MI PRIMER REINO
A Jorge Pimentel
Bebe tranquilo hijo de
Shih Huang Ti
Tu muro es una línea recta con una sola dirección
Tu reja te destaca
como un animal que se observa
Tu riqueza
(así como tu rebeldía)
se calcina frente a tus ojos
Los caracteres siempre te serán negados
Bebe de la mano del filósofo
él sabrá qué hacer
Tu ejército de monos
así como tus concubinas
no soltaron gota de sangre o gemido sino hasta el final
Tu captor desde el exilio maldice su nostalgia
lo que solo puede delatar admiración
Bebe tranquilo hijo de
Shih Huang Ti
Esta piedra ha sido endurecida para ti
La historia parece haber sido destruida
en tu defensa
Esta muralla se erigió para protegerte
Se quemaron todos los libros
pensando en tu cautiverio
Y esta noche
revelas a su oído tu inesperada
libertad
como un traidor
UQUIRA
A los nísperos de Coayllo
Opto por beber del cántaro la leche materna
Y adormecer mi arrullo con mi propia mano
Opto por bendecirme en el sonido destructor
Por morder el seno expuesto
Opto por optar
Y masticar vegetales
Que le hacen bien a mi destrucción
Y ¿qué es un diente sin el lóbulo ni la oreja?
Y ¿qué es un cántaro sin un ángel de Jericó?
Y ¿qué es un arrullo sin tu mano jadeante?
Y ¿qué es tu sonido sino otro vientre?
Opto por beber del cántaro la leche materna
Por suturar el seno expuesto
Y callar
MI MAESTRO
A Renato Sandoval
Si mi maestro muriera
Yo no sabría qué hacer
Ya he ido a ese país
Del otro lado del mundo
donde encarga buscar lo que se ha perdido para siempre
Y de vuelta
En el sin propósito
he aprendido la lección.
He sido heredero temprano de su técnica
Basada en la angustia y la sugestión
Y adquirido como oficio el silencio y la inclinación por lo perfecto
Aun así, golpea mis mejillas cuando olvido pasajes y nociones obvias
Y para educarme sin humillación, inventa metáforas sobre la luz que tardo en comprender
Dice de mí que soy su mejor alumno y acaso lo sea por ser el único
Mi maestro sabe de mis problemas y limitaciones
y con ternura los encubre para resolverlos una vez que lo principal haya sido aprendido.
Me preocupa qué pasará con su legado
Y que a pesar del tiempo
Yo todavía no prescinda del hambre, el deseo o la esperanza
Si mi maestro muriera ¿cómo podría dejar de excitarme cuando olfateara limones frescos,
como su agobiado corazón desea?
Mi cabello aún no es suficientemente largo y mi barba no alcanza siquiera el pecho
Si mi maestro muriera parte de mí se haría libre:
“La libertad es un eufemismo de la memoria, la esclavitud una expresión del olvido”, dijo una vez subiendo esta colina
Mi maestro sabe que una vez hui
Y teme que cuando muera lo haga de nuevo
Le preocupa que un día sucumba al deseo de las viudas
A los endeudamientos de la política
Si mi maestro muriera un día,
Me dedicaría
A olvidar las formas hasta ignorarlo todo
Igual que él
Quizá entonces me acerque a esa inmortalidad testaruda
Que tanto daño le ha hecho
INSPIRADO POR CHICO HAMILTON y mi casa descomponiéndose por proceso inducido de destrucción te escribo no sé bien para qué puede ser quizá saludarte o despedirme hacerte gesto de salud con mi vino contarte que mis textos se han puesto amarillos y las cuatro cajas que los contienen se han roto por la misma esquina y que me hubiese gustado muchísimo leértelos a ti que soportas las ingratitudes de la poesía un día de panza al suelo escuchándote reír que junto con la antropología debe ser de los encantos que llevan a tus novios pasados y futuros a recordarte imaginarte o quererte como el alcohol lo hace conmigo sumiéndome en imágenes como el miedo del primer día en que me hice viejo buscándote con vergüenza y nuestro único paseo juntos a Cañete cuando conducía pensando