22 Nov 2024

278. POESÍA COLOMBIANA. CATALINA VILLEGAS

-15 Ago 2021
Poesía

 

TODO SABE A POLLO

 

Alguien a esta hora

toma el pie regordete

de un neonato

clava en él la nariz

y luego los dientes

hasta que la risa de la criatura

estalla marcando el límite

 

Alguien a esta hora se sienta a la mesa

y mastica chicle de pollo

sus muelas rechinan

en la textura insípida

de una pechuga de látex

 

¿A quién le incomoda

llevar aves a la mesa?

 

El pájaro estaba en su cuna

de icopor y vinipel

no fui yo quien arrancó sus plumas

entrañas      patas     pico     ojos

hermanos

 

Alguien a esta hora se sienta a la mesa

y estira la mano hacia el salero

 

su plato es blanco

pero no lo suficiente

 

El pájaro no sangraba

                      no cantaba

                            no volaba

 

Alguien a esta hora pasa la seda

entre sus dientes

intentando retirar

el recuerdo inofensivo

del sabor a pollo.

 

 

NO ME GUSTA LO QUE NO ME GUSTA

 

La gente que antes me gustaba

me ha dejado de gustar: los que declaman poesía

con tono afectado, los que se alimentan de batidos,

los ciclistas

 

la gente que antes no me gustaba

me gusta menos cada día: los que andan a medio metro del suelo, los que nunca se ponen algo usado,

los que todo lo consiguen usado.

 

Las cosas cambian de lugar en mi cuarto

pero nadie se toma la molestia de notarlo. Un día, el lápiz aparece en el vaso de los cepillos de dientes cuando todos desistimos de escribir. La poesía es inoportuna, como la caries. Me quedo inmóvil en la cama esperando aparecer en el jardín. El sueño es inoportuno, pero estoy segura de que el grafito en mis dientes colabora con el desgaste de la lengua.

 

Los que declaman poesía siguen sin gustarme. La voz de Neruda era fome. Me gusta la

palabra fome.

 

Lo curioso es que me gusta cuando callo.

Su casa frente al mar. Chile. Un buen tipo.

Estoy despierta en el jardín justo cuando todos duermen, pero nadie se toma la molestia

de notarlo.

Me gustan cosas nuevas como el dentífrico de carbón. Las piscinas. 

 

 

OPEN

 

este poema (no) es mi cuerpo

el primer verso

está puntuado

por el silencio

no diré que este poema soy yo

ni que es mi casa

(no soy mi casa)

ni que me representa

este poema es mi cuerpo

 

(tú en el centro)

 

en el momento

en que la fruta alcanza

el matiz preciso

que le otorga su insolente dulzura

este poema es mi cuerpo

abriéndose (paso)

en la noche

como un letrero de neón

este poema deja abierto el paréntesis

para que no lo cierres (

 

 

UNA HERIDA

 

Una rosa es una rosa es una rosa.

                                                    GERTRUDE STEIN

 

Cuando el poeta dice lluvia

tiemblan los pájaros entre las ramas

Cuando dice herida

el dolor se acuerda de sí mismo

Cuando dice hambre

los huesos se buscan en la oscuridad

Cuando dice blancura

un caribú salta y desaparece

 

Escribo puerta

y alguien regresa a su sueño

 

Digo ausencia

y el papel es un espejo

 

Cuando no te nombro

te estoy nombrando.

 

 

LA DEFENSA DEL ERIZO

 

La ternura depende de lo poco que el mundo te toque.

Para estar tierno, el peso de tu vida

no puede descansar en tus huesos.

OCEAN VUONG

 

No puedo darme un abrazo

como tampoco puedo dar cuenta

del dolor de mis propias púas.

 

Una tarde lancé las promesas por el abismo.

Me hice ovillo

hundiendo el rostro en mi blandura

crearía la seguridad del adentro

entre las luces apagadas.

 

Tu mejor defensa es transformarte en animal.

Y la del animal, convertirse en vegetal.

 

Me transformo en erizo

y el erizo en una rosa triste

—o deforme—

 

A los erizos solitarios no los alcanza

un calor como el que derrite iglús

o se aloja en frazadas compartidas

 

            ni saben tampoco

                        de las punzadas

                                    que nos recuerdan cómo palpita la vida.

 

¿Saben acaso que el dolor

es acercar el corazón

a quien nos da la espalda?

 

 

SOUVENIR

 

Se prepara la mesa

para que todos quepamos

 

la taza en mi mano

es la preferida de otro

 

también el baño es prestado

aunque nadie lo diga

 

he perdido el olor común

lejos de ellos

 

sonrisas y cobijas limpias

me acogen como invitada

 

en silencio comparamos

el rostro

un año más joven

estático en la memoria

y atinamos a decir

has cambiado

 

la historia se repite

y en su plazo ineludible

nos despedimos entre lágrimas

alargando filas en aduanas

 

regreso a la ausencia:

abro mi equipaje

y brota       un aroma familiar. 

 

 

 

VANITAS

 

Cuando te pones a pensar en el principio, es porque todo ha llegado a su final

JUNOT DÍAZ

 

Cuando esté muriendo de arte

y no de amor

y una voz de tenor exclame mi nombre

gusanos de terciopelo alistarán la púrpura

la sangre llegará a su definitivo cansancio

exhausta de oxígeno

excesivamente férrea

 

noche de un sueño subterráneo

noche del grito que rompe la clepsidra

 

cuando muera de arte

y no de amor

de mis huesos saldrá yeso

y un mancebo esculpirá

mil cráneos diminutos

—ninguno recuerda a un gesto—

mi ojo izquierdo llorará

cuando el derecho atrape el último fulgor

 

cuando muera de arte

no sabré del dolor

de decirme adiós

 

 

NO HAY REGRESO

 

El paisaje es una imagen sacramental

(un territorio ganado de manera falsa)

 donde indagamos sobre la definición de lo que somos.

IGOR BARRETO

 

¿Podemos acaso regresar al bosque?

No hay lugar para el hombre en el bosque

no es por hambre que se arroja

a probar el más rojo de los frutos

sabe que no es lo verde lo que busca

en ese lugar donde todo palpita

 

No hay lugar en el bosque para el hombre

en vano intenta escapar de sus iguales

o de sí mismo

¿cuál es la diferencia?

 

El hombre lleva en la sangre

la receta del flogisto

y no logra arrullarse

sin el ronroneo de las máquinas

 

Desanda los pasos

hasta llegar al claro del bosque

para lanzar un par de dados

 

A los hombres,

el bosque se los traga

o los vomita

es llamamiento, pero no invitación

 

En silencio sufre el bosque

la expulsión del paraíso.

 

 

Catalina Villegas, (Colombia). Ingeniera física, postgraduada en periodismo científico. Premio nacional de poesía San Juan de la Cruz (Salamanca, 2002). En 2019, obtuvo uno de los cinco primeros puestos del Concurso Nacional de Poesía “La palabra, espejo sonoro” y recibió mención de honor del Concurso Nacional de Poesía de la Casa de poesía Silva (2020). Responsable del área de divulgación científica en el “Centre des sciences de Montréal”. Algunos de sus poemas han aparecido en revistas impresas y digitales como la Revista Aleph, Vuela palabra y Alter Vox Media. Publicó, junto al poeta Christian Rincón, e ilustró el libro-objeto: Cánsate Cuerpo. Autora del podcast “La Cataleja” en Spotify.

 



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