WHEN THE NARCOS KIDNAP JUANFE
CUANDO LOS NARCOS SECUESTRARON A JUANFE
1
You stop driving
your car to school
like JuanFe did.
The school bus has bulletproof windows.
And witnesses.
You go by your mother’s maiden name
so no one hears your father’s
bling bling when they call for you aloud.
Somehow, this makes you look
more like her
when you cry.
Somehow, a river rises
when you weep
it floods your neighborhood.
You become good
at keeping secrets.
No one knows
about this river.
When the guardia asks for your address
you send him to the estuary,
where, in the tides,
you found the blanquita who loves
your mystery.
You learn to make love with shadows
watching.
She loves it like that,
all that Black.
1
Dejaste de manejar
Tu auto a la escuela
Como lo hizo JuanFe.
El autobús escolar tiene vidrios antibalas.
Y testigos.
Usas el apellido de tu madre
para que nadie escuche el tilín de las monedas
de tu padre cuando te llaman.
De alguna manera esto te hace ver
más parecido a ella
cuando lloras
de alguna manera un río se alza---
con tus lágrimas;
que inundan tu vecindario.
Te vuelves bueno
guardando secretos.
Nadie sabe
Sobre este río.
Cuando la guardia pregunta por tu dirección
lo envías al estatuario,
donde, en las olas,
encuentras a la blanquita que ama
tu misterio.
Aprendes a hacer el amor con sombras espiándote.
Así es como le gusta,
todo negro.
2
You keep your nose clean
even when you could use
a little bump because there are
enough of those already
in the road for morenos
con plata like you,
brown men in the black:
enough money to be visible to thieves,
enough black to be victims of the police.
And you already struggle to drive
within the lines.
So you think:
better to sequester
yourself to the US
than surrender to the narcos’s
secuestro express,
their kidnappings at gunpoint
at any stoplight
between San Miguelito and Ancon
for whatever money can be
withdrawn from an ATM.
When the visa comes you sell
your mirror’s many faces
for a single look for the passport pic.
One discarded face is JuanFe’s
staring back at you
from behind
a bright light.
Another is of a deer
standing in the way
of a school bus,
too scared to move.
Another is of a driver
heading north
despite whatever
stands in his way.
Driver honks.
Driver accelerates.
Driver fails to
pump the breaks
hoping all roads,
regardless the slaughter,
will, at least, still
destinate.
2
Mantienes tu nariz limpia
incluso cuando podrías tener
un subidón porque ya hay
suficientes de esos
en la carretera para los morenos
con plata como tú,
hombres morenos adinerados:
suficiente dinero para ser visible a los ladrones,
suficiente negro para ser víctimas de la policía.
Y ya estas luchando para manejarte
dentro de estas líneas.
Entonces piensas:
mejor secuestrarte
a ti mismo en los Estados Unidos
que entregarte a los secuestros express
de los narcos
sus secuestros a punta de pistola
en cualquier parada
entre San Miguelito y Ancón
por cualquier dinero que puedan
extraer de un ATM.
Cuando llega la visa vendes
las mil caras de tu espejo
por una sola mirada de tu foto de pasaporte.
Una cara descartada es la de JuanFe
devolviéndote la mirada
desde atrás
de una luz brillante.
Otra es la de un ciervo
entorpeciendo el camino
de un autobús escolar,
demasiado asustado para moverse.
Otra es la de un conductor
yendo hacia el norte
a pesar de todo
lo que se interponga en su camino.
El conductor toca la bocina.
El conductor acelera.
El conductor falla
en frenar
esperando que todos los caminos,
sin importar la masacre
puedan, al menos,
destinar.
I ALWAYS PROMISED I’D NEVER DO DRAG
You liked me as straight as a man
in love with another could ever be,
and I did too. But you also loved
women, how their backs widen
where hips appear, how their necks
swerve like swans swallowing
water when they call your name,
their long hair stroking your face
as they wake from nestling
your chest the morning after.