en lo mucho que me hubiese gustado que aceptaras venir conmigo a comer camarones a esa playa que seguro te hubiese hecho recordar que la densidad del agua es menor que la de la miel como a mí ayer me recordaba lo mucho que me hubiese gustado que cualquiera de esas muchachas con carita de zorro aceptase ayudarme con mi mudanza hoy camino a no se sabe qué tipo de destino que no se termina nunca como si los viajes no se cansaran alguna vez de uno como se cansan las amistades duraderas y vieras mis textos empapelando mi vida de parqué y cenizas y lo mucho que me hubiese gustado que también veas mis fotografías de la espalda del Huascarán con fondo musical de Chico Hamilton como ahora que ni te imaginas que te estoy escribiendo sin esfuerzo como lo hacía Chico Méndes acorralado por los fazendeiros o el texto de Loayza sobre las abejas o mi modesta destrucción de la misma esencia de carbón de la que el agua sucia debe de estar hecha aburriendo tu tarde invitándote a que vengas una vez a mi casa ahora mismo y veas las estructuras de fierro de la lavandería y de paso veas que mi miedo por la muerte ha desaparecido junto a algún pedacito de mi vida y rías como te reías de mi absurda manera de relacionarme con quien sea (contigo) con mi soledad con la rutina que será pronto otra y otra vez otra y seguir viajando una tarde un día una noche en que veía el reloj una vez que dijiste que vendrías a conocer mi olla para pensar el tiempo hasta que llegaste pero en un salón de clases aburridísimas e inútiles de una ex modelo de cosméticos académicos inmersa en el sistema educativo que se vincula con el otro económico y luego el otro sentimental y así otro y otro las redes pero sobre todo los nudos de los pescadores de Pucusana por donde esa vez pasamos y te presenté un lenguado y los cigarros Inca que en la Católica nunca han tenido mucho éxito porque la sabiduría suele ganar un puesto por concurso público y evita arrojar piedras contra los vitrales mediocres y tampoco las abrazan con dedos con olor a zonas erógenas hasta lanzarlas contra el sistema lo mismo que los chicos inquietos del salón de clases que no tienen ni idea de cómo hacerle el amor a las mujeres tristes cuando hace años has asumido la idea de matarte un día bello como si el destino se limitara a la biología y no a la nostalgia de no solo lo que fue sino de lo que pudo haber sido como dijo Ribeyro una vez que me enamoré de una pared a la que le dejé de recuerdo su mejor frase y como te dejo ahora de recuerdo a ti muchas otras peores en las líneas que me persiguen como si fuera comunista o un hombre horrible con graves problemas de autorreferencia autoestima autocontrol auto que se estacionaba a esperarte entre Sucre y Junín algunas tardes de verano insoportables cuando pasabas sorteando semáforos y la vida misma para que tus rulos no se arruinaran con la vorágine del movimiento que es el pensamiento y que seguirá fastidiándote hasta el fin de los días como si dios no pudiera hacerse budista sin contención ni impotencia lo mismo que mi timón mi vergüenza y mi emoción ahora mi pena mi silencio y mis deseos de invitarte a mirar estas paredes vacías.
Javier Llaxacondor. Poeta y viajero peruano. En poesía sus textos han sido traducidos parcialmente al italiano, rumano, francés, chino, árabe, inglés y alemán, así como publicados en Perú, Chile, Venezuela, Italia, Canadá, Rumania, Marruecos, China y España. Es autor de Pez del éxodo y el vacío, obra plástica basada en su relación con los lenguados y su vida como pescador. Vivió en Manchester (Reino Unido) donde trabajó como obrero. Dirige el Festival Internacional de Poesía de Santiago – FIP SANTIAGO, en Chile.