20 Abr 2024

302. POESÍA CUBANA. FRANKY DE VARONA

-19 Sep 2021

 

ISLA APÓCRIFA              

 

Soy una isla apócrifa de infinitos límites.

Muros agrietados que aíslan,

expatrían,

apenas dejan traspasar el ruido de las horas.

 

Un mal actor que se repite y se repite una y mil veces,

y no sabe morir,

y no sabe vivir,

ni reinventarse en el errático carrusel de las cicatrices.

 

Siento miedo que la distancia sea un derrumbe,

un simulacro,

un colosal enigma

y deje de ser el camino más corto

entre la lluvia y el vértigo que provocan mis pasos en el tumulto.

 

Y se convierta en una ciudad llena de caminos trizados,

de zombis que no sueñan,

llena de musgosos albedríos,

de azotes publicitarios,

sin atajos de calles que terminan en los zapatos.

 

De entes imaginarios que caminan de espalda,

de caras plásticas que sucumben

entre los precipicios y los relámpagos

o en los espejismos de algún poeta

donde culminen las historias aún no contadas;

las que van quedando en la vera, al borde de una acequia.

 

Y no quepan los instantes que levitan en las manos,

y ese tiempo guardado dentro de un reloj

que sobrevive a los péndulos

se convierta en un cerco,

una vuelta a las manecillas,

y no lleve a ninguna parte:

solo al interminable laberinto

de lo prohibido, en el olvidado asombro de estar vivo.

 

 

TÚ    

Todavía tiemblan entre mis brazos tus palabras

de medianoche, de media tarde, de media vida

aunque la magia del silencio intenta borrarlas

de una vez por todas

LILLIAM MORO

 

Tú y tu brisa ocupan toda la plaza,

los relojes antiguos, los rincones,

la nieve derretida de un instante.

Te haces infinita

expandiéndote por las venas como un río desbordado.

Tú y ese modo de volar

por los ramajes más altos del tiempo

como una lanza que roza los párpados;

la garra poderosa que atrapa

y embiste el corazón desposeído;

la cruz, el milagro sin límites,

el grito intermitente que quema y refulge en la noche

con tu misterio de hembra diferente.

 

Tú, la ruta de la seda.

El engendro fugaz de la noche.

 

Tú, el justo instante

en que veo pasar una nube

desde un banco.

Tú, la carne viva, la pequeña gota que horada la piedra

siempre desnuda con tu vestido de flores,

con tus ojos que derriten la calma

del hombre más hombre.

 

Tú, la dentellada del tiempo

que te arranca de allí donde te escondes

en lo deshabitado.

 

Tú, que deletreas en tu boca un beso anticipado,

nube posada en el sueño de un tálamo lejano,

árido estrago en el alma más solitaria.

Eres el deseo que convulsiona

el color del silencio

bajo la bóveda de la noche que observa.

 

 

A VECES UNA SOMBRA   

 

¿Quién puede afirmar que la luz y la sombra no hablan?

Solamente aquellos que no comprenden el lenguaje del día

y de la noche

MOUSSA-AG-AMASTAN.

Una sombra me hostiga

encajada en mis costillas

como una asta;

soy la inmensa cruz que carga.

 

Solo al amanecer

me libero de su asedio

cuando se oculta en el crepúsculo matinal.

 

Ella y yo tenemos una extraña relación;

tal parece nos merecemos.

 

Hasta le he enseñado a caminar a mi diestra.

 

 

MÁSCARAS                        

 

¿Qué vas a ser cuando seas grande?

y la respuesta que no quiso decir:

“el gran simulador”

LILLIAM MORO.

Nada se salva,

ni siquiera la brisa que se aleja en busca de otros rostros

en los espejos que reflejan la otra cara del olvido.

 

El ego echa mano de las máscaras,

del simulacro,

de la falsedad organizada

para una buena representación.

 

Solo faltan los aplausos.

 

 

SINFONÍA                        

 

El tiempo abate sin prisa,

las sombras se van haciendo pequeñas

en los rincones.

 

La historia es un hielo derretido

mientras llueve dentro

en un cántico circular

sin ventanas

ni paraguas que amainen lo imposible.

 

Los misterios crecen abandonados,

no caben en las manos ni en las oscuridades.

 

El color del silencio se confunde

con la catástrofe de la noche anterior

y tu cuerpo tiembla como un fantasma insepulto,

y pones la otra mejilla

—siempre el mito de la otra mejilla—

para no ahogarte en el pánico.

Está lloviendo más que de costumbre.

 

La noche se hace infinitamente larga.

 

Solo queda el ensayo de lo que pudo haber sido.

 

Ya has lavado las sábanas amarillentas

donde se unieron dos cuerpos.

 

Ulises sigue buscando Ítaca.

 

 

LECTURA DE VIDA                 

 

Mirar de frente a la vida

aun cuando habites en un cuarto sin ventanas

y no alcances ver el Halley en el 2061.

Cerrar el puño

ante el absurdo y la náusea de Sartre

palpando la oscuridad del alma.

Caminar con paso irremediable

y la sonrisa a punto

llenando con palabras

los huecos del vacío,

las sombras que cortan la madrugada.

Sin olvidar

que lo inolvidable

es inolvidable,

aunque amanezcas devorado como un perro

que ha perdido un hueso carcomido.

 

Nunca quitarse los zapatos

aunque aparezca la muerte.

 

 

ARTE DEL SIMULACRO 

 

He malgastado palabras, verbos,

metáforas,

sustantivos,

frases repatriadas que retornan como un bumerán.

 

He dilapidado horas,

párrafos borrados,

sonetos nunca escritos,

y siento que he llegado a dominar

el arte del simulacro.

 

He persistido en esas raras tierras donde hundo mis manos

sin saber de ecos,

 ni de arcillas,

ni de mareas extintas entre las ruinas

sin formas de un desván,

los espacios esquirlados en las noches llenos de huidas.

 

Las azoteas donde solo habitan visiones,

los ocasos deletreados

que dejan sus sombras en las desahuciadas luces

en ese olor a nunca.

 

Sin embargo, quiero que al final de los finales,

en un baúl se guarde una última frase,

la que aún espera,

la que siempre quise decir y nunca dije.

 

 

PÁJAROS

 

¡Oh pájaro de paso!

 

Tú que has nacido en cautiverio,

a veces fantaseas

que el agua es tu elemento.

 

No, no confundas plumas con escamas.

 

La falta de aire es tu verdadera jaula.

 

 

Franky De Varona (La Habana, Cuba). Poeta, narrador y ensayista. Editor ejecutivo de la revista "RACATA" de Miami. Miembro de la Sociedad Internacional de Poetas. Ha publicado los poemarios: Solitudes (2015), De Azares, Laberin-tos y Cenizas Rotas (2016) y Las Gaviotas También Vuelan en Diciembre (2017). Sus poemas han sido publicados en revistas literarias y en antologías de América Latina y Europa. Ha sido galardonado en concursos internacionales de poesía.



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