So here I am wearing the wig I made
in the image of the blondes you preferred
but said you could never love, applying eyeliner
but not for it to run. I will never
love him again, I fearlessly announce to the mirror
as I beat my face with powder base into submission,
as if one could ever fall out of the hero’s arms and
not back into peril. Tonight,
for the first time, I dance to save myself
from distress, becoming the one woman
you’ll never have instead. Tonight, at the Esta Noche bar
in the Mission District, I’m distance. The closest I ever came
to doing drag before was when I was crowned prom king
but chose instead the queen’s tiara;
cubic zirconia somehow closer
to real than the king’s cardboard cut-out crown.
Tonight, I’m Diamante, extravaganza eleganza,
a gurl singing shine to the Yoncé record,
declaring myself the Queen B of the Night, singing
take all, of me, I just want to be the girl you like,
the kind of girl you like sashay-shantae-strut-shimmy shining on stage,
dunking it like an Oreo, making the masses
shake they asses at the command of
the scepter firmly in my hand. A king,
I queen so hard my earth-quaking rule
breaks the laws of nature; flesh-colored spanx and
control-top leggings tuck it away
where the sun don’t shine.
A black lace-up corset covers the missing rib
but lets the rest of me hang out enough to werk
and soak up applause from an audience
who loves this boy dressed as girl,
boy dressed as girly man, boy dressed as man
enough to drag, man dragging on,
man moving on, man gone.
PROMETÍ NUNCA HACER DRAG
Te gusté tan recto como un hombre
enamorado de otro hombre podría ser.
Pero también amabas a las mujeres,
como sus espaldas se ensanchan
al aparecer las caderas, como sus cuellos
se mecen cuales cisnes bebiendo agua
cuando llaman tu nombre, su cabello largo
acariciando tu cara al despertar en el nido
creado en tu pecho, la mañana siguiente.
Y aquí estoy, usando la peluca que hice
a imagen de las rubias que preferías
pero nunca podrías amar. Aquí estoy
aplicando delineador sin planes algunos
de lagrimar. Yo nunca lo amaré
otra vez, anuncio decidido al espejo
mientras golpeo con polvos mi cara
hacia la sumisión; como si se pudiera salir
de los brazos del héroe sin caer de nuevo al peligro.
Hoy, por primera vez, bailo para salvarme,
convirtiéndome a la vez en la única mujer que
nunca podrás tener. Hoy, en el bar Esta Noche,
en el Lower East Side, soy distancia. Antes, lo más cerca
que estuve de hacer drag fue al ser coronado
Rey de la Graduación, pero escogí en cambio la tiara
de la Reina; zirconia cúbica de alguna manera más real
que la corona acartonada del Rey.
Hoy, soy Diamante, extravaganza eleganza,
una hembra cantando luz acompañando a Whitney,
declarándome la Queen of the Night, dándote
that stuff that you want, meneando that thing that you need
sashay-shantae-strut-shimmy brillando en el escenario,
haciendo moverse a la gente de manera indecente
al ritmo marcado por el cetro en mi mano. Un rey,
que es una reina tan poderosa que rompe las leyes
naturales; lycra color de mi piel y leggings que me ocultan
donde no brilla el Sol. Un corsé de cordones negros
cubre la costilla ausente pero deja salir colgando lo suficiente
para deslumbrar y sumergirme en el aplauso del público,
que ama a este hombre vestido de mujer, hombre
vestido de hombre amujerado, hombre vestido
de suficientemente hombre para transformarse.
Hombre transformado, hombre superado,
hombre no más.
Darrel Alejandro Holnes es un escritor panameño estadounidense y autor de Psalmos Migrantes (Migrant Psalms) ganador del premio de poesía Drinking Gourd y Tierra Madrastra (Stepmotherland) ganador del premio de poesía Andrés Montoya galardonado por Letras Latinas, entre otros premios recibidos, ambos son poemarios en inglés. Holnes ha recitado su poesía en inglés y español por muchas partes del mundo como Inglaterra, Alemania, Francia, México, los Estados Unidos y Panamá. Para más información, visite DarrelHolnes.com