan serio, ríete,
¡Celebrala llama de la vida!” dice una mujer.
“Sostén mi mano; me imagino que
Te encuentras solo en este camino.
Yo he pasado por eso”, susurró.
Su lengua se curvó como hoja seca en mi oreja
Y chasqueó “¿Cuánto probaste,
Solo un pedazo?Una vez, yo consumí treinta y ocho gramos,
Puede parecer loco si no sabes que esperar.
Simplemente no te preocupes demasiado.
No pierdas el control de las cosas.
Puedes besarme si quieres,
Puedes darme una palmadita en la espalda,
Hacerme cosquillas en la panza o acariciar mis pechos
Por un rato, si eso te tranquiliza.
A veces puede ser celestial,
Esta acción de lamer los extremos de fronteras prohibidas de la vida humana.
“Eso es lo que él quiere, eso es exactamente
Lo que está buscando” se escuchó una voz lejana.
“Pero finalmente me tendré que ir,
Tengo un hombre que me espera en casa”.
“Quizás si le lees un poema tuyo”,
Dijo alguien. Mi corazón se aceleró
Y escuché a algunas niñas hablando en la habitación continua—
¿Qué sucede si se enferma en Europa?
¿Acaso nosotros no nos enfermamos en Asia?
“Solo tómatelo con calma”, dijo otra voz
“No te vayas a poner psicótico. Recuerda algo,
Pase lo que pase, siempre puedes volver”.
Los rostros de mis seres queridos se me aparecieron.
Sentí una delicada amenaza de muerte
Escapándose entre mis dedos.
“Oye hombre, está bien. No te preocupes demasiado”.
Gritó mi anfitrión. “Toma mucha agua”.
“Bebe té negro o café”, sugirió un invitado.
“O toma mucho jugo de naranja”.
“Quizás prueba a cantar tu canción favorita”, dijo una mujer.
“O repite alguno de tus mantras hindúes”.
“Quizás si te metes los dedos en la garganta”
Dijo otra voz avergonzadamente, “Y vomita.
Es probable que todavía no hayas digerido nada”.
Las preguntas llegaron como bofetadas de viento.
“¿Puedes decirme cómo se le llaman aburrimiento
En tu lengua materna?, ¿Recuerdas
Tu correo electrónico y tu contraseña?
Cuéntame de tus niños, si es que tienes.
“¿Debería presentarle a mi hijita?
Quizás así se sienta mejor,
Al ver sus ojos brillantes”.
Me imaginé el rostro de una niña y me aferré a eso,
Como un penitente se aferraría
A la cola de una vaca sagrada en el más allá,
Y dormiría con eso, a través de todo el río de sangre…
Pasaron horas
Y luego escuché que alguien dijo—
¿Qué hubiera pasado si perdía el juicio?
¿Si la muerte hubiera rondado nuestra casa esta noche?
Al escuchar esas palabras, me desperté
Sabiendo que había vuelto, di un paso sobre
Las costas conocidas de la vida,
En donde se teme a la muerte, algo tan distante y desconfiado.
Mi sueño estalló como un glaciar que se fractura
Del retumbar de una semilla encendida
Que explota en algún lugar
En el sueño profundo de la tierra.
