SUS NOMBRES
La poeta es un copo de nieve, ¿la has visto?, se desnuda en pleno invierno para caer en el campo de la esclerótica, se pierde en lo claro, su amor es una espina negra en los ojos. No es ola pero tiene las formas más abstractas del océano, nunca se le podrá llevar a casa, piensa en ella con el nombre de Safo, Emily, Elena, Marianne, Marceline, Juana o Sylvia. Nos perderemos las lluvias torrenciales, no iremos a mojarnos bajo las frondas de la alameda. En la ciudad hay dos ríos agonizantes y no podremos lanzarnos como piedras silvestres a las aguas negras. Todo lo que nos circunda ahora se le conoce con el nombre de Pandemia, no hemos visto aún el tamaño de la sombra, de la muertesombra. Ella mira por la ventana, conoce el aroma de los elementos, permanece detrás del vidrio sin percibir nada. Buscará una palabra nueva.
ALGUIEN COMO YO
No conociste otro país, nada se había quebrado como la masa de tu pan en la fría mesa de los muertos. El hambre tiene encima un pañuelo sucio. Habrá que andar para descubrir la vida en otro lado, bocas, abrazos. El recuerdo es un monumento, metal que pesadamente se apropia de las plazas como la única forma cercana a lo que fuimos, a lo que odiamos. Caminan las otras especies y encuentran alimento en cada pueblo. Nosotros apestamos adentro, nos miramos con timidez, el miedo es la bailarina de la cajita musical, tiembla cuando alguien la abre, cuando la luz entra por las rendijas. Mirar el mundo desde las pantallas, ser vistos también, sabernos todavía, existir y pensar en el momento en que todo termine, andar nuestros senderos de nuevo, tomarnos de la mano, ser en el cuerpo de otro la definición exacta de Alguien.
FACETAS CAMBIANTES
Por las noches hay un ruido seco. Al subir la escalera alguien más arrastra los pies y se sujeta del barandal, pero no alcanza a tocar mis dedos, simplemente es alguien que está ahí como una sombra. La casa se vuelve a veces una mansión en medio del bosque, la luminosidad alcanza a entrar desde el techo abovedado, miro la luna y los frágiles rayos que persiguen la imaginación del hombre, las facetas cambiantes de nuestro satélite, las formas que adquiere con el tiempo. Quiero ser más consciente de mi espacio, del lugar que ocupo, de toda esa desdicha que permanece en un sillón, en la silla incómoda del comedor o de pie en la escalera tratando de sentir otra mano, otra voluntad distinta a la mía, otra especie que desaparece.
Tres poemas del libro inédito Reconstrucción del paisaje.
LA FORMA
Quiero sentirme presente
dentro de las paredes que me contienen
ser yo
sin fundamentos
sin confines
ser
todo lo que siempre he deseado
nada escrito todavía
un yo construido por mí
desde la voz interior
que dicta la libertad de los árboles
y la sed del pedrusco
un estado de la conciencia
el espacio espiritual
entre el corazón y la costilla
o las piernas y el sueño
Sin dar explicaciones
ni sentir dolor por el dolor infringido
cada uno debe ser responsable
de su oscuridad
de su resplandor
Cargo con lo que quedó de vida
la llevo a cuestas
me veo frente al espejo
y la herida salió de mi propio pecho
solamente deseé dejarme llevar
en un baile mortífero
Ahora me doy cuenta
que rompí todo lo que pude
soy feliz
El cuerpo que habito
no es un signo
no es ni siquiera una pequeña definición
pertenece a la instancia del tiempo
esa es la parte de la física que le corresponde
ha sido un minuto
varios segundos
un lustro
no deja traza
camina
sucede
Poema del libro inédito Mujer de cuerpo extraño.
LOS DÍAS
Gracias mi amor
por darme las partes hermosas de la vida
el sentido del vuelo de los pájaros
lo blanco de la mañana
el chirriar de la motocicleta cuando rueda por el adoquín
el frío
lo horrible de la sudadera de cuadros
el deseo de beber café a las cinco y cuarto de la mañana
las ojeras de los bellísimos ojos que miran desde el infinito
lo sagrado de tu espíritu impredecible y extraño
la fortuna de irte conociendo
el dolor en el pecho cuando no estás
la ilusión de estar en tu cuerpo
la ironía de las botas incómodas
el aire helado
y el largo camino hasta el departamento del cuarto piso
los tacones sin tapas
el ruido
gracias amor por mi corazón agitado
y la mente que forma partes de ti por toda la casa
partes de ti por la ciudad partes de ti por el mundo partes de ti bajo los puentes
gracias amor por la falta de lluvia y relámpagos
por lo rara que es la vida sin lentes de sol
los domingos de pollo asado
y la sensación de ser los más divinos en la fila de la pollería ambulante
de lo radical que es un casco verde
transitar por nuestras avenidas
algunas atestadas de malvivientes y de muerte
gracias amor por tus palabras no pronunciadas
por la esperanza de escucharlas un día
por tus tambores apilados en la habitación
por los sombreros o por la taza del té
gracias mi cielo por lo fascinante que es la tarde cuando me abrazas
y miramos televisión
cuando me dejas estar triste por todo
te quedas callado y tocas el piano
o permaneces en el comedor mientras sostienes divertidas conversaciones
Te escribo quiero un chocolate
en realidad quiero un beso
pero también deseo que algo sea cierto
Gracias amor por tu existencia de barco de nave espacial de astro de nebulosa
gracias amor por tus consejos y el impulso
por decirme que escriba siempre y que lea
me gustas
Decirte gracias es una forma de celebrar tu ser en este plano
Gracias también por el tiempo del silencio
Poema del libro inédito, El mar, no un holograma
Jeanne Karen (San Luis Potosí México, mayo de 1975).Tiene doce libros publicados, entre ellos: La luna en un tatuaje, (2003), El club de la tortura (2005), El gato de Schrödinger (2007), Cementerio de elefantes (2013), Púrpura Nao (2018), Menta (2019, con ese título ganó el Premio 20 de Noviembre del 2018). Su obra ha sido difundida en medios impresos y electrónicos. Ha sido becaria del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes en la categoría de creadores con trayectoria y ha ganado varios premios, entre ellos el Premio Manuel José Othón y el Salvador Gallardo Dávalos. Una escuela de nivel básico lleva su nombre. Por el momento prepara dos libros de poesía y dos novelas.