THE LETTER
In harsh alpine valleys
I walked for days and weeks
meeting no one except
voices of my own ancestors
griffon-beaked visions from my secret lives
tattered souls fluttering
like threadbare prayer flags of peace,
unshaved, unwashed,
smelling like my grandpa in his last days
afraid of snow bites and meningitis
my heavy shoes dangling
like dead albatrosses around my neck,
bleary-eyed, worn-out
brooding over her sudden disappearance
from the cradle of my life’s courtyard
groggy in company of angular angels
grizzly bear and golden eagles
touching the throbbing beats of
wounded mules, their flaccid faces crushed
like moldy beaten rice served
by almond eyed girls with bodies
bright enough to shame an Aphrodite,
offering me salt and rice and chilies
in their makeshift kitchens
along the salt route…
In harsh alpine valleys
after days and weeks of walking
I reached a village beneath shadow
of hushed glaciers where
a mother in threadbare cloak
her eyes, dimly lit lamps
in the flooded terraces of wrinkles
shyly pulled from her blue waistband
a crumpled piece of paper
splotched in Devanagri
glazed from sand grains of a seething desert
a dispatch reeking of blood, tears
and time bombs
a correspondence for me to read
a letter from her son
long lost to the battlefields of Afghanistan…
LA CARTA
En valles hostiles de montaña
Caminé durante días y semanas
Sin encontrarme con nadie más que
Con las voces de mis ancestros
Visiones con pico de grifo de mis vidas secretas
Almas andrajosas que adulan
Como banderas de paz de rezos deshilachados,
Sin afeitarse, sin lavarse,
Que huelen como un abuelo en sus últimos días
Temerosos de las dentelladas de nieve y de la meningitis
Mis zapatos pesados cuelgan
Como albatros muertos alrededor de mi cuello,
Con la mirada nublada, agotada
Pensando en su desaparición repentina
De la cuna del patio de mi vida
Mareado en compañía de ángeles angulares
Osos pardos y águilas dorados
Tocando los golpes palpitantes de
Mulas heridas, sus rostros flácidos molidos
Como arroz mohoso y aplastado servido
por niñas con ojos de almendra y
Cuerpos tan brillantes que opacan a una Afrodita,
Me ofrecen sal y arroz y ajíes
En sus cocinas improvisadas
Sobre la ruta de sal…
En valles hostiles de montaña
Luego de días y semanas de caminar
Llegué a un pueblo escondido bajo sombras
De glaciares silenciosos en donde
Una madre vestida con una túnica harapienta
Sus ojos, lámparas con luces tenues
En las terrazas inundadas de arrugas,
Tímidamente extrajo de su pretina azul
Un pedazo de papel arrugado
Manchado en Devanagri
Transparente por granos de arena de un desierto furioso
Un mensaje que apesta a sangre, lágrimas
Y bombas de tiempo
Una correspondencia para que yo lea
Una carta de su hijo
Hace tiempo perdido en los campos de batalla de Afganistán…
YOU ARE A NEW YORKER
The day you learn to notice
sparkles of sullen silence snapping the darkness
of damp boroughs or stop taking notes
of wild blizzards racing along the signature shore,
You are a New Yorker.
The day you start hearing
Gaga songs in the screeching subway cars,
and stop saying, ‘I don’t know no Spanish’
to Latino visitors seeking directions.
You are a New Yorker.
The day you start understanding
the thick jumble of subway announcements
or roadside pronouncements,
‘You don’t have to be a Rockefeller
to be a generous guy,
You are a New Yorker…
The day you stop taking the free
Staten Island Ferry to click a perfect shot
of the Statue of Liberty,
or stop visiting Times Square at night
and forget to find a way out of its labyrinth
or learn to walk the Brooklyn Bridge
without a secret desire to dangle
a padlock on one of its rafters,
or stop seeing Walt Whitman sitting atop
its edge, looking for his beautiful boys
and vagabond ferries entering the sheltered bay,
You are a New Yorker…
The day you stop fearing
the spy dogs at Grand Central, recognize
the homeless that hang out at Port Authority or Jackson Heights
the day you pass through the shrunken midnight
of Sutphin Boulevard and Jamaica subway stations
without holding your breath in terror,
You are a New Yorker…
The day you start ‘loving’
Starbucks Coffee wafting along
the wide glassy Manhattan Malls
or learn to chew the Brooklyn bagel
or lap up the steaming loneliness
of chatty dog walkers around Central Park
or learn to make love and forget
the face of your partner,
You are a New Yorker…
The day you stop guessing
the origin of the blonde teenager
reading current issue of The New Yorker,
stop looking at the bare shoulders
of Vietnamese girl sitting
on the free Wi-Fi table
near entrance of S’ Nice Village Café
opening and closing like her red lips
on the first day of the winter snow,
the day you pass by Magnolia Bakery
loaded from its famed cupcakes
and moon-sized cookies
the day you stop visiting White Horse Tavern
to pose against Dylan Thomas’ drunken portrait
or stop hearing John Lennon’s voice
climbing the Fire Escape Ladders
of Hotel Chelsea or stop looking for
the room where she gave
Leonard Cohen a blowjob,
You are a New Yorker…
The day you stop gawking at
the gay couples on L train romancing
like Bollywood couples or fervently discussing
pussy power, animal rights, or their ailing pets or parents,
the day you stop staring at the Hasidic Jews of Williamsburg,
their curls dangling out of their black velvet caps
like Lord Shiva’s sacred serpents,
You are a New Yorker…
The day you learn to laugh
like a Latino bartender,
or smile like a Filipino waitress
standing beside her stuffed rose pig like a Queen
or stop looking at the cleavage
of the Nudist poet at Central Park
or learn to check your seat
in a subway for a stain of shit
a homeless might have left for you,
You are a New Yorker…
The day the girl
from Cleveland, Ohio
behind the counter of Greenwich Café
gives you her email
or offers a free top up on your coffee
or lets you take her out
You are a New Yorker…
SERÁS UN NEOYORQUINO
El día que aprendas a darte cuenta
De los destellos del silencio sombrío que rompen la oscuridad
De vecindarios húmedos o cuando dejes de tomar notas
De las salvajes tormentas de nieve que llegan a la costa conocida,
Serás un neoyorquino.
El día que comiences a escuchar
Canciones de Gaga en los ruidosos vagones de metro,
Y dejes de decir ‘I don’tknow no Spanish’(*)
A visitantes latinos que piden indicaciones.
Serás un neoyorquino.
El día que comiences a entender
El barullo pesado de los anuncios del metro
O los carteles de las carreteras,
No tienes que ser un Rockefeller
Para ser una persona generosa,
Serás un neoyorquino…
El día que dejes de tomar el ferry gratuito
De Staten Island para tomar una foto perfecta
De la Estatua de la Libertad,
O dejes de visitar Times Squarede noche
Y te olvides de buscar la salida de su laberinto
O aprendas a caminar el Puente de Brooklyn
Sin ese deseo secreto de colgar
Un candado en uno de sus parantes,
O dejes de ver a Walt Whitman sentadosobre
Su borde, observando sus hermosos niños
Y a los ferrys vagabundos ingresar al refugio de la bahía,
Serás un neoyorquino…
El día que dejes de temer
A los perros espías de la Grand Central, reconocer
A los vagabundos que están en Port Authority Jackson Heights
El día que pases por la medianoche encogida
Del Boulevard Sutphiny las estaciones de metro Jamaica
Sin sostener el aliento por miedo,
Serás un neoyorquino…
El día que comiences a ‘amar’
El olor de café de Starbucks flotando
En los amplios centros comerciales de Manhattan
O aprendas a masticar el bagel de Brooklyn
O aceptes con entusiasmo la soledad furiosa
De los locuaces paseadores de perros de Central Park
O aprendas a hacer el amor y olvidar
El rostro de tu pareja,
Serás un neoyorquino…
El día que dejes de adivinar
El origen de esa rubia adolescente
Que lee la última edición del The New Yorker,
Dejes de mirar los hombros desnudos
De la joven vietnamita que se sienta
En la mesa con Wi-Fi gratis
Cerca de laentrada del café S’ Niceen Village
Que abre y cierra como sus labios rojos
El primer día de nieve de invierno,
El día que pases por la Magnolia Bakery
Repleta de sus famosas magdalenas
Y galletas del tamaño de la luna
El día que dejes de visitar la taberna White Horse
Para sacarte una foto con el retrato de Dylan Thomas borracho
O dejes de escuchar la voz de John Lennon
Subiendo las escaleras de emergencia
Del Hotel Chelsea o dejes de buscar
La habitación en donde ella
Le hizo una mamada aLeonard Cohen,
Serás un neoyorquino…
El día que dejes de mirar sorprendido a las
Parejas homosexuales cortejándose en el tren L
Como parejas de Bollywoodo discutiendo acaloradamente
Sobre poder femenino, derechos de animales, o las dolencias de sus mascotas o padres,
El día que dejes de mirar fijamente a los judíos jasídicos de Williamsburg,
Sus tirabuzones colgando de los sombreros de terciopelo negro
Como las serpientes sagradas del Dios Shiva,
Serás un neoyorquino…
El día que aprendas a reírte
Como un camarero latino,
O sonrías como una moza filipina
Parada como una reina al lado de un cerdo rosa relleno
O dejes de mirar el escote
De la poeta nudista en Central Park
O aprendas a revisar tu asiento
En busca de manchas de mierda
Que puede haber dejado para ti un vagabundo,
Serás un neoyorquino…
El día que la joven
De Cleveland, Ohio
Atrás de un mostrador en Greenwich Café
Te de su dirección de correo electrónico
O te ofrezca un extra gratis para tu café
O deje que la invites a salir
Serás un neoyorquino…
(*) ”No hablo español”
Translated by María Agustina Corrarello
Yuyutsu Ram Dass Sharma (Nakodar, Punjab, 1960). He moved to Nepal at an early age. Poet, journalist and translator. He has published ten poetry collections including, The Second Buddha Walk, A Blizzard in my Bones: New York Poems, Quaking Cantos: Nepal Earthquake Poems, Nepal Trilogy, Space Cake, Amsterdam and Annapurna Poems. Three books of his poetry, Poemes de l’ Himalayas (L’Harmattan, Paris), Poemas de Los Himalayas (Cosmopoeticia, Cordoba, Spain) and Jezero Fewa & Konj (Sodobnost International) have appeared in French, Spanish and Slovenian respectively. In addition, Eternal Snow: A Worldwide Anthology of One Hundred Twenty-Five Poetic Intersections with Himalayan Poet Yuyutsu RD Sharma has also appeared. His works have appeared in Poetry Review, Chanrdrabhaga, Sodobnost, Mudfish, Amsterdam Weekly, Indian Literature, Irish Pages, Drunken Boat, Califragile, Delo, Modern Poetry in Translation, Exiled Ink, Iton77, Little Magazine, The Telegraph, Indian Express and Asiaweek. Half the year, he travels and reads all over the world and conducts Creative Writing workshops at various universities in North America and Europe but goes trekking in the Himalayas when back home. Currently, Yuyutsu Sharma edits Pratik: A Quarterly Magazine of Contemporary Writing. Recipient of fellowships and grants from The Rockefeller Foundation, Ireland Literature Exchange, Trubar Foundation, Slovenia, The Institute for the Translation of Hebrew Literature and The Foundation for the Production and Translation of Dutch Literature.
Yuyutsu Ram Dass Sharma (Nakodar, Punjab, 1960). Es un poeta, periodista y traductor. Ha publicado diez colecciones de poesía que incluyen, The Second Buddha Walk, A Blizzard in my Bones: New York Poems, Quaking Cantos: Nepal Earthquake Poems, Nepal Trilogy, Space Cake, Amsterdam y Annapurna Poems. Tres libros de su poesía, Poemes de l ’Himalayas (L’Harmattan, París), Poemas de Los Himalayas (Cosmopoeticia, Córdoba, España) y Jezero Fewa & Konj (Sodobnost International) han sido traducidos en francés, español y esloveno. Además, ha salido publicada Eternal Snow: A Worldwide Anthology of One Hundred Twenty-Five Poetic Intersections with Himalayan Poet Yuyutsu RD Sharma. Ha realizado talleres de escritura creativa y traducción en Queen’s University, Belfast, University of Ottawa and South Asian Institute, Heidelberg University, Alemania, University of California, Davis, Sacramento State University, California, Beijing Open University, New York University, New York y la Universidad de Columbia, Nueva York. La mitad del año, viaja y lee por todo el mundo y realiza talleres de escritura creativa en varias universidades de América del Norte y Europa, pero hace trekking en el Himalaya cuando vuelve a casa. Actualmente, Yuyutsu Sharma edita Pratik: A Quarterly Magazine of Contemporary Writing. Receptor de becas y subvenciones de la Fundación Rockefeller, Ireland Literature Exchange, Trubar Foundation, Eslovenia, The Institute for the Translation of Hebrew Literature y The Foundation for the Production and Translation of Dutch Literature.